Hermoso accidente (Malec Mpreg)

1. Poción de amor

Magnus hablaba con una clienta por teléfono:

<<-Entonces -preguntó ella después de explicarle su situación-, ¿cree que se pueda, señor Bane? De verdad queremos un hijo, con toda el alma, si usted pudiera entenderme y ayudarme.

Magnus lo dudó sólo un momento. -Uumm...

Y por supuesto que él entendía, era un brujo, los brujos no tienen hijos, y además el amor de su vida era un hombre.

-...creo que puedo, señora Stwart. Puedo hacer una poción de amor y fertilidad. Aunque debo advertirle, estamos alterando la naturaleza y sólo va a funcionar si usted y su esposo se aman realmente.

-Sí, sí -ella aseguró que su esposo era el amor de su vida y que iba a funcionar.

-Muy bien, sólo debe tomarla usted que es quien quiere embarazarse y después de la primera vez en tener relaciones sexuales debe hacer efecto. Estará lista para mañana mismo.

-¡Muchas gracias, señor Bane! Está cumpliendo nuestro mayor deseo...>>

Ella agradeció un poco más y al final Magnus colgó.

Se puso trabajar en la poción ya que no tenía nada más que hacer y no vería a Alec hasta el día siguiente.

Fue difícil, terminó tan agotado que ni siquiera la guardó en su lugar, la dejó en la mesa de la sala. Presidente sabía que no debía acercarse a sus pociones, ya sabía reconocerlas, así que no había problema...

Estaba terminando su largo baño relajante cuando escuchó a Alec llamarlo.

Salió con una sonrisa, todavía secándose el cabello y con el torso húmedo.

Alec se lanzó a él apenas lo vio, su lengua humedeciendo sus labios y sus pupilas dilatadas. El azul de sus ojos lleno de lujuria y el amor que siempre estaba ahí.

Alec acunó su rostro, tomó sus labios con los suyos, y lo hizo retroceder de vuelta a la habitación. Le quitó ambas toallas y medio balbuceó "Mi ropa" entre besos.

Magnus se sorprendió de que Alec le pidiera desnudarlo con magia, pero lo hizo, entonces Alec lo tiró en la cama y se puso sobre él sin dejar de besarlo.

Magnus se rió entre besos. -¿Estás... bien? ¿Qué... te... pasa?

Ellos eran versátiles, lo cual era perfecto, ambos se disfrutaban en todos los sentidos, pero esta noche Alec tenía claro lo que quería: -Te amo, Magnus -dijo casi sin aliento-, te amo, ámame, hazme el amor, hazme tuyo.

Magnus lo miró, buscando alguna señal en su rostro, ¿había pasado algo?

Pero Alec volvió a besarlo, empujando sus caderas contra él, rozando sus erecciones juntas, con urgencia, con necesidad. Así que Magnus decidió tomar el ritmo, bajarlo, ir lento, ser dulce, amarlo como le había pedido.

Los giró hasta quedar él sobre Alec, lo preparó lentamente y, por fin, después de muchos besos y caricias, fueron uno.

Llegaron al clímax juntos, con un beso, enredados, siendo uno en todos los sentidos.

-Te amo -le dijo Magnus cuando pudo volver a hablar.

Alec hizo una mueca y Magnus frunció el ceño.

-Lo siento, sentí una punzada en el vientre.

-¿Te lastimaste? -Magnus se preocupó al instante, buscando heridas con sus dedos-. ¿Necesitas que te cure?

Alec sonrió y negó, acurrucándose más contra su novio. -No. También te amo, Magnus. Por cierto, ¿qué agua compras? Sabía raro.

-¿Qué agua?

-La botella en la mesita de la sala -Alec hizo otra mueca-. Y ni siquiera me quitó la sed...

No puede ser.

Entonces, antes de que Magnus pensara cómo explicarlo, Alec bostezó. -Estoy cansado. Voy a dormir aquí. Gracias por todo, Magnus. Te amo.

Magnus no pudo dormir.

Pero Alec era hombre y él era brujo, seguro no funcionaría en ellos, ¿verdad?

No tenía que preocuparse de nada.

CONTINUARÁ...

Empezando 🙌