Hermoso accidente (Malec Mpreg)

42. Mensajero del infierno

Alec tenía cuatro meses de embarazo y un vientre enorme.

Y estaba muy cansado y sintiéndose raro últimamente. Y no lo había dicho a nadie porque ya suficiente era ver a todos tan preocupados y pendientes de él, no podía sumar esto.

Y tal vez no fuera nada...

Se supone que hoy estarían con él Magnus y Jace. Magnus siempre estaba a su lado, a menos que una emergencia real requiriera su magia y su presencia y siempre volvía en cuanto podía. Y Jace se tomaría el día libre para poder cubrir a Magnus si hiciera falta... Eso se suponía.

Alec se miró en el espejo. Había grandes ojeras bajo sus ojos y aunque brillaban con una luz nueva -esa que los mundanos dicen da el embarazo- también había una inevitable arruga entre sus cejas. Alec no pudo evitar el ceño fruncido cuando vio el moretón a un lado de su vientre, en su costado.

Era grande. Cuando puso su mano ahí apenas lo cubría. Era un milagro que Magnus no lo hubiera visto esta mañana.

Magnus.

Alec empezó a sentirse culpable por mentirle.

Habían llamado a Magnus por una emergencia, era realmente importante, aparentemente una pequeña bruja abandonada a su suerte. Y Magnus sabía lo que era crecer solo y ser rechazado por tus padres: su madre se había suicidado al saber lo que Magnus era, al verlo en sus ojos, y después su padre -o el que entonces creía su padre- había intentado matarlo, llamándolo monstruo, y culpándolo de la muerte de su mujer. Magnus había perdido el control de su magia entonces ylo había matado.

Así que Alec entendió por qué tan importante era para Magnus y qué tan dividido se sentía cuando miró a Alec y comenzó a decir que no podía. Y es que Magnus se habría ido más tranquilo si Jace estuviera ahí, su parabatai nunca dejaría que nada malo les pasara, pero Jace ya venía retrasado.

Así que a Alec se le hizo fácil mentir, pensando que Jace ya no tardaría. Había sacado su móvil y fingido recibir un mensaje: -Jace dice que viene subiendo. Puedes irte tranquilo, mi amor.

Y Magnus por supuesto no sospechó, porque, ¿por qué lo haría?

Había besado a Alec suavemente en los labios y, con sus manos en las caderas de éste, había besado tres veces su vientre.

Por cada uno de sus hijos: Max, Rafa, y Elara.

-No voy a tardar. Volveré pronto a ustedes.

Magnus había hecho un portal ahí mismo y Alec recibió un mensaje unos minutos después asegurándose que Jace ya estaba ahí.

Alec había mordido su labio inferior antes de responder un simple "Sí".

Ahora, a punto de tomar una ducha para relajarse y dejar de pensar en por qué demonios Jace no venía y la culpa por haber mentido... Eso sumado al miedo...

Alec cubrió su vientre desnudo con sus brazos, cada vez más nervioso. Si les pasaba algo por su culpa...

Él no se creía capaz de luchar en estas condiciones. Además, estaba realmente cansado. No dormía bien por estas pesadillas recurrentes y a Magnus le decía que era sólo que su vientre voluminoso no le permitía descansar bien.

Y estaba tan cansado. Y por alguna razón, viendo ese moretón bastante nuevo, no creía que fuera sólo la falta de sueño lo que lo tenía así.

Alec suspiró y se sentó en la silla que Magnus tenía para él aquí. Ya tenía lista el agua en la bañera y ya se había quitado el suéter y enviado un mensaje a Jace por enésima vez preguntando por qué tardaba y que Alec iría solo al Instituto si no llegaba en diez minutos.

Se sentó para intentar quitarse el pantalón, antes de darse cuenta que era más fácil hacerlo de pie. Se rió de él mismo y frotó su vientre: -Ustedes van a volver loco a papá Alec, pero no me arrepiento ni por un segundo de haber tomado esa poción. Magnus y yo somos muy felices de esperarlos.

Estaba por ponerse de pie cuando lo sintió, su piel se erizó, sus instintos de cazador anunciando la presencia de eso para lo que ellos estaban hechos, eso y el inconfundible olor: demonio.

Alec, por instinto, buscó su arco y su estela, antes de recordar que no estaban. Empezó a escribir un mensaje a ciegas, sabiendo que Magnus vendría sin dudar. No importaba lo que escribiera; si Magnus sentía algo raro, vendría.

Pero la voz lo detuvo, Alec ni siquiera pudo girarse para mirarlo: -Sabes que tu brujo tiene fuertes salvaguardas aquí, nadie que intente hacerte daño puede pasar. Magnus nunca dejaría solo al portador de sus hijos.

¿Portador?

¿Qué rayos? ¡No es como si Alec fuera sólo un recipiente!

Pero Alec no dijo nada, no discutió, mientras estuviera hablando ganaría tiempo para que Magnus volviera o Jace llegara por fin.

-Esto es completamente inesperado, pero muy afortunado para todos nosotros. El hijo de uno de los príncipes del infierno teniendo descendencia. ¡Y qué descendencia! Son híbridos de brujo y cazador de sombras. Fuertes como el Gran Magnus Bane, tanto que están matando a su padre.

¿Qué? ¿Matando a quién?

Alec quiso girarse, pero un escalofrío lo recorrió cuando algo viscoso se poso en su vientre, sobre el moretón.

Quiso alejar el tentáculo que frotaba su piel, pero entonces el demonio siguió: -Necesitamos que estos híbridos nazcan para usarlos, sólo por eso vine. No van a sobrevivir sin al menos siete meses en tu cuerpo. Y tú, cazador de sombras, no vas a sobrevivir si esto sigue así. Ellos no pueden soportar las runas en tu cuerpo por la magia en ellos. Y tú estás muriendo lentamente porque es demasiada magia para ti....

Alec sintió que no podía respirar ni moverse. El tentáculo se separó de él, sin haber hecho daño. Su piel se erizó cuando lo sintió desaparecer tras él. Sólo su voz flotando en el lugar con sus últimas palabras:

-Sólo quería informarte para que busques una solución. Los híbridos, descendientes de Magnus Bane, no pueden morir. El futuro del infierno depende de ellos.

CONTINUARÁ...

¿Se esperaban eso? 😱

Alec en peligro de muerte 😭💔 ¿Creen que pueda salvarse?

Y Jace que no llega 😒 ¿qué habrá pasado con él? 🙈

Los demonios quieren a los bebés 🙈 ¿cómo creen que el infierno depende de ellos?

Siento tardar tanto en actualizar 😞 de verdad no tengo tiempo, muchas gracias por esperar y seguir leyendo ❤