Capítulo III

500 63 13
                                    



Capítulo III

Restauración e investigación.

Safe and Sound [Capital Cities piano tribute] - Ducci

–Creo que en dos. . . tres días como mucho habré arreglado este desastre –dijo Erin tras analizar detenidamente el cuadro varias veces. Se agachó y observó de cerca el lienzo. No era muy antiguo y estaba bien conservado. Había sido pintarrajeado con spray amarillo limón por encima, pero el daño podría haber sido mayor. Era mucho más sencillo arreglar una mala pintada a un navajazo en un lienzo (sobre todo a uno de aquellas magnitudes).

Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y puso en orden el material que necesitaría: aguarrás, esencia de trementina, brochas y pinceles, espátulas, trapos y carboncillos, un par de lápices de mina blanda, gomas de miga de pan, polvos de talco, un metro oxidado, tubos de pintura varios, un vaso sucio, una paleta, su navaja suiza y un rollo de papel de cocina.

Normalmente, cuando en un lienzo había algo que se debía borrar, lo más sencillo era cubrirlo con pintura blanca y volver a empezar una vez esta estuviese seca, pero ese no era el punto. Erin sabía que estaba más que capacitada para eliminarle el rostro al antiguo director y volver a pintarlo con tan sólo una imagen del cuadro de antes del incidente sin ninguna clase de fallo y sin margen de error. Pero no quería ni podía llamar la atención. Lo último que deseaba era que alguien que no debía descubriera su don para la pintura y, con él, su antigua vida. Siempre tenía que ir un par de pasos por detrás de sus máximas capacidades, siempre haciéndose pasar por alguien algo torpe con el pincel pero lo suficientemente buena como para ser capaz de restaurar una obra sin prácticamente ningún error. Estaba entre la espada y la pared.

Finalmente decidió que la mejor solución sería eliminar el spray en lugar de cubrirlo. Para borrar pintura al óleo era suficiente con esencia de trementina o aguarrás, un trapo, paciencia y mucho cuidado. Sin embargo, los grafitis eran algo más complicados. Erin sabía perfectamente de la existencia de diluidos y sprays para borrar grafitis, pero también sabía que utilizarlos dañaría el lienzo y la pintura al óleo que había abajo. Las mejores soluciones que se le ocurrieron fueron el uso de acetona (con mucho cuidado, algodón y un trapo viejo), pulimento con un poco de diesel (aunque se la estaría jugando a engrasar demasiado el lienzo y estropearlo) o con cera y aguarrás. Todas las opciones significaban algún riesgo, pero todos se los podía permitir. Había traído las pinturas pertinentes para arreglar aquellos desperfectos que surgiesen de la retirada de pintura amarilla. Mientras sopesaba cual de aquellas tres opciones era la mejor, el novio del hombre del supermercado entró con pasos ágiles a la sala. No le dijo absolutamente nada, ni siquiera le deseó los buenos días. A Erin le dio igual, por supuesto. Ella estaba allí trabajando, limpiando el desperfecto.

Pasó los dedos por el cuadro, embelesada por las distintas tonalidades. Sus musas la estaban atacando, pero no podía liberarlas. Al menos, no tan pronto. Tenía que terminar el trabajo antes.

–¡Sherlock! –el hombre del supermercado entró corriendo en el antiguo despacho –¿Has descubierto algo? ¡Oh! –dijo al darse cuenta de que su compañero no era el único en la sala –Hola.

–Hey –contestó Erin. Se volvió a girar hacia el enorme cuadro. Se había decidido por la acetona, así que se puso manos a la obra.

–Vámonos. Hemos acabado aquí –contestó el hombre alto después de asomarse por la ventana.

–¿Estás seguro? No sé si es el momento o. . .

–La pintada es un mensaje para alguien que trabaja aquí.

Resiliente [Sherlock Holmes]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن