Capítulo IX

359 48 24
                                    

Capítulo IX

Código de libros.

Moi... Lolita – Aizée


–¿Cuántos crímenes hacen falta para que empiece a creer que un maníaco anda suelto?

John estaba que echaba humo. Había escuchado un disparo y había corrido al encuentro de Erin y Soo Lin para encontrarse a la joven irlandesa arrodillada y llorando sobre el cuerpo sin vida de su ex compañera, en cuya mano yacía una pequeña flor de origami de color negro.

Ya de nuevo en Scotland Yard esperaba, como mínimo, un poco de participación activa por parte de la policía.

–Esta noche han matado a tiro a una joven. Van tres víctimas en tres días, ¡tendría que estar buscándolo!

–Lukis y Van Coon trabajaban para una banda internacional de contrabandistas. Una banda llamada El Loto Negro que opera aquí, en Londres, delante de sus narices –añadió Sherlock con ira. Algo se había movido dentro de él cuando encontró a la repelente mocosa irlandesa llorando a moco tendido sobre el cadáver de la única pista que tenían.

John se acercó a Erin, que estaba sentada cabizbaja, aún un tanto afectada después del tiroteo, mientras Sherlock discutía con el oficial.

–¿Estás mejor?

–No –murmuró ella con la voz algo ronca. –Ha sido culpa mía, John. Yo la dejé ahí, sola... ha sido todo culpa mía.

–Erin, por favor, no digas eso. Yo os dejé solas a vosotras antes. No ha sido culpa tuya. Quizás... si te hubieses quedado tú ahora estarías... estarías...

–¿Muerta? Quizás eso hubiese sido lo mejor para todos.

Un pensamiento fugaz revoloteaba por la mente de Erin. ¿Y si aquel caso estaba relacionado de alguna manera con Dandelion? ¿Y si ya la había descubierto? ¿Y si todos sus esfuerzos no valían nada? ¿De verdad merecía vivir? Había dejado sola a Soo Lin cuando más la necesitaba... había dejado que su propio hermano le pegara un tiro entre ceja y ceja prácticamente delante de sus narices. ¿Y si...?

–John.

–Dime.

–No deberíais juntaros conmigo. No soy buena para nadie.

–Espera, ¿qué? ¡Erin! No has hecho nada, lo de Soo Lin no ha sido culpa tuya...

–No es sólo lo de Soo Lin. John, ¿qué sabes sobre mí?

Él no respondió. Sabía lo obvio. No sabía nada. Ante su silencio, la muchacha continuó hablando.

–Exacto. Y créeme, es mejor así. Es mejor que no coincidamos más. Yo... yo... tengo que irme.

Se puso en pie. Le dolía el rostro, magullado, y le pesaba el corazón dentro del pecho.

–Adiós, Watson –dijo antes de irse.

John se quedó allí, de pie, sin saber que hacer, cuando sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del agente.

–¿Puedes demostrarlo?

Sherlock sonrió de lado. Tenía muy claro a quien debía acudir para cerrarle la boca de gallito a aquel imbécil.

wvwvwvwvw

Resiliente [Sherlock Holmes]Where stories live. Discover now