Capítulo IV

480 52 26
                                    


Capítulo IV

El secreto está en la pintura.

Rude [MAGIC! Violin Cover] – Daniel Jang

Watson observaba cómo Sherlock se movía por la escena del crimen como pez en el agua. Estaba totalmente concentrado y sus ojos brillaban con la intensidad de una estrella que está a punto de explotar. Frunció el ceño cuando paró a examinar el escritorio de la víctima, sobre el que había una flor negra de origami que a John le parecía vagamente familiar.

El apartamento de Lukis era pequeño y estaba muy desordenado. Montones de papeles cubrían el suelo como una alfombra, había ropa arrugada tirada en los sofás y libros dispersos por todo el lugar. Sherlock miró por la ventana a través de las cortinas semitransparentes y, sin girarse hacia nadie en particular, habló:

–Es una cuarta planta, así que creyó que estaba a salvo. Tanto Lukis como Van Coon lo creyeron.

El inspector Dimmock no parecía muy convencido con las palabras de Sherlock.

–Creen que estarán bien porque han puesto la cadena y cerrado con llave. Ni siquiera piensan que haya otra forma de entrar –continuó justo antes de encaramarse al aparador como un mono.

–¿Qué quieres decir? –preguntó el inspector.

–El asesino escaló la pared. –continuó el detective consultor, estirándose cuan largo era para alcanzar una ventana que había en el techo y en la que John no había reparado hasta aquel momento.

–¿Qué se supone que está haciendo, Holmes?

–Se pega a las paredes como un insecto –sus ojos brillaron mientras hablaba, como si estuviera realmente feliz de aquel pequeño descubrimiento –esa es la respuesta.

–¿Qué?

Sherlock se giró hacia el inspector, que parecía estar más perdido que un pulpo en un garaje, y se colocó bien el abrigo.

–El asesino escaló la pared, recorrió el tejado... y entró por este tragaluz. Cuando asesinó a Van Coon, escaló seis pisos y saltó al balcón.

-¡Já! ¡Venga ya!

–También lo hizo cuando entró en el banco. Recorrió la cornisa y saltó por la terraza.

–Pero... ¿Cuál es la relación entre las víctimas? –Dimmock se pasó las manos por el pelo, frustrado.

Los labios de Sherlock dibujaron una media sonrisa mientras su mirada acariciaba algunos de los libros que había por el suelo. Como siempre, John era incapaz de ir a su velocidad de deducción y no entendía qué le había hecho tan feliz ni cual sería el próximo paso, que su colega parecía tener más claro que el agua. Siguió su mirada hacia los libros. Algunos estaban abiertos y mostraban los códigos de barras y sellos de la Biblioteca West Kensington... su próxima parada.

wvwvwvwvw

Erin tarareaba mientras deslizaba el pincel por el lienzo. Avanzaba viento en popa a toda vela, mucho más rápido de lo que esperaba. A aquel paso acabaría antes incluso de lo planeado, tal vez lo suficiente como para pasarse por la galería de Dylan a darle las gracias en persona. . . y preguntarle si tenía algún bote de aguarrás de sobra, para próximas tareas como aquella.

Sebastian no había vuelto a acercarse –cosa que agradecía enormemente–, por lo que estaba aún más tranquila de lo habitual. Casi ni pensaba en el misterioso mensaje de la noche pasada, aquel que seguía jugando con su mente.

Resiliente [Sherlock Holmes]Where stories live. Discover now