Capítulo 32

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El sonido de las ruedas de maletas y pasos apresurados  ha sido lo único que he escuchado desde que volví a casa.

Papá y mamá no han dejado de moverse apresuradamente de un lado a otro cargando el coche con las pertenencias que me llevare durante un tiempo que ni siquiera es concreto.

Cojo una de las fotografías que tengo colgadas en el corcho de mi habitación y la miro detenidamente, es de las primera que nos hicimos los chicos y yo.

La guardo en el interior de una caja junto al resto de fotografías, dibujos, cartas y demás recuerdos que estaban anteriormente colgados por mi habitación.

-¡Natalie ya esta todo, vamos!—escucho gritar a mi madre desde la entrada y dando una ultima ojeada a la habitación cojo la caja y con ella entre mis manos salgo cerrando la puerta tras de mí.

Es irónico que millones de recuerdos inolvidables quepan en una simple caja de cartón.

Mi padre me arrebata el paquete y lo mete en el maletero mientras que yo entro en la parte trasera del coche, miro por la ventana con la esperanza de que los chicos aparezcan y se despidan de mí.

Pero no lo hacen y mi padre arranca el motor alejándome del que es mi hogar.

                               ***

Al llegar mi prima esta esperándome en la puerta de la casa de mi abuela con una sonrisa de oreja a oreja.

Cuando bajo del coche se lanza sobre mí y me da un fuerte abrazo.

-Veras las de locuras que vamos a hacer ahora que estas aquí—dice ayudándome con la maleta de mi derecha.

-Acabo de llegar y ya estas pensando en eso—digo riendo levemente.

Beso la mejilla de mi abuela y Elizabeth  ( o Liz que es como yo llamo) y yo subimos a la que será de ahora en adelante mi habitación.

-¿Cómo te va con Aaron?-dice luego de un silencio interminable.

Abro la maleta donde se encuentra la mayoría de mi ropa y me siento en el suelo para guardarla en el armario, Liz se sienta a mi lado para ayudarme.

-No sé, desde que les dije que me iba no han vuelto a hablarme, él incluido, lo más probable es que quiera terminar con todo teniendo en cuenta que no tengo idea de cuando volveré.

-Bueno aquí me tienes para todo ya lo sabes-dice echándome una brazo sobre mis hombros y sonriéndome, luego deposita un beso en mi mejilla.

Mis padres se marchan unos minutos después y Liz se queda a dormir conmigo hoy para hacerme compañía, porque aunque vaya a estar con mi abuela mi prima es el mejor modo de entretenimiento que tengo.

Liz y yo estamos acostadas hablando sobre lo que haremos mañana, entre ello ir al instituto para coger lo que necesitare, pero mi teléfono suena interrumpiendo nuestra conversación.

Desconocido: Una pena que hayas tenido que irte no te negare que me he aguantado las ganas de ir a despedirte, pero como  ya te dije siempre me entero de todo y por lo visto tus amiguitos no han ido a despedirse y puedo jugarme la cabeza a que ni se han molestado en escribirte, ahora es cuando tengo que decir te lo dije, pero, en lugar de eso te mando imágenes, ¿te parece? Ya que como bien dicen una imagen dice más que mil palabras.

Y debajo de ese mensaje hay varias fotos de los chicos en el parque, en la pizzería, pero una y probablemente la que más me dolió es la de ellos hablando con Ashley como si fueran amigos de toda la vida y Aaron con una chica dándole un beso cerca de los labios.

Mi salvaciónWhere stories live. Discover now