Capitulo 37

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Una vez el día término todos subiremos al coche de Evan y este nos dice de quedar esta tarde en su casa para idear nuestra nueva broma.

Liz y yo bajamos cuando el auto frena frena frente a mí casa y nos adentramos en ella.

En la puerta de la nevera hay una nota que Liz lee en voz alta para que yo también pueda oírla.

-He tenido que salir con tu padre a hacer unos recados, os he dejado a Liz y a ti comida en el horno, te quiere mamá.

Al terminar de leer tira el pequeño papel a la basura mientras que, yo, cojo la comida y la reparto en dos platos, metiendo uno en el microondas y seguidamente metiendo el otro.

Cuando las comida de ambas está lista dejo un plato delante de Liz y otro en el lugar en el cual me sentaré.

-¿Qué crees que tendrá pensado Evan para la broma?—me pregunta Liz luego de beber agua.

-Nada bueno, eso está claro, pero quizás sea algo flojo, teniendo en cuenta que es la primera que hacemos aquí y que no queremos que nos expulsen tan rápido—respondo levantándome y dejando mi plato y el de Liz en el fregadero.

Abro la nevera y saco de su interior un yogurt de fresa y otro de coco, dándole el primero a Liz.

-Eso espero, como nos expulsen justo al haber empezado el curso no quiero pensar la que nos esperara, por cierto, ¿puedes ayudarme a hacer unos deberes de matematicas?—dice Liz cogiendo su portabloc y colocándolo en la mesa del salón, yo hago lo mismo con el mío y la miro.

-Lo intentaré, pero sabes que se me dan fatal, osea que algo mal seguro que vas a llevar—por no decir todo.

-No importa, mientras los lleve hechos—y con eso ambas nos ponemos a hacer los ejercicios hasta la hora de ir a casa de Evan.

Antes de irnos escribo una nota avisando de donde estamos y la cuelgo en la nevera.

Por suerte la casa de Evan no está muy lejos de la mia y en veinte minutos estamos tocando a su puerta.

-Hola chicas, los demás están en la habitación de Evan—dice la madre de Evan al abrirnos la puerta a Liz y a mí.

-Gracias Rose—digo entrando en la casa.

Liz y yo subimos las escaleras hasta el piso de arriba y andamos hasta el final del pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación de Evan.

-Hola chicos—saluda Liz entrando a la habitación.

Los chicos están sentados en el suelo formando un círculo, me siento al lado de Evan y Liz se sienta junto a mí.

-Muy bien, ¿cuál es tu plan genial?—digo mirando a el chico de taco a mi lado.

-Aun no conozco como se trabaja en ese instituto asi que me tendrás que guiar, ¿sabes si hay una alarma de incendios?—me pregunta Evan.

-Creo saber dónde hay una, al lado de la sala de profesores.

-¿Quieres activarla?—pregunta Ruth.

Mi salvaciónWhere stories live. Discover now