¿Alfa? ¿omega?

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Un nuevo día de escuela, sonrisas por aquí y sonrisas por allá, halagos, piropos, todo lo que un joven alfa de 17 años puede desear; Magnus Bane acababa de llegar a la escuela y como siempre era el centro de atención.

- Buenos días presidente - Catarina su mejor amiga le daba la bienvenida con una sonrisa, mientras a su lado Ragnor sólo lo miraba con aburrimiento, de pronto, una joven omega se acercó con un presente.

- Lo amo presidente, gracias por salvarme de esos salvajes

- No tienes que agradecer princesa, si vuelven a molestarte sólo avísame y con gusto les volveré a dar una lección a ese trio de imbéciles

- Tan perfecto... - fue el murmullo en general de todos los presentes

Magnus era el hombre ideal de todo alfa, beta u omega; rico, guapo, inteligente y sobre todo de buen corazón, no había quien no volteara a verlo deseando algo más que una sonrisa.

Esa tarde, luego de despedirse de sus compañeros decidio regresar a casa caminando, estaba escuchando música cuando a lo lejos vio a un niño siendo atacado por un perro, corrió en su ayuda y llegó justo a tiempo para evitar que el enorme can mordiera al pequeño.

- Si su perro es agresivo debería ponerle un bozal y llevarlo con su respectiva correa

El dueño del perro, otro alfa como él, le gritó que no se metiera y estuvo a punto de golpearlo cuando Magnus le gritó que era un irresponsable, justo en ese momento un par de agentes llegaron alertados por los vecinos de la zona.

Los policías se llevaron a aquel hombre pues muchas veces había causado disturbios y dejaron a Magnus con el pequeño que aún lloraba.

- ¿Estás bien pequeño? ¿Ese perro te hizo daño?

Cuando el niño levantó su rostro y corrió a refugiarse en sus brazos, Magnus quedó petrificado, de pronto se sintió mareado y su temperatura corporal empezó a subir, no sabía que estaba pasando pero con mucha dificultad pudo soportarlo, lo apartó un poco y vio un bulto removiéndose en su barriguita para luego subir hasta sacar su pequeña cabecita, era un pequeño gatito.

- Gracias señor

- No soy un viejo pequeño, mi nombre es Magnus y tú ¿cómo...?

No pudo terminar de preguntar, un fuerte mareo al punto de casi dejarlo inconsciente lo dejo sin habla, ese niño tenía un aroma embriagador y su cuerpo reaccionaba a él, algo en su entrepierna estaba despertando, cayó de rodillas llevando su mano ahí y se dio cuenta de la humedad en sus pantalones, por primera vez en sus 17 años estaba mojado.

Corrió, estaba asustado, muchos hombres y mujeres empezaron a seguirlo con la mirada mientras olfateaban, otros lo miraban con lujuria y eso lo aterró aún más, a lo lejos vio un taxi y subió en el.

- Vaya, que aroma tan dulce, tienes suerte de que sea un omega, no deberías salir de casa sin tomar tus supresores y menos cuando estás en celo

- Yo no soy un omega, soy un Alfa

- Pues lamentó decirte que no es así, eres un omega ¿es que nadie te lo dijo? ¿Cómo has vivido hasta ahora?













Historia corta, escrita anoche por esta irresponsable luego de tratar de ponerme al día con mis otras historias. La buena noticia es que ya está terminada, gracias a quien la lea.

Adiós Mi Alfa Onde histórias criam vida. Descubra agora