Mi destinado

1.2K 117 30
                                    

- Nosotros no vemos en ti a un Alfa o a un omega, nosotros te vemos a ti, nuestro amado hijo, siempre te lo hemos dicho Magnus

Después de llorar abrazado a su padre, llegó el momento de avergonzarse gracias a su madre, fue ella la que le explico los cambios que iba a experimentar su cuerpo y todo acerca de una vida sexual saludable.

- Mamá ese es un tema que quisiera hablar con mi padre

- El niño tiene razón mujer, esa es una conversación padre e hijo

- A callar, aquí la que tiene experiencia en ese campo soy yo, acuérdate que tú no sabías ponerte un condón.

- Querida... no frente al niño

Después de una extensa y vergonzosa plática sus padres le explicaron lo que sintieron cuando se conocieron y él estaba experimentando lo mismo.

Sus sentidos se nublaban y el deseo de ser tomado por aquel niño le hacían perder la razón, su corazón latía intensamente y su aroma lo embriagaba, eso solo significaba una cosa, Alec era su destinado, su único, Magnus Bane había encontrado a su pareja.

Como había prometido se vieron en dos ocasiones más, para el moreno era muy difícil permanecer a su lado y no tocarlo, pero no podía apartarse, lo necesitaba, necesitaba a Alec para ser feliz. Un domingo estaba rondando cual acosador la casa del pequeño y él lo encontró escondido entre los arbustos y lo invitó a pasar.

- Tu casa es muy bonita

- Mami no está, esperame voy a servir un poco de té

Magnus vio a Alec tratar de verter un poco de agua caliente en las tazas, pero se derramó, así que de inmediato se acercó y beso sus pequeños dedos

- ¿Estás bien?

- Si... - Alec estaba muy sonrojado y se abrazo a Magnus para esconder sus rosadas mejillas, esto hizo que el moreno sintiera un fuerte tirón en su zona privada, correspondió el abrazo mientras sus feromonas se disparaban, Iglesia se erizo por ello y lo mordió para proteger a Alec, pero aún así Magnus no lo soltó, su mente imaginaba una y mil posiciones  donde podría gritar su nombre, justo en ese momento Maryse la madre de Alec llegó y apenas lo vio un instinto asesino la rodeo.

- Quita tus zarpas de mi bebé o te castro

Luego de muchos gritos por parte de Maryse y lágrimas por parte de Alec defendiéndolo para que no lo echara de casa, Magnus pudo hablar.

- El es mi destinado, nuestro lazo...

- ¿Te das cuenta que mi bebito solo tiene nueve añitos? Tu tienes ¿Cuántos años tienes Sr pedófilo?

- Diecisiete

- Se llevan ocho años, es demasiado

- Pero yo..., él es mi...

- No, lo siento pero no puedo aceptar algo así, Alec aún es un bebé, ni siquiera imaginaba que es un Alfa

- Le juro que esperaré, jamás haré nada indebido, no lo tocaré hasta que sea un adulto y nos casemos, pero por favor no me aparte de su lado

- ¿casarse?....- Maryse quería matar al ojiverde frente a ella, pero Alec estaba a su lado tomando su mano y con la mirada seria retandola a separarlos - No creas que no entiendo, se perfectamente lo que es encontrar a tu destinado, mi esposo era un Alfa, él ya no esta con nosotros pero de seguro... está bien, pero si pones aunque sea un dedo en mi hijo te arranco las pelotas y se las doy al gato ¿entendido?

- Si, gracias mamá

- En tus sueños idiota

Alec había escuchado absolutamente todo pero no entendía nada de Alfas, omegas o destinados.

Despues de escuchar las reglas impuestas por su suegra Magnus se despidió de Alec y tomo un taxi directo al hospital.

- Necesito más supresores

- ¿Tú madre no te dio?

- Si, pero se me acabaron, por favor tío Levi

- No puedo andar recetándote supresores como si fueran golosinas

- ¿Sabias que eres mi tío favorito? Pero si no quieres tío Albert...

- Esta bien, pero no le digas a tu madre, no quiero que me de un sermón otra vez, por cierto, aquí, toma es un regalito para ti

- No es mi cumpleaños

- Es un presente por haber encontrado a tu destinado, lo vas a necesitar

Magnus sólo observó a su tío con sospecha, tomó la caja y se fue a toda prisa, su madre rondaba por los pasillos del hospital y no quería encontrarsela. Llegó a casa y se dejo caer en su amplia cama, estaba caliente, era un pedófilo que se pasaba el día pensando en Alec, ahora que estaba conciente de ser un omega y haber encontrado a su destinado necesitaba de esos supresores, fue por ellos y vio la caja sobre su escritorio, la abrió y se sonrojo más de lo que ya estaba, en la caja había juguetes eróticos, no pudo resistirlo, sabía que estaba mal pero hizo uso de ellos, sus dedos no eran suficientes y sólo un nombre fue pronunciado con cada penetración.

Adiós Mi Alfa Where stories live. Discover now