•Capítulo sesenta y siete " De vuelta a casa"•

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Lea.
Esperaba impaciente sentada sobre el sofá de la enorme sala de esta casa, me sentía tan sola sin mis niños. Por suerte, me alegraba que llegarán hoy, Damon me avisó unas horas antes siendo ahorita las 2 de la tarde con 15 minutos; incluso les había preparado una deliciosa comida ya que lo más seguro es que lleguen con demasiada hambre. Me preocupaba que alguno de ellos entrará herido de alguna forma por esa puerta, si algo les sucede no se que sería de mí sin ellos. Los aprecio demasiado como mis propios hijos a excepción de Damon, no estoy segura de si esto está bien pero creo que estoy comenzando a desarrollar otro tipo de sentimientos hacia él que gracias a mí testarudez he logrado ocultarlos o eso creo ya que ninguno de los demás me han dicho nada ni tampoco él.

Pasaron otros 15 minutos, y yo cada vez me desesperaba con el paso de los segundos haciéndome éstos eternos. Movía mi pie impaciente contra la madera del piso, vi la hora de nuevo en mi reloj de muñeca cuando escuché un ruido proveniente de la puerta. Me levanté en cuánto vi que ésta se abría dejando ver a todos ellos. Mi felicidad de verlos se esfumó como humo al ver a ___ siendo cargada por Youngmin y Kwangmin por lo que pude ver traía una gran herida en su pie izquierdo y se quejaba del dolor gritando y maldiciendo como es digno de ella.

Me acerqué corriendo hacia ellos. —Mi niña, ¿Pero qué, qué te pasó? —quería revisar su herida pero al tocarla ella gritó asustandome.
—Un lycan, la mordió en su pie ¿Puedes hacer algo, Lea? —me explicó Damon quién apareció detrás de los gemelos aún con ella en sus brazos.
Asentí. —Llevenla a su cuarto, iré por unas cosas y los veo allá —dije.

Ellos pasaron por mi costado, pero para mí desgracia en cuanto ellos se movieron, detrás venía Dominik con Blair también en brazos. ¿Qué acaso se pusieron de acuerdo para venir heridos? De nuevo me acerqué con ellos dos dándome cuenta que ella también había sido mordida por esos animales solo que ella lo traía en su brazo.

—¿También la mordieron? —pregunté y Dom asintió en respuesta. —¿A eso fueron? ¿A lastimarse todos? Mira como traes tu rostro Dominik, y el de los demás también.
—Lea, era una pelea. Sabías que sino moríamos, al menos saldríamos heridos de ahí y créeme que es mejor estar así que ya no existir —respondió. Eso me hizo darme cuenta que tenía razón, si, llegaron heridos pero al menos llegaron con vida.
—Si, lo siento Dom. Llévala a su cuarto o al de ____ ahí las curaré a las dos —señale las escaleras para que subiera.
—De acuerdo —caminó con ella supongo que al cuarto de ___.
—¿Ustedes están bien? —me giré encontrándome con Aria y Stefan, éste último cerraba la puerta apoyando a su hermana en su hombro.
—Dentro de lo que cabe, si. Sólo me lastimé un poco la rodilla, es cuestión de utilizar una rodillera o descansar supongo. —contestó ella.
—Esta bien, aún así te pondré una pomada o algo y descansas. Iré con tus hermanas, que ellas si necesitan algo más. —los tres oímos sus gritos hasta la sala y eso que ellas estaban en el segundo piso.

Entré rápidamente a mi habitación buscando un botiquín de primeros auxilios justo iba a salir cuando Damon aparece en la puerta.

—¿Necesitas ayuda con eso? —señaló el enorme botiquín que cargaba o eso trataba pues si estaba pesado a mi parecer.
—No es...—en ese momento se me iba a caer pero Damon actuó más rápido que yo agarrándolo antes de que cayera al piso.
—¿Ibas a decir que no era necesario? Yo digo que si lo es —su rostro estaba muy cerca del mío y nuestras respiraciones chocaban entre sí. Me puse nerviosa a lo que me levanté rápido.
—Este... llévalo al cuarto de ____...¿Ahí están las dos? —pregunté nerviosa.
—Si, están gritando y maldiciendo como siempre. Esta vez sí estoy asustado Lea, no dejan de gritar ni retorcerse del dolor —su voz se oía apagada.
Puse mi mano en su hombro dándole apoyo —Estarán bien, Damon.

" BLOOD" (Sehun y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora