CUANDO MENOS TE LO ESPERÉS

DE VUELTA A SANTA MONICA

Cole.

Desde la noche del domingo me estoy quedando en una casa que pertenece a mi tía. Queda cerca de Taylor y hay más comodidad y privacidad de la que se puede encontrar en un motel que no me podía permitir pagar con el dinero que tenía en la billetera.

Después del domingo me concentre en investigar un poco como esta de avanzada la iniciación de Taylor en la banda de narcotraficantes de Daymon. En los puertos me hice pasar por un consumidor en busca droga para sacar algo de información pero lógicamente no dijeron nada.

Hasta el viernes por la mañana que decidí esperar a que alguien saliera de la casa. No tendría que esperar mucho se notaba que se había acabado tarde la fiesta y varios autos estaban  estacionados. Esperé una hora hasta que se abrió la puerta.

Salió un tipo calvo y delgado que se veía que iba hasta la mierda de borracho con camisa verde y con los pantalones desabrochados con un tatuaje de una cadena en la muñeca. Me confirma que es el indicado para conseguir algo.

El tatuaje en la muñeca significa que estas en los altos mandos de la banda, algo que pocos alcanzan. Estuve a punto de ser parte de ellos de no haber sido por Samantha. Algo que agradezco ya que me cagan las agujas.
A los quince años un par de amigos se tatuaron y me invitaron un par de veces a ver como se los hacían. Pero no pasaba de ver a sentarme en la silla para que me chuzaran la piel.
Muchas veces me dijeron que me hiciera uno pero les dije que no. Jamás les conté que me cagaba del susto, solo que no sabía que tatuarme y no quería rayarme la piel con chorradas que luego quisiera borrar y no pudiera. Algo que pareció convencerlos porque nunca me acosaron más.

El tipo sin poder equilibrarse terminó en el piso y rodo por los tres escalones hasta el suelo de piedras de la entrada de la casa. Se dio cuenta de que lo miraba y me hablo. Bueno, supongo que es a mí ya que no hay nadie más al rededor.

- Tío me podrías ayudar a llegar a mi auto.- Se da la vuelta y se sienta en el suelo apoyando la espalda en el primer escalón.

Con algo de duda me acerco y al llegar al frente del hombre estira la mano y lo ayudo a ponerse de pie. Luego pongo su brazo alrededor de mi cuello para que pueda equilibrarse.

- Buena fiesta? - Pregunto.

- Que te cagas de buena. Daymon siempre las saca de vuelo hombre.

Ok. Eso es un buen comienzo.

- Es el dueño de la casa?

- No. El dueño es un niño pijo, la mascota de Daymon.- Se carcajea y por un momento pienso que se va a vomitar. Pero se recupera. - Deberías venir a la próxima celebración...cómo te llamas?

No le puedo decir mi nombre a este tipo. Puede que todo esto sea un engaño y no este ebrio. Y luego le diga a Daymon que hablo conmigo y complicar más todo.- Jhon.- contesto.

- Bueno Jhon estas invitado. Además solo tendremos esta casota hasta que toque darle de baja al dueño. Llévame hasta el coche rojo.

Quedo helado por un momento y comprendo todo. Daymon no quiere a Taylor en la banda. Solo quiere utilizar su nombre para negocios ilegales y que la responsabilidad caiga sobre mi primo. Algo que en su momento pensé que era porque se estaba uniendo en la banda. Pero con la confesión que me acaba de hacer este borracho y que no debería prestarle atención me deja ver un panorama mucho peor.

Si Daymon solo está utilizando el nombre de mi primo para negocios ilegales significa que cuando se cierre el negocio y llegara a caer. Mi primo iría al cárcel y si todo sale como está planeado por la banda a Taylor lo mataran para no tener el riesgo de que en algún momento le informe a las autoridades y facilite su captura. Taylor eres una puto estúpido. No tiene riesgo de estar hundido en una perra pandilla si no enterrado por una.