XIII

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El edificio principal, cuyos veinte metros de altura y único kilómetro de diámetro lo hacen ver imponente, se ubica en el centro de Edén. Los ángeles que trabajan en el edificio principal se encargan de mantener el orden en Edén y entre sus habitantes, además de asegurarse de que los ángeles que habitan la tierra cumplan las reglas. En el segundo piso, Taehyung apareció sobre una plataforma de mármol circular de dos metros de diámetro, esta poseía una superficie hecha de ópalo blanco, lo que le permite a los ángeles viajar entre Edén y la tierra. De haber tenido tiempo se habría arrodillado y agradecido a cada rincón del cielo por haberle dado la suerte de que ninguno de los operadores de la plataforma estaba cerca. Aunque daba la impresión de que nadie estaba cerca...

Sin tiempo que perder el castaño se apresuró a bajar de la plataforma y dirigirse silenciosamente hacia las escaleras, pasando entre las columnas de mármol y sin detenerse a echarle un vistazo a alguna de las pinturas colgadas en las paredes como lo haría en otro momento. La ausencia del bullicio no era normal, más aun considerando que era pasado el atardecer, lo que era considerado la hora pico en ese piso del edificio; el silencio perpetuo lograba ponerlo aún más nervioso.

Pudo llegar con éxito al tercer piso, una de las múltiples puertas que allí se encontraban destacaba por ser casi tan alta como la pared que la sostenía y detalles de oro hechos a mano. Dando largas zancadas se dirigió a aquella puerta. El sonido de pasos desconocidos hicieron eco en el corredor compañía de voces femeninas entre tanto silencio, haciéndolo apresurarse y adentrarse en la habitación sí antes de ser visto. En sus oídos retumbaba el errático latir de su corazón.

— Miren nada más quien ha venido a visitar. — siseó una voz. — ¿Qué te trae por aquí, pequeño cupido?

Frente a Taehyung se extendía una habitación de tamaño considerable en cuyo centro se encontraba una serpiente gigantesca enroscada sobre sí misma que parecía sonreírle desde la oscuridad. Desde su lugar junto a la puerta observó a la serpiente dirigirse hacia él, deslizándose lentamente por el suelo y mostrando su lengua filosa de vez en cuando, hasta cernerse frente él. Aquella no era una serpiente cualquiera; ella es el Oráculo, quien todo lo sabe y conoce, el único ser en todo el universo con la habilidad de advertir el plan del Destino. Carraspeó un poco e intentó tragar el nudo de su garganta. — Necesito averiguar algo.

— ¿De dónde viene este nerviosismo tuyo? — inquirió con burla. — No habrás olvidado todas esas veces que viniste a mí por algún consejo...

— No estoy para juegos, el Tiempo me trae corto.

— Así nos trae a todos. —con su característico reptar parsimonioso retrocedió y regresó al centro de la habitación seguida del muchacho. — Sé para qué vienes, estás buscando a esa chica.

— Haneul es mi amiga, está en problemas y debo salvarla.

Con notorio hartazgo dejó salir un suspiro liviano. — Sabes que odio hacer de ángel guardián y aun así te digo que no te metas en sus asuntos. La chica morirá, ¿y qué? No es tu trabajo decidir quién viene y quien se marcha, además de que un humano menos no hará mucha diferencia. Serán más tus problemas al salvarla que los suyos al morir.

Taehyung sopesó cada palabra dicha, les tomó su importancia y tomó una decisión.

— He sido egoísta una vez, y a pesar de que me provocó un momento de calma ¿de qué me sirve un placer efímero cuando al final del día me encuentro solo nuevamente? — declaró con su mirada clavada en la ajena. — Serpiente, estoy dispuesto a pagar por mis acciones.

La serpiente inclinó su cabeza a un costado y lo examinó cuidadosamente desde sus pies bien puestos sobre el mármol polvoriento de la estancia, dándole un vistazo a sus manos empuñadas y terminando en una mirada suplicante ahogada en desesperación. Suspiró nuevamente y murmuró una maldición para sus adentros, la situación finalmente cobró sentido.

de un flechazo al corazón.Where stories live. Discover now