XVII

106 23 11
                                    


Se movía con pasos pausados y silenciosos a través del corredor, de vez en cuando alzando la mirada a cierto detalle que lograra llamara su atención, aunque eso ya no fuese muy común. Varios días han pasado desde su llegada a Edén, debido a que muchos pensaban que ella era la culpable de lo que le sucedió a cupido su estadía allí ha sido complicada, de ninguna forma podría haberse quedado de no ser porque Seokjin la defendió y pidió que le permitieran alojarse en cualquiera de las habitaciones del edificio principal hasta que Taehyung despertara. Cabe destacar que eso no había mejorado las cosas, de mala gana llevaban sus comidas a su habitación —ya que no le era permitido ir a los primeros pisos del edificio—, las chicas de servicio la miraban con cierto desprecio al tener que llevarle ropas limpias y lavar las anteriores a diario. Nadie la quería ahí mientras que ella resistía bajo la esperanza de ver a su amigo siquiera una última vez.

— Haneul. — llamó Seokjin al final del corredor, lucía un tanto agitado y estaba sonriendo. — Taehyung despertó.


— ₊˚.༄ —


Frente a Haneul se cernía con imponencia una puerta de dos metros y medio de alto, solamente eso se interponía entre ella y la persona que no abandona sus pensamientos ni un segundo. Saber que Taehyung ha despertado sintió como ser golpeada por tantas emociones que no sabía cómo reaccionar al respecto.

— ¿Por qué no entras? — inquirió suavemente Seokjin detrás de ella.

— Porque tengo miedo. — murmuró. Aún no se sentía cómoda dejándole saber a los demás cómo o qué sentía, sin embargo Seokjin la ha ayudado desinteresadamente desde el primer momento.

— Estoy seguro de que te hará bien verlo. — aseguró. — Entra ya, yo esperaré aquí. — dijo con ánimo.

Ella asintió antes de llevar su mano a la manilla y entrar de una vez por todas. Al otro lado de la puerta Haneul halló con una habitación individual, de paredes y suelos blancos, el techo —a diferencia de lo demás— variaba en algunos lugares de tonos de azul simulando el cielo. Se encontraban jarrones con flores coloridas por doquier, repisas sostenían lo que probablemente eran medicinas y en medio de una cama individual descansaba un muchacho alado, vestido de negro y cuyo rostro estaba oculto tras el libro del Destino.

— ¡Ya era hora! — exclamó sin apartar su atención del libro. — Llevo más de diez minutos gritándoles para que me acercaran un vaso con agua. — la chica hizo un esfuerzo por contener la risa ya que podía oír el mohín en su voz.

Finalmente, después de días de pesadumbre, el corazón de Haneul pudo hallar un poco de paz. Al menos por ahora.

Se cruzó de brazos y por primera vez sonrió. — Vaya, hacen algo por ti una vez y ya te crees un rey, ¿eh?

Taehyung dejó caer el libro por accidente debido a la sorpresa de oír la voz de la chica. Se miraron durante un minuto como si ninguno pudiese creer que estuviesen frente al otro, fue un minuto que ambos sintieron como una vida entera. Lentamente las comisuras de los labios del castaño se alzaron hasta esbozar una de sus características sonrisas rectangulares y que le dio paso a una suave risa. Haneul, contagiada, también rio al correr hasta él y envolverlo en un cálido abrazo. Taehyung estaba bien y eso era todo lo que le importaba.

— Cerebro de plumas, casi me provocas un infarto. — por más que intentó ocultarlo, su voz se quebró a la mitad de la oración.

Los brazos del castaño se encerraron a su alrededor con más fuerza. — Cómo me arrepiento, Hani. Lamento tanto haberte hecho pasar por eso, yo... encontraré la manera de compensártelo. — dijo con la voz amortiguada por haber ocultado su rostro en el cuello de la chica.

— Saber que estás bien es más que suficiente.

Durante los próximos veinticinco minutos estuvieron conversando; ella le contó sobre las pinturas colgadas en los corredores que más le gustaron, también que conoció a Seokjin y que lamentablemente no pudo ver en persona los lugares de Edén que Tae fotografió pues no le permitían salir. Por otro lado, él le contó sobre el sueño que tuvo esa mañana.

— Ya echo de menos a Inu. — dijo él, haciendo un mohín.

— Probablemente él también te eche de menos. — sonrió enternecida. — Me dijeron que alguien se encargaría de alimentarlo hasta que regrese.

— ¿En serio? Qué sorpresa que sean tan amables.

«¿Amables?» Haneul quiso reír aunque no lo mencionaría.

— Es extraño verte con alas. — señaló Hani con cierto deje de diversión.

— Las enfermeras dijeron que debo acostumbrarme a no ocultarlas tan seguido, así que tú también deberás acostumbrarte para cuando regresemos.

Un nudo se formó en su pecho, no supo cómo mirarlo, mucho menos qué decirle. Unos toques a la puerta atrajeron la atención de ambos antes de que la puerta se abriera y Seokjin apareciera tras esta. «Nunca dejará de ayudarme cuando más lo necesito, ¿o sí?» — No quisiera interrumpir pero debo hablar con Haneul. — indicó.

— Descuida, de todas formas ya casi es la hora de la cena ¿no? — le sonrió el castaño. Ella se incorporó, no obstante antes de hacer nada, él tomó su mano. — Nos iremos pronto ¿de acuerdo? Sólo dame unos días. — le sonrió.

Haneul sintió su tan corazón frágil cuando le devolvió la sonrisa y le dio un último abrazo antes de salir de la habitación con Seokjin. Estando afuera, el más alto le explicó que esa noche debería regresar a la tierra. Pese a su voz suave, las palabras se clavaron en su pecho como navajas, disipando la poca alegría de su día. Era incapaz de protestar, no podía, regresaría a su hogar voluntariamente o a la fuerza, no debía ser muy lista para saberlo después de lo sucedido en su primer día en Edén.

Esa noche mientras Taehyung dormía plácidamente, Haneul entró a hurtadillas a su habitación. Examinó cada centímetro de su rostro, grabando en su memoria sus rasgos delicados que le daban un su apariencia seráfica y deseándole en silencio buena suerte en lo que le resta de vida. Plantó un beso en su frente y se marchó con el corazón colmado de angustia.

Esa fue la última vez que Jung Haneul vio a Kim Taehyung.

de un flechazo al corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora