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Una nueva puerta abierta.

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Observaba la puerta de la granja media abierta, viendo así los colores del cielo... rosa con la claridad de aquel azul, el sol a penas empezaba a salir. Algunos dormían, otros se mantenían despiertos... mejor dicho, desvelados ante el terrible susto del que presenciamos ayer y también la triste pérdida del bebé de Natasha. Era un niño y nació muerto, como si lo hubiese estado desde hace mucho. Fue totalmente desgarrador, fue demasiado difícil observar cómo Daryl tuvo que cogerlo y envolverlo con una manta... aún no se deshacen de él. Fue sumamente triste tener que observar cómo Natasha se revolcaba en el suelo entre lágrimas, lo único que tenía de su pareja que había perdido, también lo perdió. Tuve que ser testigo de cómo su hermana pequeña corría a mi, abrazándome como si hubiésemos tenido una conexión de confianza. No la rechace y la fortalecí, sentí sus manos acorralarse en mi cintura mientras lloraba, fue extraño per fue una sensación deseada de mi parte.

Me levante del suelo, observando aún como mi pequeña hermana dormía entre los brazos de Michonne, acurrucada. Levante la vista al observar la puerta del granero medio abierto, viendo los colores del amanecer nuevamente. Me tocó observar en cómo pude distinguir desde aquí la figura de Aliana sentada en un tronco, sola. Aunque me había levantado para dirigirme a mi papá, quien estaba sentado en el suelo y aislado, no pude evitar en detenerme para observar la soledad que ella estaba llevando en estos momentos, llevaba despierta desde hace un buen rato y llevaba sola también el mismo tiempo. Acomode mi sombrero e igual mi chaqueta de cuadros que me cubría del frío que hacía, pero al menos aquí hacía algo de calor... favorecía demasiado. Con cuidado camine por aún lado de los demás que permanecían despiertos, dirigiendo mi vista a mi papá quien me observaba con curiosidad al ver que iba hacia él. Aunque tan solo me detuve de frente y quede algo confuso ante lo próximo que había insinuado a penas llegue allá.

—Acompáñala, sé que lo quieres.—sonrió, algo coqueto... fue sorpréndete de su parte así que tan solo fingí no saber de qué hablaba; pero él sabía, él me conocía.

—No vamos hablar de esto, papá.—dije un tono bajo, viendo su rostro, viendo algo de brillo en sus ojos. Mientras que no pude evitar observar lo larga y gris que estaba su barba.—Hoy no lo hablaremos.—arregle.

—¿Entonces no me estás negando nada?—baje mi cabeza, sin saber qué responder, el tema de Aliana parecía traer curiosidad y ni yo mismo sabía que estaba sucediendo.—Eso es un no.—dijo, sonriendo.

—No es nada, ni un si, ni un no... simplemente no es nada papá.—respondí, nuevamente en un tono bajo mientras que papá negaba.

—Conozco cada unos de tus pasos, miradas y pensamientos. Sé ya lo que sucede aunque lo niegues y se lo que pasara aunque lo evites, aunque ambos lo eviten.—él se refirió a mi y a Aliana, extrañamente volví a quedar confundido ante sus palabras.—Ve hablar con ella, luego tendremos esta charla y arregla todos tus sentimientos, no quiero que alguien salga herida.—dirigió su mirada a Camila, quien dormía profundamente aún lado de Rosita. Asentí ante eso, quedándome con sus palabras en mi mente.

—Gracias... —le susurré a papá, mientras que este me sonrió y asintió, así que pude dirigirme afuera del granero, viendo así aún a la misma chica, en la misma posición y aún estando sola. Sentí una timidez en hablarle, mucha pena en verla así... así que solo actué como todo me salió.—Hace frío, es mejor que estes adentro.—le dije, sentándome aun lado de ella en el tronco dónde estaba. Ni siquiera pronunció una palabra y mantuvo su rostro cabizbajo. Suspiré.

𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀 ─𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒  ①Where stories live. Discover now