Capítulo 20/ Y la catástrofe comienza

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*Diario de Bianka*

1 de Agosto de 1944- Se declara el inicio de la rebelión polaca contra los alemanes. Mi tía y yo no hemos podido salir de la casa. Tiroteos en las calles, robos por comida e inseguridad. Los alemanes no se molestan en saber si estas contra ellos o no, te atravesarán una bala. No sé nada de Johan desde hace 5 meses. No sé si está vivo aún, si está herido, si ha matado o si simplemente está tratando de evadir la situación.

5 de Agosto de 1944- El ejército polaco ocupa la mayoría del territorio durante el alzamiento. Los refuerzos alemanes de la SS llegan a contraatacar. Seguimos encerradas sin poder hacer nada, sin ningún contacto con el exterior más que con el periódico del día y el balcón de mi cuarto que daba al exterior. Al leerlo me entero de realidades que no creí que fueran a pasar nunca. Los polacos toman las ruinas del gueto judio y los alemanes empiezan a tratar a los ciudadanos detenidos como prisioneros de guerra.

9 de Agosto de 1944- Todo está empeorando, los ciudadanos están acorralados por los alemanes. A cada hora escucho como las bombas tocan el suelo de la plaza principal, destruyendo hospitales y edificios al rededor de ella.

13 de Agosto de 1944- Los bombardeos cada vez son más cerca de donde vivo. La mitad de la ciudad se encuentra en llamas. Aún no sé nada de Johan por lo que estos meses no he podido dormir tranquila ni un minuto. La comida se nos está empezando a acabar debido a que si a alguna de nosotras se le ocurre salir, probablemente no regresaría con vida.

17 de Agosto de 1944- Los alemanes logran detener a parte de los defensores polacos. Alemania cada vez gana más fuerzas. Me levante ese día tan triste como los otros. Me encontré a mi tía leyendo un comunicado que le habían mandado.

-¿Que dice?- pregunte cansada. Ella nada más me lo entrego. -¿Nos vamos?- me sorprendí al leerlo, nos íbamos a trasladar a un refugio en donde estaríamos más seguras pero significaba que estaríamos sin ver la luz del día durante un largo tiempo, con personas que no conocíamos. Empaque todo lo que me cupo un una maleta de mano y dejé todo atrás. Las lagrimas brotaban por mis mejillas ya que mi infancia entera se quedaría atrás, y probablemente se prendería en llamas.

19 de Agosto de 1944- Primer día en el refugio y me levanto con las palmadas de mi tía en mi brazo, ansiosa por que me despertara. -Feliz cumpleaños querida.- dijo en un susurro. Me levante frotándome el ojo con mi mano. Era mi cumpleaños.

-22 años.- dije asombrada. Nunca creí que fuese a pasar mi cumpleaños de esta manera, sin pastel ni velas que soplar.

-Mira.- dijo mi tía trayéndome una de las velas que utilizábamos para alumbrar cuando se iba la luz. Cerré los ojos y pedí por que todo esto acabara, las matanzas, la guerra... y que pudiese salir y ver la luz del día sin tener que huir de una bomba. Sople con fuerzas y mi tía aplaudió. -felicidades Bianka.- no pude evitar que lágrima se me saliera.

-Este es el cumpleaños más triste que he tenido.- dije y sonreí con tristeza. Me acuerdo cuando en mis cumpleaños íbamos a celebrar a Malak, un pequeño restaurante en el que iba con mi padre y mi madre, nosotros 3 solos celebrando. Nunca imaginé que extrañaría tanto partir un pastel y que me cantasen, es algo a lo que ya estamos acostumbrados a hacer y lo pasamos por alto. Por primera vez en mi vida quise que mi cumpleaños terminara, no tenía ganas de celebrar nada.

21 de Agosto de 1944- Llevo dos días en el refugio, siento que mi felicidad se ha apagado por completo, la gente de ahí no ríe, no canta, no baila, ni si quiera habla. Mi tía lleva leyendo el mismo libro durante meses, y yo dibujo constantemente los rostros de la gente que me rodea. Niños, adultos, bebés, mujeres, hombres, viejos... todos en un mismo lugar. Lo único que nos mantenía al tanto era el periódico que llegaba. Era el momento en el que todos se reunían a escuchar a Kaspar, un hombre de mayor edad, quien nos leía a diario el periódico. La comida es escasa, nos toca un pan y una sopa a cada quien a diario. Al principio me sentaba bien pero a la larga mi estomago pedía más y más comida.

En Busca de la EsperanzaWhere stories live. Discover now