Capitulo 19/ El refugio

1.8K 118 9
                                    

Iba caminando sin rumbo por las calles. Caminé hasta que empezó a anochecer. Al parecer después de unos minutos me topé de nuevo con aquel muro que divida a los judios de nosotros, era como si aquel gigante de concreto me quisiera a su lado. Camine lo más rápido posible tratando de evitarlo.

–Quizá si dejaras de caminar todas las horas de tu vida te evitarías más problemas.– Me dije a mi misma.

Al cabo de unos minutos sentí una presencia atrás de mi que cada vez sentía más cerca. Al principio me asuste, estaba sola, al lado del muro, era de noche y estábamos en guerra. Volteé aterrada después de que sentía su respiración detrás mío y antes de que pudiese ver quién era, plantó sus labios contra los míos. Me retorcí como bovino furioso a punto de ser sacrificado. Recibir tal beso a estas altas horas de la noche no podía ser buena señal. Sin pensarlo, solté una gran bofetada que dejó mi mano ardiendo. Al ver quien era, no pude explicar lo que sentí en ese momento, fue como si de pronto todos mi problemas se habían esfumado, era algo que ya hace tiempo quería hacer, pero las circunstancias no lo permitieron. Me alejé rápidamente y me sonrojé pero al mismo tiempo me enfurecí.

–¡Himmel!– exclamé llevándome los dedos a mis labios mientras mi cara ardía en vergüenza.– ¿Que haces aquí tan tarde? y ¿por qué me besaste? ¿no estabas enojado? Hace rato me trataste como si no me conocieras. Y ni creas que olvidaré lo que vi– comencé a soltar todas las palabras que me hubieran a la mente con la esperanza de que fueran respondidas pero Johan solamente sonrió genuinamente. Lo miré con rabia y sentí un impulso de agarrarlo a golpes con todas mis fuerzas y salir huyendo de ahí, pero me fue imposible. Lo intenté con todas mis fuerzas pero algo me detenía.

–Preguntas demasiadas cosas Ratkowski.– fue inevitable sonreír igualmente, pero esta vez con lágrimas en los ojos.

–Bueno pues yo si estoy molesta, no puedes hacer como si nada Himmel, esa insensatez fría me hace daño. No puedo explicarte lo que sentí al oirte dar esa orden.– Dije cruzando los brazos seguido de un resoplido de Johan.

–Me comporté como idiota lo sé, últimamente no sé lo que me pasa.– Me miró un momento y aquella mirada diabólica había desaparecido.

–Pero, en serio, me debes una explicación... y considero que una disculpa también.– dije seria y Johan sonrió.

–Te explico en el camino- vociferó sin disculparse. –Vamos, que esta zona no es segura y no me gusta.– me dio un golpecito en mi hombro con el suyo y nos dirigimos de regreso a mi casa. Por un momento me sentí como idiota, Johan hacía lo que quería conmigo y yo le seguía la corriente como si nada hubiese pasado, como si se lo mereciera. ¿Por qué? Pues... si lo conocieran me entenderían. Comenzaba a sospechar que esa sonrisa tenía algo más que dientes. Lo volteé a ver para que me empezara a explicar y entendió.

–Bueno, primero que nada, la última vez que te vi fue en ese baile. Cuando te dejé en tu casa, la verdad esperaba verte al día siguiente para hablar contigo de algo importante que cada vez ha ido empeorando, y también por lo menos para decirte adiós, aunque hubiera sido desde la ventana. ¿Por qué te fuiste asi?– Johan me miró triste, se le había pasado el rencor de pronto.

–Te lo iba a explicar el día que te fui a buscar pero me ignoraste, después iba a salirme de una reunión social pero me detuvieron y al final traté de explicarte pero me encontré con un Johan diferente –Johan alzó la ceja.

–Lo sé, estos meses me he sentido extraño, tú me devuelves la cordura ¿sabes? Si estoy a punto de hacer algo malo, me acuerdo de ti y me detengo. Pero esta vez no estuviste aquí para hacerlo.... y dime, ¿Te detuvo aquel chico con el que estabas hace unas horas?– lo miré extrañada por el repentino cambio de tema y su tono manipulador. Entonces comprendí que la mirada que sentí en el restaurante, había sido la de Johan.

En Busca de la EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora