Euphoria - Scorbus

Capítulo 19

Scorp se puso nervioso, veía como se acercaba Albus de manera seductora, entonces cuando estaban suficientemente cerca, Albus lo tomó de su túnica y acercó su cara para hablarle al oído.

—Entonces Malfoy, ¿me ayudarás con este secreto? —sus labios casi rozaban su oreja, lo que hizo que al rubio se le erizara la piel.

—Bien Albus... —dijo el rubio, mientras intentaba alejarse algo nervioso— mañana en la noche nos repartiremos la poción, durará solo unas pocas horas, pero supongo que va a ser suficiente para ambos.

—¿Y tú para que la quieres Scorp? —en todo este rato no se había preguntado para que podría querer algo de suerte su amigo, podría haber sido para el quidditch, pero no tenía sentido que fuera en la noche ni mucho menos mañana cuando la mayoría de los estudiantes viajaría a sus casas para pasar las fiestas.

—Así como tú tienes tus secretos Al, yo tengo los míos —le respondió.

—Vamos, dime, yo te dije que tú sabrías el mío... por favor, dime —nuevamente se había acercado bastante, lo tenía casi acorralado, el rubio se sentía demasiado nervioso así que inventó algo rápido.

—E... es para... para solucionar las cosas con Rose.

Albus se sorprendió. Como era posible que después de todo Scorpius siguiera babeando por la maldita Rose. Se enfadó mucho, y sin disimular su enfado se alejó abruptamente y se fue con paso firme hacia las mazmorras. Después de eso no sabía si llevar a cabo su plan.

Scorp quedó desconcertado, ¿y si no debería haber vuelto a sacar a Rose entre ellos? No tenía sentido, aunque sabía que Albus se enojaba cada vez que hablaba de ella, aunque no se le había ocurrido nada más.

Al día siguiente, Albus fue a desayunar solo y se encontró de frente con su prima que llevaba su baúl.

—¿Albus? ¿Vas a pasar la navidad aquí?... ¿solo?

—"Hola Albus", "hola Rose", "¿cómo estás?" "yo bien" "¿y tú?" "bien gracias" —respondió de manera irónica su primo, y continuó— si pasaré las vacaciones acá, pero no solo... eso creo... espero.

Su prima puso los ojos en blanco y  tratando de empatizar un poco con Albus le preguntó si todo estaba bien con sus padres.

—No, no es nada, solo quiero aprovechar lo poco que me queda en Hogwarts con... —dudó un poco, pero prosiguió— con Scorp.

Rose no quería hablar de Scorpius, sabía que había actuado muy mal con el chico, así que prefirió terminar pronto con el tema y se fue rápido.

—Está bien Al, yo saludaré a tus padres de tu parte. Cuídate ¿si? —y lo abrazó. Albus no entendía, Rose se iría a casa, y Scorp no podría usar la pócima para arreglar las cosas con ella, a menos que... sonrío tras una fugaz idea que tuvo.

Llegó la noche. Eran pocos los alumnos que quedaban y cenaron todos juntos en el gran comedor. Luego cada quien se dirigió a sus salas comunes. De quinto año solo se quedaron Scorpius Malfoy, Albus Potter y otras dos chicas con quienes nunca formaron lazos. Los dos chicos se fueron a su habitación.

—Bueno Malfoy —le gustaba decirle así solo para molestarlo— lo prometido es deuda —le hizo un gesto con la mano.

—Bien Albus, pero yo voy primero... —se disponía a beber el dorado líquido, pero Albus le arrebató la botella de un tirón.

—Déjame ir a mi primero Scorp, imagínate no es felix felicis. Podría estar envenenada y me muero si algo te ocurre Malfoy... —Scorp no pudo detenerse, cuando Albus quería algo de él siempre lo conseguía.

Albus comenzó a beber el contenido de la botella y se sintió muy extraño, se lo tomó todo muy rápido, más que con suerte se sentía algo eufórico.

—¡Albus! ¡Maldito Potter te la bebiste toda! —Scorpius se había molestado, no podía creer que Albus lo traicionara de esa manera, así que le dio un fuerte empujón.

—¡Scorp! No pude evitarlo... Además que Rose se fue a pasar las fiestas con la familia... Igual no te hubiese servido —Albus estaba extraño, hablaba muy rápido y se veía exaltado, pero eso no hizo que a Scorpius Malfoy se le quitara el enfado que tenía en ese minuto con Albus.

—¡Te mentí Albus, no quería la felix para usarla con Rose! ¡La necesitaba para otra cosa y ahora no podré! —dijo al borde de las lágrimas. Salió del dormitorio y se fue a la sala común, no quería ver a Albus, no podía creer lo que le había hecho.