Luna es una humana común y corriente, algo torpe y sentimental, que con su nuevo corazón roto irá de vacaciones a este misterioso pueblo en busca de olvidar el pasado. Lo que ella no sabe es que ese pueblo en medio del bosque la arrastrará consigo a...
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-¿Helados?-pregunté dudosa y entre ellos se echaron miradas cómplices mientras Gemma comenzaba a dar pequeños saltitos, se detuvo y me miró a los ojos con un fuerte brillo.
-¡Vamos! -Chilló desesperada y con las mejillas sonrojadas.
«Ella los ama...» me recordó la voz.
Asentí sonriente y comencé a caminar lentamente siguiéndola hasta oir un fuerte grito.
-¡Erick!- Todos volteamos preocupados, menos el sudichoso, en dirección a aquel grito. Eran nada más y nada menos que tres chicos corriendo en nuestra dirección.
-¡Hey chicos! -gritaron en respuesta Erick, Blas y Harry. Ellos se acercaron casi corriendo hacia ellos y una vez que estuvieron frente a frente estrecharon sus manos.
El único castaño de los tres se acercó un poco más echándonos un vistazo rápido hasta que detuvo sus ojos grises en mí. Una sonrisa pícara se formó en sus labios.
-¿Bro, quién es este hermoso ángel? -se giró y amplió su sonrisa.
Erick se posicionó a mi lado sacando el brazo de Kayla para poner el suyo.
-Ni se te ocurra Zac, es mi prima...
-Luna. -solté interrumpiendolo.
-Me presento bella Luna, soy Zac y...-inclinó a un costado su cabeza señalando a dos pares de ojos verdes que me observaban impresionados, unos más que los otros. -aquel par de idiotas son Matteo y Elián.
El que supuse obviamente que era Matteo, pues el otro aún estaba en shock de seguro por volver a vernos, se acercó a mí y estrechó su mano con la mía.-Mucho gusto. -dijo y sonrió formándose dos pequeños hoyuelos en sus mejillas.
«Tierno...»
-Vamos por unos helados ¿quieren venir?-Harry terminó de estrechar las manos con ellos y pasó la mano por su castaño cabello.
-Claro...-Zac y Matteo se encogieron de hombros y comenzamos a caminar siguiendo a una muy entusiasmada Gemma.
-Luna...
Me detuve en seco al escuchar esa voz.
Tranquila. Está bien... Es solo tu mejor amigo de la infancia. Mejor amigo al cual confesamos nuestros sentimientos y al siguiente día desapareció sin dejar rastros. Genial... ¿Qué se supone que se debe hacer en estos momentos? ¿Correr a sus brazos y que me dé vueltas en el aire? Talvez si lo abrazo no me corresponda o en el peor caso, se aleje. Sacudí mi cabeza apartando aquellos pensamientos
«Lo que tiene que pasar, pasará...»
-Elián. -dije desde mi lugar.
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. -me sonrió un poco triste y sus ojos brillaron al chocar con los míos. Casi al instante apretó sus manos nervioso.
