•|Capítulo 6|•

5.4K 342 35
                                    

«No aguanto más

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

«No aguanto más. »

Unas cuantas gotas de sudor se deslizaron por mi frente y rapidamente llevé mis manos para retirarlas. Ya llevábamos alrededor de ocho minutos corriendo o mejor dicho huyendo de las sombras que dejamos unas cuantas cuadras atrás. Observo de reojo mi alrededor y  todos se veían en mejor estado físico que yo, y es ahí es cuando me arrepiento no haber salido a correr cuando me lo proponían.
Luna señoras y señores.

Es un pueblo tranquilo decían... lástima que mis adoloridos pies no opinan lo mismo, aun así, no puedo evitar pensar que la escena a mi alrededor parece de película; todos nosotros corriendo a la mitad de una calle totalmente desierta, con unas sombras hambrientas que nos persiguen hasta que llegue el momento de acorralarnos y despedazarnos como un buen final.
Sí, sería una gran película.

Un rayo iluminó el cielo y pequeñas gotitas heladas mojaron mi rostro.

«Oh genial... lo que faltaba»

Segundos después muchas otras gotas  le siguieron hasta convertirse en una lluvia insesante, rodeada de escandalosos truenos y rayos por doquier. Las luces de los faroles que iluminaban nuestro camino  fueron perdiendo intensidad hasta apagarse completamente y así, en unos segundos el pueblo entero quedó bajo una gran tormenta en la oscuridad de la noche.

«Doblemente genial...»

Ahora sí, destino, ya puedes matarme.

Un rayo cayó a pocos metros de distancia sobre un árbol y sin poder evitarlo cerré los ojos soltando un  grito desgarrador que fue opacado por el estruendoso sonido del trueno, por inercia avancé unos cuentos pasos y pisé una rama haciendo que pierda el equilibrio y caí bruscamente de rodillas al suelo. El dolor no tardó en llegar e inevitablemente hice una mueca adolorida tratando de levantarme.

«Bien, no diré nada.»

En un movimiento rápido ya no me encontraba en el piso, unos brazos rodeaban mis piernas y espalda sosteniendome con firmeza y delicadeza. De reojo ví los ojos divertidos de Noah—Buen momento para estar tirada ¿no creés?

—¡Síganme! —gritó Blas en dirección a lo que parecía ser una pequeña cabaña del vecindario.

Erick se adelantó y sin más, empezó a golpear la puerta metálica ferozmente una y otra vez hasta que se abrió un poquito y los golpes aumentaron esperando abrirla. El rubio retrocedió y volvió a acercarse dando una última patada a la puerta, rompiendo el candado y parte de la cadena. Con desesperación rapidamente entramos chocandonos salvajemente entre nosotros​.
Kayla y Zac al ser los últimos en entrar se dedicaron a levantar y llevar un sucio mueble y una escoba –que se encontraban en una esquina de la cabaña– hasta la entrada bloqueando la puerta aún con las manos temblorosas.

Luna Où les histoires vivent. Découvrez maintenant