Luna es una humana común y corriente, algo torpe y sentimental, que con su nuevo corazón roto irá de vacaciones a este misterioso pueblo en busca de olvidar el pasado. Lo que ella no sabe es que ese pueblo en medio del bosque la arrastrará consigo a...
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
«No aguantomás. »
Unas cuantas gotas de sudor se deslizaron por mi frente y rapidamente llevé mis manos para retirarlas. Ya llevábamos alrededor de ocho minutos corriendo o mejor dicho huyendo de las sombras que dejamos unas cuantas cuadras atrás. Observo de reojo mi alrededor y todos se veían en mejor estado físico que yo, y es ahí es cuando me arrepiento no haber salido a correr cuando me lo proponían. Luna señoras y señores.
Es un pueblo tranquilo decían... lástima que mis adoloridos pies no opinan lo mismo, aun así, no puedo evitar pensar que la escena a mi alrededor parece de película; todos nosotros corriendo a la mitad de una calle totalmente desierta, con unas sombras hambrientas que nos persiguen hasta que llegue el momento de acorralarnos y despedazarnos como un buen final. Sí, sería una gran película.
Un rayo iluminó el cielo y pequeñas gotitas heladas mojaron mi rostro.
«Oh genial... loquefaltaba»
Segundos después muchas otras gotas le siguieron hasta convertirse en una lluvia insesante, rodeada de escandalosos truenos y rayos por doquier. Las luces de los faroles que iluminaban nuestro camino fueron perdiendo intensidad hasta apagarse completamente y así, en unos segundos el pueblo entero quedó bajo una gran tormenta en la oscuridad de la noche.
«Doblemente genial...»
Ahora sí, destino, ya puedes matarme.
Un rayo cayó a pocos metros de distancia sobre un árbol y sin poder evitarlo cerré los ojos soltando un grito desgarrador que fue opacado por el estruendoso sonido del trueno, por inercia avancé unos cuentos pasos y pisé una rama haciendo que pierda el equilibrio y caí bruscamente de rodillas al suelo. El dolor no tardó en llegar e inevitablemente hice una mueca adolorida tratando de levantarme.
«Bien, nodirénada.»
En un movimiento rápido ya no me encontraba en el piso, unos brazos rodeaban mis piernas y espalda sosteniendome con firmeza y delicadeza. De reojo ví los ojos divertidos de Noah—Buen momento para estar tirada ¿no creés?
—¡Síganme! —gritó Blas en dirección a lo que parecía ser una pequeña cabaña del vecindario.
Erick se adelantó y sin más, empezó a golpear la puerta metálica ferozmente una y otra vez hasta que se abrió un poquito y los golpes aumentaron esperando abrirla. El rubio retrocedió y volvió a acercarse dando una última patada a la puerta, rompiendo el candado y parte de la cadena. Con desesperación rapidamente entramos chocandonos salvajemente entre nosotros. Kayla y Zac al ser los últimos en entrar se dedicaron a levantar y llevar un sucio mueble y una escoba –que se encontraban en una esquina de la cabaña– hasta la entrada bloqueando la puerta aún con las manos temblorosas.