Capítulo 28: "Tú serás la siguiente"

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El anciano me miraba desde el otro lado del invernadero, esperando a que hiciera algo

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El anciano me miraba desde el otro lado del invernadero, esperando a que hiciera algo. Yo me quedé tranquila y traté de no tomarlo en cuenta, quería estar allí todo el tiempo que pudiera y dilatar mi llegada a casa.

La cena del día anterior fue incómoda, el desayuno de la mañana también. Mamá trataba de disimular su enojo conmigo, pero yo no pude disimular el mío por ella. Los abuelos lo notaron y estaba segura que la abuela se moría de curiosidad en saber que nos pasaba.

Miré la hora en mi celular, segura que mi madre estaría hablando pestes de mí a la abuela para ganar su lástima.

—Marshall, a esta hora ya deberías estar en casa—informó una voz a mi lado. Era Keegan, traía una mochila sobre sus hombros—. Y pronto se pondrá a llover.

—No quiero volver a casa—confesé—. Me quedaré un rato más.

Asintió, pero no se movió de su lugar. Observó afuera del invernadero y cuando se aseguró que no hubiera nadie, se sentó a mi lado.

—¿Por qué no quieres volver? Si es que se puede saber.

Esbocé una sonrisa triste.

—¿Cómo te llevas con tu mamá? —pregunté, sin saber que esperar. Se quedó pensando un momento.

—Bien...creo que la palabra que busco es excelente. ¿Por qué lo preguntas?

—No me sirves, necesito a alguien que se lleve mal con la suya. —bromeé, Keegan rio, pero en el fondo, no me sentía cómoda hablando de mi madre con alguien que tenía una buena relación con la suya, tenía miedo que no me comprendiera. Lamentablemente con Aaron era más fácil.

—¿Qué pasó con tu mamá? ¿Tan mala es la relación? Puedes confiar en mí. —continuó tranquilo, dejando su mochila en el suelo.

No era tema de confianza, sino de comprensión. A pesar de mis dudas, decidí contarle todo. Desde lo sucedido con papá, hasta su llegada sorpresa a Nome, el embarazo y la boda. Me excedí en dar detalles, porque las preguntas que recibía de Keegan hacían que yo quisiera hablar más. Me desahogué con él, saqué absolutamente todo, la rabia, el enojo y la ironía de la situación.

—Ya no sé qué es lo que quiere de mí exactamente, no la entiendo. Así que, prefiero que el asesino me atrape, antes que volver a casa. —confesé. Keegan negó con la cabeza ante mi comentario, pero en verdad lo sentía así, aunque en la práctica, tal vez no fuera así.

—Fingiré que no dijiste eso—me regañó con la mirada—. Pero no podrás huir siempre de tu madre.

Tenía razón, quisiera o no, ella siempre sería mi madre. Me conocía lo suficiente para saber que, aunque no quisiera tener comunicación con ella, igual la tendría, porque, al fin y al cabo, yo no podría estar toda una vida enojada con alguien, menos si ese alguien era mi madre.

—Tienes razón, pero... quiero intentarlo. Sé que voy a perder contra ella, pero debo intentarlo. Estar en Nome es prueba suficiente de que sí puedo hacerlo, no se trata de huir, sino, de poner límites. Eso necesito, límites. ¿Qué piensas sobre esto?

Todo sucede en NomeWhere stories live. Discover now