-cap.10-

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Quería abrir los ojos pero no podía, simplemente se sentía tan casada...
Quería moverse pero sentía algo pesado sobre ella y a la vez tibio,suave y duro<extraño> sabía que estaba durmiendo hacia la ventana, sentía el sol en su rostro y no sabía que hora era.

De repente comenzó a concentrarse aún con los ojos cerrados, sintió un aliento en su nuca y un suave ronquido que sólo se escuchaba en el silencio de la habitación,Y ahí fué... todo se le vino a la mente, las imágenes surcaron su mente con una fuerza arrasadora y no pudo evitar sonrojarse por ello.

Abrió los ojos lentamente y movió su cuerpo, el cuál se encontraba completamente desnudo, dándole la espalda a él
<¿¡Que había hecho?!> Pero no fué su culpa, simplemente no podía contra él <aunque jamás dijiste NO> seguía moviéndose para quitarse el enorme brazo y la pierna que la envolvían y lo escuchó.

-sigue moviéndote así, y no te levantarás de esta cama hasta mañana- su voz ronca tenía ese tinte adormilada.

Eso sólo logró erojeserla más de lo que estaba -tengo que ir a trabajar- retiró el brazo de él y sólo logró que la pierna hiciera presión contra ella, inmovilizándola.

-no- fue la única respuesta que vino desde atrás,y volvió a colocar su brazo sobre ella.

-la Sra. Va a enojarse conmigo- con uso de toda su fuerza se colocó boca arriba y giró su cara hacia él.

El estaba con una mano bajo su cabeza, el cabellos alborotado, los ojos cerrados, pero se lo notaba relajado, aún la tenía con su mano sobrante -no vas a trabajar más- abrió sus orbes verdes, la miró fijo.

<¿Es que nunca se veía mal? Recién se levantaba maldita sea, debía verse mal como cualquier persona> suspiró, y mordió su labio involuntariamente <¡Dios, porqué es tan hermoso!> -¿que se supone que haré, Sino trabajo para ud. Señor?-.

El esbozo una sonrisa -deja de ser formal, no seas tonta- acarició su rostro - estarás aquí para mí, para esperarme en cada momento y ser complaciente- bajó su mano a uno de sus senos y comenzó a jugar con él.

Algo no le gustaba de todo esto, de repente se sintió mal. Su esposa le dió el trabajo y ahora él le decía que tenía que complacerlo sexualmente, eso hizo que sus buenos pensamientos sobre él, se esfumaran, era tan bello cómo machista -¿Quieres que sea tú amante?- lo preguntó despacio casi con miedo, deseaba con su Alma que la respuesta sea negativa, que ella en su inexperiencia con los hombres se equivocase.

-eres hermosa e inteligente- lo dijo como un cumplido -captaste bien la idea- sonrió mostrando su dentadura blanca.

Los ojos negros no dejaban de ver la expresión de ganador que tenía, se libró del molesto brazo y logró sentarse, aún mirándolo, frunció sus cejas y sintió que su corazón se rompía, su vista se empañó -¿Por quién me tómas?- su tono salió dolido.

El bufó -no lo tomes a mal, pero aún no puedo sacar a mí esposa de aquí, hasta arreglar unas cosas pendientes y de todas formas sería un escándalo social -se giró sobre su espalda y colocó ambos brazos detrás de su cabeza-después veremos que hacee cuando hable con ella-

-no sé porque crees que tienes que deshacerte de ella, simplemente digo NO a tu propuesta indecente- se levantó de la cama y se envolvió en una sábana.

El la miraba desde su perspectiva, está vez con el ceño fruncido, comenzaba a fastidiarlo su testarudez -no es como que tienes muchas opciones, mujer- habló su orgullo, e internamente se arrepintió.

<¡Esa fué la gota que derramó el vaso esa mañana! ¡Tenía dignidad! ¡Qué le pasaba!> Lo miró por encima de su hombro. - no sería la primera vez que una mujer no virgen se casa, en ésta época- y antes de ir al baño agregó -no es como si no tuviera con quién-.

¡serás mi mujer!Where stories live. Discover now