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Una semana había pasado desde que el tierno Alfa confesó lo que sentía por el pequeño Omega, en esa semana el alfa se la pasaba las 24 horas del día junto al castaño, también en esa semana a cortejado al lindo ojiazul, le ha regalado dulces, lo ha llevado a comer helado, a dar paseos en el parque y todos los días pasa por el castaño para irse juntos al instituto.

Como ahora mismo que se encontraba esperando en la Sala del pequeño omega, el rizado sonrió al ver bajar al hermoso castaño, se paró y caminó junto al pequeño omega, al estar cerca de él tomó sus mejillas y dejó un pequeño beso en su frente, el lindo alfa sonrió ampliamente al observar que el menor no traía tanto maquillaje en su rostro, se miraba incluso aún más hermoso.

— Te ves hermoso Lou. —el rizado observó como las mejillas de su Omega se sonrojaban. — Oh, esperame aquí. —se separó del Omega y caminó hacia la mesa del centro, tomó la rosa blanca que había colocado allí para después volver al lado del omega.— Toma Lou. —extendió la flor y junto a esta un pequeño papelito de color azul, el castaño los tomó y sonrió, como cada día, no faltaba que el lindo alfa le diera una flor y una nota con alguna frase, la de ayer había sido un papelito de color rojo con la frase: “Tú con o sin maquillaje eres perfecto para mí Lou-Lou. ❤”, por eso el pequeño Omega había tomado la decisión de no ponerse tanto maquillaje el día de hoy. —

— Gracias Hazzy, iré a dejarla a mi habitación, no tardo. —el alfa asintió, el castaño al entrar a su cuarto dejó la rosa en el florero en el que lleva colocando todas y cada una de las flores que le regalaba el alfa. Fue hasta su cama, debajo de esta sacó una caja y antes de guardar la nota junto con las demás la leyó: “Tú sonrisa ilumina mís días mas oscuros. ❤”, suspiró, dejó la pequeña nota junto a las demás para después volver a meter la Caja debajo de su cama, cuando bajó, le sonrió al Alfa.— Ya nos podemos ir Hazz. —el Omega iba a empezar a caminar cuando el rizado lo tomó de la muñeca y lo jaló hacia él, con una de sus manos tomó la cintura del Omega y con la otra empezó a acariciar su mejilla.—

— ¿Leíste la nota?. — el pequeño Omega asintió levemente y el Alfa sonrió.— entonces... Siempre sonríe Lou, por favor, no dejes que nada ni nadie apague esa hermosa sonrisa que tienes. —el castaño sintió sus mejillas arder, pudo escuchar como el Alfa reía.— me encanta verte sonrojado Lou. —el pequeño Omega hizo un puchero, el Alfa tomó de las mejillas al Omega y empezó a repartir besos por todo el rostro del ojiazul, causándole cosquillas.—

— Y-ya Harry, me haces cosquillas. —el Alfa se detuvo por un momento para después volver a dejar besitos por todo el rostro del menor e incluso en su cuello, estaban tan entretenidos entre ellos que no notaron la presencia de cierto Omega pelinegro, quien tenía una taza de café y una gran sonrisa en su rostro, carraspeó su garganta logrando así llamar la atención de ambos chicos, el pequeño Omega tenía sus mejillas sonrojadas mientras que el Alfa lo abrazaba por la espalda y le daba una gran sonrisa al pelinegro.—

— Perdón por interrumpirlos pero si no se van ahora, no podrán llegar a tiempo a sus clases. —los dos asintieron y sin más salieron de la casa.—

Caminaban con sus manos entrelazadas como todos los días, el Alfa realmente se sentía felíz de tener a su lado a su precioso Omega y esperaba que pronto se convirtiera en su novio, al llegar al instituto pudieron ver como el Omega azabache se colgaba del cuello de su novio castaño y este lo tomaba de la cintura, el Alfa rizado sabía que su amigo hacia eso para dejar en claro que el Alfa ojimiel ya tenía dueño.

— Hola tortolitos. —comentó burlón el Alfa ojiverde.—

— Pero mira quien lo dice, el joven Harry “No me toquen a Louis” Styles. —el rizado rodó los ojos.—

Mi Tierno Alfa [L.S]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα