Hábitos de sueño.

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El canario se despertó y esbozó  una sonrisa cuando lo primero que sus ojos captaron fue el rostro de Raoul de frente a él y completamente dormido.

Se removió con cuidado de no despertarle y alcanzó el teléfono de la mesita para comprobar la hora, la 1:22.

No hacia ni una hora que se habían acostado y él ya se había desvelado, genial.

Se dio media vuelta y volvió a observar el rostro de Raoul, su cabello rubio, suave y despeinado, las largas pestañas y los carnosos labios entreabiertos que suspiraban de vez en cuando. El pequeño tenía un magnetismo que a él siempre le había atraído. Y atraído de nuevo por el, se acercó al pequeño para poder sentir más su contacto hasta posar sus labios sobre los ajenos en una sutil caricia.

-- ¿Estás despierto? Cuestionó el canario cuando al separarse vio como se formaba una sonrisa en su rostro.

-- Hola. Susurró el catalán abriendo lentamente sus ojos. 

-- Hola. Respondió el canario con otra sonrisa. -- Siento haberte despertado. Susurró hundiendo la cabeza en la almohada. 

-- No te preocupes, ya sabes que tengo el sueño muy ligero y un radar cuando tú te despiertas. Dijo el menor acariciándole la nuca.

-- Ya, un radar. ¿qué eres, un coche ahora? Río el mayor desenterrando la cara de la almohada.

-- Ago. Susurró el rubio cortando la risa del mayor. -- ¿Estás bien?

La preocupación que observó en los ojos miel de su novio calentaron el corazón del moreno que entrelazó sus manos para después dejar un beso en la ajena. 

-- Estoy mejor que bien pollito, solo me he desvelado.

-- ¿Seguro? Pregunta pegándose más al otro. 

-- Seguro. Responde besando sus labios. -- Pero me da pena por ti, te despierto cada dos por tres, igual debería irme a dormir al sofá.

-- Ni lo pienses. 

-- Te robo horas de sueño pollito y no quiero que esas ojeras adornen tu bello rostro. Susurra acariciando las nombradas ojeras.

-- Me da igual, además antes también me robabas horas de sueño. Ríe el catalán pícaro.

-- Tonto. Susurra desviando la mirada.

-- Ago, me pase un mes y pico durmiendo fatal porque no estábamos juntos. Ahora que has vuelto conmigo no pienso pasar ni una noche solo si la puedo pasar contigo. Me da igual que durmamos, que hablemos, que cantemos, como si nos pasamos toda la noche viendo vídeos de OT, me da igual mientras te tenga a mi lado Micky.

-- Te quiero amor. Susurra el mayor besándole.

-- Y yo a ti, mucho. Además sabes que duermes mejor acompañado y si es conmigo...

-- Si es contigo duermo genial, lo sé Raoul.

-- Pues fin de la conversación. Susurró el catalán con determinación. Ven aquí anda.

El mayor aceptó la invitación del menor y se acurrucó en su pecho donde trazo caricias, mientras el catalán le acariciaba el pelo susurrándole canciones al oído. Disfrutando del calor de su novio y arrullado por el latido de su corazón y el sonido de su voz el mayor se quedo dormido.

El menor sonrió observando el rostro tranquilo de su chico, no le importaba renunciar a horas de sueño para velar el suyo. Si a cambio podía observar así a su novio, perdería horas de sueño toda la vida.

Viñetas (Ragoney)Where stories live. Discover now