Gijón II

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Raoul acababa de terminar Million Reasons y estaba más emocionado que nunca, gran parte del estadio estaba inundado de color amarillo.

No pudo evitar que las lágrimas inundarán sus ojos al verse tan querido. Dio las gracias con voz inestable y se marchó del escenario.

Cuando bajó las escaleras le sorprendió un abrazo apretado que le reconfortó más que cualquier cosa, sobre todo cuando reconoció quien le abrazaba.

Se hundió en aquel abrazo escondiendo su rostro en el cuello de Agoney. 

-- Shh mi niño tranquilo. Susurró el mayor acariciándole el pelo.

-- Estoy bien Ago. Dijo separándose de él. -- Es que tanto cariño me supera, es increíble.

-- Te lo mereces todo pollito.  Susurra acariciando sus mejillas secando sus lágrimas.

-- Jo Ago me quieren mucho. Dice esbozando una sonrisa increíble.

-- Como yo. Susurra Agoney besando suavemente sus labios.

-- Yo también te quiero. Respondió el menor cuando se separaron.

-- Lo sé. Y recuerda lo mejor está por llegar. Dice guiñándole el ojo haciendo que el menor ría.

-- ¿Me das otro beso? Pidió el menor con una sonrisa tierna y un tono muy bajo.

-- Todos los que quieras cariño. Susurró volviendo a besarle. 

-- Anda vamos con el resto. Dijo el menor tomando la mano de su novio. 

El concierto acabó y después de la pequeña fiesta que se dieron, los dos se fueron a la habitación que compartían.

-- Joder, mira que hace frío. Susurra el menor frotándose los brazos sentado en la cama.

-- ¿Es que a quién se le ocurre venirse en manga corta al norte? Pregunta el mayor sonriendo rebuscando en su maleta.

-- ¡Oye! Que si no te hubiera avisado yo del frío habrías hecho lo mismo.

-- Cierto. Toma anda. Dice tirándole una camiseta de manga larga.

-- ¡Ago!

El mayor suelta una carcajada cuando se gira y ve al menor con la camiseta encima de la cabeza, tapándole la cara.

-- Eres imposible en serio. Susurra subiéndose a la cama y acercándose para quitarle la camiseta de encima.

Una sonrisa se dibuja en los labios del pequeño, sonrisa que Agoney observa embelesado. La camiseta le ha despeinado el flequillo que cae libre por su frente y que el rubio levanta soplando como acostumbra.

Ese gesto hace que Agoney emboce una sonrisa y le acaricie con dulzura la mejilla.

-- Roi tiene razón, tienes la sonrisa más bonita del mundo. Susurra haciendo sonrojar al menor.

-- No es verdad. Susurra desviando la mirada.

-- Sí lo es, llevo meses enamorado de ella. Susurra acariciándole los labios con las yemas de los dedos.

-- Y yo de ti. Dice besando las yemas de sus dedos.

-- ¿Dormimos? Susurra Agoney después de besar sus labios. 

-- Vale.

-- ¿Sigues teniendo frío?

-- Un poco. Responde el rubio.

-- Ven aquí anda.

El menor se acurruca en el pecho del canario que le abraza por la cintura. Antes de dormirse el menor regala un beso en el cuello del moreno.

Viñetas (Ragoney)Where stories live. Discover now