Mal sueño.

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- "Raoul, ¿estás bien?"

Siente la mano de Agoney apoyada en su espalda baja, sobre la camiseta. No hace ni dos minutos que se ha incorporado en la cama, preso de una pesadilla y allí está el canario a su lado, como siempre.

El rubio niega con el rostro, incapaz de hablar sin que se le escape un sollozo.

- "¿Pesadillas?" cuestiona su voz dulce marcada por el sueño. Raoul afirma con la cabeza tumbándose de lado sobre la cama.

Agoney posa dos de sus dedos sobre su barbilla y le insta a mirarle. Le acaricia la mejilla borrando el rastro de una lágrima rebelde.

- "¿Qué necesitas?" quiere ayudarle, necesita hacerlo.

- "Dejar de pensar."

O de recordar mejor dicho. Recordar la pesadilla que acaba de tener. O los recuerdos que la han ocasionado.

- "¿Vienes?"

Raoul asiente acercándose a él que le acoge entre sus brazos depositando un efímero beso en su sien.

El pequeño posa una mano en su pecho, a la altura de su corazón. Y se obliga a centrarse en los latidos que se concentran debajo de su palma, en el calor que desprende el canario o en su respiración acompasada que le mueve suavemente el pelo.

El mayor rodea con un brazo su cuerpo acariciando su espalda en círculos subiendo esporádicamente a su nuca. La otra mano acaba en su pecho, sobre la mano de Raoul, entrelazadas.

- "Parece que no soy tan buen protector de pesadillas como tú." susurra intentando desviar los pensamiento del rubio.

- "Lo eres, créeme."

Pide porque lo que menos quiere es que Agoney se sienta culpable por no ser capaz de ayudarle y porque es verdad. Es la primera vez que una pesadilla le gana en su mente a la presencia de Agoney. Precisamente por eso este no sabe como actuar.

- ''¿Has patinado alguna vez?'' es una pregunta estúpida, lo sabe, pero hablar le parece una buena idea para distraer la mente del canario.

- ''Pero, ¿hay alguien que no haya patinado alguna vez?'' responde comprendiendo la idea que Agoney quiere trasmitirle a través de sus ojos.

- ''No, me refiero a patinar sobre hielo.''

- ''Ah, pues no.''

- ''¿Te gustaría?''

- ''Me encantaría. ¿Contigo?''

- ''Conmigo.'' afirma. ''Podríamos ir estas navidades, ponen una pista en el centro de Madrid.''

- ''Pero no sé patinar.''

- ''Yo te enseño.''

- ''¿Y si me caigo?''

- ''Te ayudo a levantarte.''

- ''¿Cómo ahora?'' pregunta con una sonrisa débil, sintiéndose mejor.

- ''Como siempre, mi amor.'' susurra besando superficialmente sus labios.

- ''Gracias."

- "De nada mi niño."

- "Ago, ¿me cantas?"

Su voz algo ronca aún, por haber despertado hace unos minutos empieza a susurrar una canción.

"Porque desde que te ví no he parado de soñar contigo.
En tus ojos me perdí y perdido en ti todavía sigo."

El menor esboza una sonrisa dulce apretándose más contra él y deja un suave beso sobre su cuello.

"Porque la guerra que libraba dentro.
La ganaste con un beso, devolviéndome a la vida."

Su mano juega con sus cabellos, enredándolos entre sus dedos. Sus labios ascienden hasta dejar un beso en su frente, sigue susurrando.

"Porque se abren de par en par las puertas del paraíso,
cuando me dices te quiero suspirándome al oído. Porque prefiero vivir a tu lado siempre a la deriva. Porque me gusta sentir como mi pecho te grita."

- ''Te quiero, mucho.'' murmura Raoul al borde de quedarse dormido.

- ''Y yo.'' responde acomodando el edredón sobre ellos. - ''Descansa mi amor.''

......

- ''Buenos días.'' responde Raoul al murmullo sin sentido que escapa de los labios del canario.

- ''Hola, ¿Estás bien?'' cuestiona, recordando como el rubio se quedo dormido abrazado a él después de la pesadilla.

- ''Sí, eso creo.'' susurra rozando la mejilla del mayor con el dorso de sus dedos. Al sentirla fría se incorpora, buscando la manta a los píes de la cama que echa sobre ellos. Vuelve a tumbarse al lado de Agoney y arropa su mejilla con una de sus manos en un intento de calentarla.

Se olvidan del paso del tiempo perdidos en los ojos contrarios y en unir sus labios cada dos minutos. En los ojos del menor perdura un atisbo de tristeza, pero Agoney está decidido a borrarlo y a restaurar su calma. Y los dos saben que cuando el canario se promete algo, lo cumple.

Viñetas (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora