Capítulo 6 / Trampas

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Amanda abrió un poco la puerta de su dormitorio, estaba indecisa si salir y caminar por el Instituto o quedarse acostada, el pasillo estaba solo y las luces eran tenues, tal vez le apetecía simplemente quedarse a ver el paisaje de afuera desde la ventana, después de todo a lo lejos había un lago que podía contemplar un rato mientras oscurecía. Sin embargo algo llamó su atención y entrecerró más la puerta dejando así solo una ranura para ver discretamente. La puerta de la habitación contigua se abrió despacio y de ella se asomó precavidamente Celeste mirando a los lados, estaba vestida toda de negro con un abrigo de capucha la cual tenía puesta, salió y cerró la puerta, se dirigió por el pasillo hacia las escaleras con un cuidado y misterio que intrigó a Amanda, quien se dispuso a seguirla. De igual manera ella cerró la puerta con cuidado y la siguió con cautela, dándose cuenta de que no siguió realmente a las escaleras principales sino que giró en una esquina, ella se apoyó en la pared y se asomó tan solo un poco a ver si estaba al tanto de que la seguía, no, solo se paró un momento para ver la hora en su reloj y luego siguió caminando, por lo que Amanda siguió a la chica con una distancia prudencial, pisando la alfombra que cubría el piso con total sigilo. Luego de dos vueltas y dos esquinas pasando por un pasillo llegaron hasta unas escaleras que estaban algo descuidadas, al parecer tenían al menos cuatro años sin limpiarlas ni mantenerlas, el espacio era oscuro, de hecho Celeste sacó una pequeña linterna para seguir adelante, las subió tranquilamente mientras Amanda intentaba ir atrás sin perder el rastro de luz, haciendo silencio y casi sin respirar.

Subieron hasta el piso 6, Celeste no se dio cuenta en ningún momento de que era seguida por Amanda quien iba atrás como su sombra, esta última se arrepintió de no haberse colocado algún suéter puesto que había un extraño frío en el piso, como si hubiera aire acondicionado a pesar de que no había luz aparte de la que salía de la linterna de Celeste, y se memorizó cuantos pasos debía dar de regreso y las direcciones en caso de que tuviera que devolverse en medio de la oscuridad. Alrededor se veían cosas abandonadas, algunas máquinas, y a pesar de que había espacio logró notar que las paredes finalizaban en un muro, por lo que dedujo que sería una parte del piso que no comunicaba con el piso 6 actual, este estaba en desuso, y solo había dos puertas de metal oxidado. Se recordó que estaba siguiendo a la otra chica cuando la luz comenzó a disiparse y el lugar comenzaba a quedar en oscuridad, siguió por un largo pasillo de menos de un metro de ancho hasta donde Celeste se paró en la única puerta que quedaba al final, grande y de madera, se veía pesada y notó que así era cuando la chica que seguía tuvo que hacer fuerza para abrirla, de adentro salía una fuerte luz blanca, por lo que ahí si había electricidad.

<<¿Qué hay ahí adentro>> Se preguntó Amanda.

Celeste entró sin mirar atrás, tal vez ya lo había hecho otras veces y se sentía segura de no ser seguida. La puerta se fue cerrando poco a poco dejando a penas ver la luz que salía por una ranura. Amanda decidió tomar el riesgo de acercarse rápidamente e intentar mirar, pero no lo logró puesto que si intentaba asomarse iba a abrir la puerta o solo tropezarla, en cualquiera de los casos le diría adiós al sigilo y se pondría al descubierto, cosa que no podía darse el lujo de hacer.

Pero escuchó un repique de teléfono. ¿Un teléfono aquí? ¿Cómo es posible si no nos permiten los teléfonos? Se preguntó. Acercó más el oído.

-Hola Martin –Escuchó que hablaba la chica- necesito saber en qué quedó lo acordado. –Un largo silencio que supuso era que le estaban respondiendo al teléfono y tuvo curiosidad de saber de qué hablaba- Bien entonces, necesito esto para mañana más tardar en la tarde, tráeme todo lo que tengas... si, Matheus no sabe nada tranquilo, es un secreto solo mío, de todas formas si algo pasa e interviene en mi camino lo asesino sin que pueda siquiera reaccionar. Además hay que aprovechar la llegada de los nuevos, de Scott y Amanda, en tal caso podrían culparlos a ellos. –Otro largo silencio- Bien, entonces mañana estaré esperando todo.

Instituto Asesino - Una Prisión PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora