Charlotte no tuvo tiempo de reaccionar cuando ya Dexter la tenía agarrada del cuello y la había pegado contra la mesa, haciendo que se montara en ella, sentada, con las piernas abiertas.
-¿Qué te ocurre? –Ella intentó zafarse con fuerza, gritándole-.
-Quiero saber que tan loca estás, y que tan ninfómana eres, con ese vestido estás clara de que me pides a gritos que te posea aquí y ahora... -Dio un quejido cuando la pelirroja le dio una patada en la entrepierna-.
-¡Aléjate de mí maldito bastardo! –Gritó alterada la chica dándole un empujón al reclutado y girando sobre sí misma en la mesa para quedar del otro lado-.
-¡Perra! –Exclamó, Dexter se agarró un momento la entrepierna y le dedicó una sonrisa que dejaba ver una combinación entre dolor y placer- Así me gustan, que sean difíciles. –Ella lo miró con odio y repulsión- ¿Me dices bastardo a mí? Quién sabe si es otra la que es una verdadera bastarda sin padre ni madre –Supo que acertó al ver la expresión de ella- Dime, ¿cuánto quieres por entregarte a mí por las buenas? Ninfómana.
-Como llegues a ponerme una mano encima, considérate muerto. – Dijo en un bajo tono de advertencia. Se acomodó un poco el vestido-.
-¿Es esa otra advertencia tuya? Porque tomaré el riesgo –Se relamió los labios-.
Con un impulso se lanzó por encima de la mesa y agarró a Charlotte por el cabello con fuerza y la tiró al piso, esta a su vez intentó darle otra patada fallándola en esta oportunidad. Gritó y maldijo intentando golpearlo y defenderse, pero el hombre era más fuerte y le agarró las manos con una de las suyas mientras que con la otra libre le alzó el vestido acariciando su muslo derecho ascendiendo poco a poco, logrando que la chica se estremeciera y revolcara para intentar zafarse.
-¡No! ¡Déjame maldito! ¡Dexter basta!
-Ahora no te sientes tan ruda y poderosa como cuando me amenazaste con hablar con Madison ¿cierto? –Hundió su cara en el cuello de ella succionando un poco de su piel en un ligero chupón e inhalando profundamente- ¿Quieres que te hable en el alemán que sabes o en tu idioma natal? –La intentó besar en los labios-.
Ella aprovechó el instante para morderle el labio con fuerza, sacándole sangre y logrando que el otro se quejara, pero para su desgracia eso ocasionó que la presionara más, no que la soltara.
Dexter subió su mano a los senos de ella y luego de acariciarlos por encima del vestido, rasgó el mismo y luego repitió el procedimiento desde la tela de sus caderas para dejarla semidesnuda.
-¡Ayúdenme! –Gritó con todas sus fuerzas, esperando que uno de los guardias entrara y la ayudara, o cualquiera, seguía intentando darle otra patada al reclutado pero no lo conseguía- ¡Alguien ayúdeme!
Dexter finalmente logró rasgarle la ropa íntima y con toda la fuerza de su brazo izquierdo separó las piernas de ella y se bajó el pantalón que llevaba puesto junto con los boxers y antes de que ella pudiera intentar cerrar su entrada sintió como el dolor la invadía y comenzó a intentar de quitárselo de encima como pudiera, gritando en desespero. Pero no lo logró.
Luego de varias embestidas y un par de minutos Dexter la dejó presionada en el piso.
-Que apretada estás para ser una ninfómana, perrita, pero eres salvaje, eso me gustó, ¿a ti no? –Se rió y como pudo se subió el pantalón, sin dejar de tener una sádica sonrisa en los labios-. Pero ya no podré disfrutarte más, porque no me gustan las locas como tú, demente.
Con la mano libre la agarró por el cabello y la pegó contra el piso con fuerza, y usó esos segundos libres para salir corriendo a la salida y perderse del alcance de la chica. Ella quedó tirada en el piso medio inconsciente, con el vestido totalmente rasgado, expuesta, con el cabello hecho un desastre y marcas de chupetones en el cuello junto a un ligero rastro de sangre que provino del labio que le rompió al reclutado, las lágrimas aun corrían por sus mejillas. Simplemente quedó ahí tirada, violada.
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Instituto Asesino - Una Prisión Peculiar
Mystery / ThrillerUna tarde fría y nublada llegan dos nuevos "reclutados" al Instituto Asesino, cuyo propósito es rehabilitar por medios secretos al público común las mentes crueles de los ahí encerrados. Todo ha ido bien hasta los momentos, hasta que la noche en qu...