Está claro, eres mía.

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De camino al comedor observo como mis amigos se entretienen riéndose de algo entre ellos, así que aprovecho el momento y decido dirigirme hacia la habitación de las chicas, donde nada más llegar me encuentro con las tres saliendo de la habitación. Estupendo, Lili y Emma me dejan libre la habitación. Bien, bien. Cuando veo como Mía se dispone a cerrar la puerta, me adelanto y pongo el pie evitando que lo haga. Ella mira el pie extrañada hasta que sube la cabeza recorriendo mi cuerpo con su mirada y me ve allí de pie.
Sí nena, estoy aquí por ti y para ti.

-Hola chicas- saludo a Lili y a Emma mientras que Mía me tiene su mirada fija en mí- Sé que debería haberte avisado de que iba a venir, pero se me ha pasado. Bueno, creo que tú y yo tenemos que hablar- le digo, ella asiente.

-Te reservamos sitio Mía, luego nos vemos- dice Emma antes marcharse con su amiga. Lili me dirige una mirada de advertencia y yo le hago un gesto indicándole que todo está bien. ¿De qué va?

- ¿De qué quieres hablar? -me pregunta mientras abre de nuevo la puerta sonriendo. Ella sabe de lo que quiero hablar, sonrío. Vaya tía.

-Ya lo sabes, preciosa- me mira intensamente. Como se siga mordiendo el labio voy a follarmela aquí mismo. De pie. En la puerta.

-Puede, pero me gustaría escucharlo de tu boca una vez más- suspiro, allá vamos.

-No sé qué mierda me has hecho, pero... me gustas y....joder, yo no he sentido nada así nunca antes por nadie.

-Ósea, que al final la niñata no solo te pone, sino que también te gusta ¿eh? - se acerca cada vez más a mí sin parar de sonreír, sabe cómo provocarme. Está claro que a ella le gusta el juego, y a mí que juegue.

-Si sigues por este camino no vamos a bajar a cenar, lo sabes ¿no? - pongo mis manos en sus caderas, pero ella inmediatamente las aparta y yo le miro confundido. Venga ya, espero que no prefiera bajar a lo que le espera aquí arriba.

-Entonces, ¿Qué somos tu y yo ahora? - yo me río suavemente. Le acabo de decir nunca he sentido nada así por alguien y ella me pregunta esto.

- ¿No está claro? - Joder, me lo está poniendo más difícil de lo que creía- Puedes dar por hecho que estamos juntos nena. Eres mía. - Entonces ella me besa sin duda un segundo y yo sin pensármelo dos veces le sigo el beso, me parece que hoy nos vamos a quedar sin cenar...

#Mía

Esa misma noche el ruido de una puerta me despertó. Al principio pensé que solo serían imaginaciones mías, por lo que decidí seguir durmiendo hasta que sentí hundirse el colchón a mi lado. Casi pego un chillido, pero rápidamente vino hacia mí la imagen de Marcos hace apenas unas horas. No puede ser nadie más que él.

-Hola guapa. Novio a domicilio entregado, ha llegado su pedido.

- ¿Qué haces aquí? - me río- ¿Estás loco?

-Nena baja la voz o despertarás a tus amigas- me susurra al oído- que menos que me des un beso después de todo lo que me ha costado llegar hasta aquí sin que me pillasen.

- ¿Quieres un beso? - le susurro hasta quedar cara a cara con él, y cuando nuestros labios ya se rozan, me propongo retarle - Pues gánatelo- pero no me da tiempo ni de sonreír cuando él ya me está besando, fuerte, con fuerza, hasta dejar nuestros labios hinchados de tantos besos.

-Ojalá todas mis buenas noches fuesen siempre así, preciosa- le sonrío y él me devuelve la sonrisa. Se hace el silencio entre los dos, él no para de mirarme y yo empiezo a sentirme intimidada.

-Deja de mirarme así Marcos, me pones nerviosa- le digo mientras me río y le tapo los ojos con una mano. Él hace caso omiso a mis palabras y me mueve hasta hacerme quedar sentada sobre sus caderas. ¿Cómo tiene la capacidad de verse bien incluso desde esta perspectiva?

-Es que, ¿alguna vez te han dicho lo preciosa que eres? - yo me río. No puedo creer que vaya a tener esta conversación con él.

-No me puedo creer que el chico más arrogante, codiciado y que más tías se ha tirado de toda esta universidad me esté diciendo esto precisamente a mí. - él se ríe suavemente antes de darme la contestación que tanto estoy ansiando. Quiero ver como defiende su postura, eso me parece sexy.

-Eres una exagerada, tampoco soy tan codicioso- y nos reímos los dos por el hecho de que ha omitido el resto de los adjetivos.

Me besa, en mitad de la risa me besa, primero los labios, luego la mejilla, luego empieza a repartir besos por toda mi cara, mi cuello, bajan por mis senos... hasta que de ponto nos interrumpe el sonido de su móvil. Y yo no me puedo creer que me deje a un lado para atender la llamada.

- ¿Sí? - Marcos todavía tiene la voz ronca, y yo sonrió porque sé que le he vuelto a excitar con besos y poco más- ¿Ahora? Son las cuatro de la mañana tío- yo regaño a mi subconsciente al oír qué hora es, mañana estaré agotada en clase- Ahora voy.

- ¿Te vas? -le miro como si le pidiera que se quedase sin palabras de por medio.

-Me gustaría quedarme, pero tengo que irme. Nos vemos mañana preciosa- me da un beso y se levanta. Yo no puedo contenerme más y le pregunto.

- ¿Por qué te vas? - veo como se le tensa todos los músculos y se gira hacia mí.

-Ehh...Emett ha salido con su novia y se le ha olvidado las llaves. Él sabía que yo había salido de la habitación, por eso me ha llamado a mí. Nos vemos mañana preciosa- yo solo asiento con la cabeza mientras lo veo marcharse sin hacer ruido, pero cuando está por salir se gira y viene hacía mí de nuevo para darme otro beso. Ahora sí que se marcha, y tras verle cerrar la puerta intento dormirme, pero no lo consigo, tengo la sensación de que hay algo que Marcos me oculta.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora