Lo cuidaré con mi vida.

55K 3.6K 432
                                    

#Mía

- ¿De verdad te pensabas que ibas a poder conmigo cielo? - me dice Marcos con su cuerpo sobre el mío. Los niños y yo hemos perdido la partida cuando se me ha caído el trozo de tarta al suelo, por lo que sólo nos quedó salir corriendo al ver a mi novio intentar atraparnos. Por suerte, los niños consiguieron escabullirse, pero yo estaba ahora mismo tirada con él en el jardín de su casa mientras escuchaba la risa de los pequeños por alguna parte.

-Ha sido un fallo técnico, estaba a punto de conseguirlo sólo que Tomi se me cruzó de por medio y...

-No te excuses, sabes que no puedes conmigo cielo- aprovecha para hablarme así porque sabe que no le voy a decir nada obsceno con su familia presente. Es un capullo.

-Estás jugando sucio.

-Y eso te encanta. - Le freno cuando veo cómo se aproxima a mis labios para besarlos.

  - Sí mi amor, me encanta. Pero levántate antes de que nos vea así todo el servicio, o peor, tus padres. - Él asiente, sabe que vamos a tener mucho tiempo para darnos besos y celebrar juntos, pero no me siento cómoda con tanta gente en esta posición.

- Está bien nena, si eso te hace feliz- me dice como un niño pequeño. Le miro divertida, creo que nunca me va a cansar su manera de ser. Es algo adictivo para mí.

- ¡Mía ven! ¡Te vamos a dar tus regalos! - grita Tomi desde el salón, ¿regalos? ¿ha dicho regalos?

- ¿Tú hermano ha dicho regalos? ¿Regalos para mí? - le digo a mi novio mientras giro mi cabeza de camino al salón.

-Eso creo. - La sonrisa torcida y ese gesto de arrogancia me dice que él ya era consciente de todo lo que está pasando.

- Marcos, ¿tú ya sabías todo esto verdad?

- ¿El qué? - me dice haciéndose el desinteresado. Ósea, que si estaba detrás de todo esto.

- Deja de hacerte el tonto, sabes de lo que estoy hablando. Nada de esto era necesario, cielo.

-Solo ha sido una tarta nena- Él entra en el salón donde nos esperan sus hermanos y su madre sin darle más importancia a la conversación, pero para mí todo esto era mucho más que eso. Ojalá mi madre me hubiese hecho alguna vez una tarta ella misma como ha hecho Eva.

- ¡Primero el mío! ¡Primero el mío! - grita Tomi moviendo un papel en sus manos de un lado a otro. Por su sonrisa de felicidad supongo que ese será su regalo para mí, así que lo cojo devolviéndole la sonrisa.

- ¿Pero ¿qué?  - escucho decir a mi novio mientras me quita el dibujo de las manos para mirarlo detenidamente. Yo me río ante su reacción y le doy un abrazo al pequeño en señal de agradecimiento.

-Me ha encantado, es precioso. - Eva y Lili nos miran sonrientes esperando su turno para darme un regalo, ambas tienen cosas en las manos, pero antes de que Lili pueda avanzar hacia mí, la voz de su hermano mayor hace que frene en seco.

- Así que ahora Mía es una princesa y tú eres un superhéroe. ¿Este corazón es de amor? ¿Estás enamorado de mi novia? Niño, ¿Cuántos años tienes? - Comienzo a reírme por lo que acaba de decir Marcos, el pobre Tomi está rojo como un tomate de la vergüenza.

- Solo es un niño, déjale- le digo quitándole el dibujo de las manos. Le guiño un ojo al pequeño mientras lo guardo, espero que las palabras de su hermano no le hayan afectado.

- Miedo me das cuando tengas quince, vas a ser peor que yo. - Marcos habla a medida que se ríe de sus propias palabras, pero Eva y yo lo fulminamos con la mirada- Parad las dos, no me miréis así. Está bien, no le diré nada más.

-Dale tu regalo a Mía, cariño. - Le dice mi suegra a Lili con el objetivo de quitarle hierro al asunto. Pero lo siento Eva, tu hijo es demasiado bocazas como para dejar las cosas pasar así porque sí.

- Como te obsesiones con ella te mato- dice Marcos señalando con el dedo al pequeño.

-Marcos ya vale- le recrimino con la mirada, es el momento de su hermana.

-Te he hecho una pulsera de la amistad, yo tengo otra igual y es para que seamos amigas por siempre- la pequeña me mira con los ojos relucientes de ilusión. La pulsera es preciosa, está llena de piedrecitas rosa palo y trasparentes.

-Me la pondré ahora mismo. ¿Me ayudas? - Lili asiente con la cabeza emocionada mientras me ayuda a ponerme la pulsera en la mano izquierda, nunca he soportado llevar nada en la muñeca con la que escribo.

- ¡Ahora vamos a ser amigas para siempre Mía!

-Claro que sí- le digo llenándole la cara de besos mientras ríe. Me da igual la formalidad que debería guardar en estos momentos, estos niños me han robado el corazón.

- Ya vale. Me vais a hacer pensar qué queréis más a mi novia que a mí. -  Inclinó mi cabeza en dirección a mi novio, no está hablando de broma. Está hablando en serio y eso me hace reírme a carcajadas.

- ¿Tú también quieres una pulsera de amistad Marcos? - la dulce propuesta de Lili hace que me ría aún más. Le digo al oído que corra a darle besos a su hermano, y eso hace que Marcos ría a carcajadas también.
Es increíble pensar en toda la gente que le teme o qué sienten respeto con él, si lo conocieran de verdad o viesen lo que yo veo en él, no creerían que se tratase de la misma persona.

-Bueno, parece que me toca a mí- Eva sé acerca a mí haciéndome sentir nerviosa, mi suegra no es una niña de cinco años a la que poder llenarle de besos y hacer cosquillas.

- No era necesario Eva, la sorpresa de hoy ya ha sido más que suficiente.

-Tonterías, esta familia gasta dinero en miles de cosas absurdas a menudo. Me apetecía regalar ya algo a alguien que lo fuese a apreciar de verdad, y estoy totalmente segura de que esa eres tú.

- Dáselo ya mamá o la vas a poner nerviosa. - Creo que por primera vez desde que conozco a Marcos, puedo agradecer sus arrogantes palabras. No es ninguna mentira que estoy nerviosa, de hecho, mis nervios no hacen más que aumentar cuando veo como reluce el anillo dorado que muestra en la palma de su mano.

- Sé que esto es lo que se hace cuando las cosas son más serias, cuando tu hijo se promete o se casa- yo miro a Marcos por el rabillo del ojo, pero al instante me doy cuenta de que él está tan sorprendido como yo.

-Eva, yo...

-No, escúchame. Este anillo lo compré hace muchos años, y siempre he pensado que me traía luz y me aportaba suerte. Creo que es hora de que lo tengas tú, y que te haga tan feliz con mi hijo como yo lo fui en su momento. - Miro a mi novio directamente a los ojos sin saber qué es lo que veo en ellos, él asiente, es todo lo que obtengo.

-Muchas gracias Eva, lo cuidaré con mi vida. - Le digo una vez que el anillo ya está rodeando mi dedo. Mi suegra se lanza para abrazarme cuando me susurra.

- Espero que él también te cuide a ti. - Y con esas palabras estoy segura de que está refiriéndose a algo más que el anillo.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora