Nadie se compara a ti.

90.5K 4.8K 390
                                    


#Mía

Siento como su mano se desliza con delicadeza por mi cuerpo como si de una joya se tratase. Marcos me agarra de la cintura con una mano y con la otra me eleva el mentón hasta quedar a la altura de sus ojos. Me mira a los ojos, mi nariz, mi boca. Se detiene en mi boca. Me besa con ansias y me pega contra la pared. La pared está tan fría que hace que me queje inconscientemente.

-Shh nena- acerca su boca a la mía mientras noto como las gotas de agua de mi cara se posan en mis labios. Él las mira también. - No vas hacer ningún ruido ¿vale? Lo vamos hacer un poco diferente, esta vez no vamos a ser dos locos que follan a toda pastilla. Te prometo que te va a gustar ¿vale?

Marcos... ahh- gimo cuando siento su cuerpo pegado sobre mí. Me duele los pezones, están pidiendo a gritos que los toque.

¿Confías en mí? - yo asiento- Bien, pues gírate nena- hago lo que él me dice, deseosa por saber que vamos hacer, deseosa porque me toque- ahora pon tus manos sobre la pared, justo así. -Noto todo su miembro en la parte baja de mi espalda y de inmediato cruzó mis piernas.

-Marcos- le suplico.

Ah ah- le veo negar con la cabeza. Pone sus manos sobre las mías, siento su aliento en mi cuello. Lo besa, estoy tan cachonda que si dura un poco más así seré yo misma quien se de media vuelta y tome el control sin importar qué. - Nada de juntar las piernas cielo- me las separa rozándome mis partes. Tiemblo. - Si lo quieres, solo tienes que pedirlo.

-Ma... Marcos- le susurro mientras frota su cuerpo por el mío.

-Más claro nena, creo que así no te he entendido. - Empieza a dar movimientos adelante y hacia atrás simulando que me folla. Esto hace que me frustre, y que le desee aún más.

-Follamé ya por favor- susurro. Él se acerca a mi oído para decirme algo también mientras me agarra las tetas.

- ¿Qué? Perdón cariño, no te he oído- impulsa su cadera hacía mí y yo doy un respingo- Me lo podrías... ¿repetir?

-Marcos...- echo mi brazo hacia atrás y le agarro la cabeza hasta tener su boca junto a la mía- Follamé. Ya.

-Cielo tus deseos... son órdenes para mí. - Y de repente noto como entra en mí de una. Profundo muy profundo. Con una mano agarra mi pelo y con la otra mi nuca mientras que el agua sigue corriendo. Dios mío, esto es tan excitante. Vuelve a entrar en mí, duro, seco.

- ¡Ah! - De inmediato me pone la mano que tenía en mi nuca sobre la boca.

-Lo sé cielo, sé que quieres gritar, pero no se puede. - Vuelve a salirse e introducirse en mí. Sin permiso ninguno, sin anuncio previo. - Me encanta. Me encanta como tu cuerpo responde ante mí. - Siento su miembro dentro de mí. Más profundo que ninguna otra vez. Su posesividad, sus manos tocándome, mi pelo siendo agarrado por él. Me está volviendo loca.

-Más. - Es lo único que me sale decir.

-No esperaba menos de ti nena. - No hace falta más. Marcos me agarra fuerte, se inclina sobre mí y comienza a moverse, cada vez más rápido, seco y profundo. La adrenalina de saber toda la gente que hay cerca nuestra ajena a una escena así, la intensidad de Marcos follándome desde atrás y matándome de placer. Sin poder remediarlo llevo mis dedos a mis partes.

-Umm- con la mano de Marcos en mi boca no puedo decir mucho más, pero eso solo hace ponerme más cachonda.

-Joder Mía- me aprieta más a él en cada movimiento, yo acelero el ritmo de mis dedos. Me estoy volviendo loca. Su lengua en mi cuello hace que me ponga aún más.

-Marcos... Marcos voy a llegar- le digo entre jadeos. Él acelera sus movimientos sin importarle el ruido que está haciendo o que pueda hacer.

- Eso es nena. Ahora, córrete. Córrete para mí. - Sus palabras son el detonante para encender algún punto en mí. Mi orgasmo es tan intenso que si no hubiese tenido a Marcos ahí sujetándome me hubiera desplomado en la misma ducha.

-Dios Marcos- apenas puedo hablar.

-Lo sé nena, ha sido- a él también le cuesta- muy excitante.

-Nuestro mejor polvo- consigo volver poco a poco a mis cinco sentidos mientras que él se ríe de mis palabras.

- ¿Estás bien? - me acaricia el pelo mientras me habla.

-Sí. Es que a veces eres muy intenso - le digo divertida.

-No soy yo el que pide más y más.

-Te encanta, que pida más y más- le digo sobre sus labios mientras que el agua cae por nuestras cabezas.

-No te lo voy a negar cielo. Soy todo tuyo. - Me dice mientras abre los brazos risueño.

-Mejor vamos a ducharnos ya. Seguro que tu familia se está preguntando donde estamos.

-No. Mejor me dejas enjabonarme y enjuagarme para poder salir de esta ducha antes de que no me pueda controlar por volver a follarte- estalló en carcajadas.

- ¡Eres un obseso sexual! - No puedo parar de reírme mientras le veo enjabonarse.

-Me lo dices tú. La tía con más aguante que he conocido nunca. - Sin darse ni siquiera cuenta, me acaba de reafirmar en mi cara que ha follado casi con más tías de las que conoce.

-No sé si debería de tomarme eso como un cumplido o no- le digo.

-Escúchame- me coge la cara con las dos manos y me siento la persona más vulnerable del mundo. Los dos solos, aquí y desnudos a centímetros de distancia- Nadie. Y repito. Nadie, se compara a ti. En ningún sentido.

-Te quiero- susurro.

-Te quiero. - Miro como sale de la ducha sin toalla y sin nada. Así va a pasearse por toda su habitación. No tiene vergüenza, está enamorado de su cuerpo. Sabe lo que es capaz de conseguir con él y se aprovecha de ello. Niego con la cabeza divertida. Será mejor que me duche de una vez.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora