▶Epílogo▶

16.3K 2.8K 1.3K
                                    

Nick no comenzó sus estudios en la universidad ese otoño, pero él no estuvo demasiado decepcionado por ello

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Nick no comenzó sus estudios en la universidad ese otoño, pero él no estuvo demasiado decepcionado por ello. Le aseguraron que podría integrarse en enero, por lo que no era necesario que esperara un año completo, como había planeado en un inicio. Aun así, se marchó a Hoboken con su madre y consiguió un trabajo de medio tiempo, puesto que ya no podía ni quería seguir en la casa de su padre. Además, encontró algo bastante genial en lo que ocuparse mientras iniciaba sus clases.

A veces él venía de visita los fines de semana y los aprovechábamos al máximo. Era bueno tenerlo cerca, poder verlo sin una pantalla de por medio, tocarlo y abrazarlo.

Me había acostumbrado tanto a verlo todos los días, que cuando fue el momento de separarnos, de verdad me costó adaptarme a la distancia.

Mi vida se convirtió en un bombardeo de cambios al final de ese verano.

Nick se fue. Gwen y yo nos mudamos juntas a un dormitorio cerca del campus. Superamos el aterrador, pero emocionante, primer día de clases. Hicimos nuevos amigos y comenzamos a tomar clases de pilates (solo porque Gwen insistió lo suficiente como para convencerme).

Y, entre todo, lo más importante era que había recuperado el vínculo con mi madre. Y ahora este era más fuerte que nunca. Volvíamos a ser el equipo Higgins: siempre ella y yo. Aunque, claro, ahora Kendall era parte del escenario también. Él se había ido dos veces de regreso a Las Vegas, pero en ambas ocasiones volvió al cabo de dos o tres días.

—No me malinterpretes, Kendall, amo que sigas aquí, pero ¿no era el Vermilion tu más grande sueño? Porque últimamente lo estás descuidando un montón por estar aquí.

Kendall detuvo el cono de helado a mitad de camino hacia su boca y me miró. Estábamos dando un paseo en un parque cercano al campus, mis clases habían terminado media hora atrás y el asunto de salir juntos a hacer cosas simples era algo que ya se sentía común entre nosotros.

—A nadie le hace daño perseguir nuevos sueños, Kia —dijo y me ofreció una mirada que me abrigó como una mantita felpuda en el invierno—. Además, le dediqué tantos años de mi vida al Vermilion que ahora es capaz de mantenerse en pie sin que yo esté allí. Y hay que decir que es revitalizante encontrar vida fuera de ese casino... Estoy feliz aquí.

—Estoy feliz de que estés aquí —aseguré con toda honestidad.

Aunque no había vuelto a llamarle "papá" y él lo entendía, ambos sabíamos que esa era la manera en la que yo le veía. Y él me veía a mí como a su propia hija... de algún modo siempre lo había hecho.

—He pensado comprar un apartamento en la ciudad —confesó, lo que me hizo mirarle con ojos muy abiertos—. Bueno, ya que paso tanto tiempo por aquí, ¿por qué no? Puedo invertir en un buen lugar en vez de seguir pagando alquiler.

—¿No será demasiado costoso?

—La ventaja de haber sido un esclavo de mi trabajo durante tantos años, Saskia, es que ahora tengo dinero para permitirme algo como eso.

Contra dragones y quimerasOnde histórias criam vida. Descubra agora