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No podía creerme lo que acabó de suceder.

Me sentí enfurecido.

Mi prima se había pasado de la raya.

No tenía ni el más mínimo derecho de haber humillado a Natalie de esa forma tan rastrera y cruel. Formé dos puños con las manos, pues estaba tremendamente enojado, más aún cuando veía a mis otras primas, inclyendo a sus padres, riéndose a causa de la acción malvada de Sarah.

Esto era totalmente inaceptable lo que estaba presenciando con mis ojos. Incluso mi propia madre sonreía disimuladamente; la comisura de sus labios la delataban.

Esto no iba a quedar así.

Definitivamente, no.

Miré a mi prima sin ocultar la molestia que hacía palpitar mi corazón a cien por hora, consiguiendo que ella se percatase de que mis ojos pesaban sobre su cuerpo. 

 —¿Tienes algo que decir, Gregory?—me preguntó, diciendo mi nombre lentamente. Me estaba provocando, la conocía bastante bien—. ¿No te ha gustado el pequeño espectáculo que he hecho para reírnos un poco?

Relajé los músculos de mi rostro para acto seguido cerrar los ojos.

Volví a abrirlos.

—Lo único que puedo decir es que he visto a una payasa vestida de damisela—respondí sin compasión—. Lo único que te asemeja a los payasos, es la cantidad de maquillaje que llevas en la cara.

Fantástico.

Su sonrisa desapareció al instante.

—¿Cómo te atreves?—me gruñó cuan oso de bosque.

Ahora me tocaba a mí curvar los labios.

—Solamente me integro en tu circo, ¿no dijiste que esto era como un espectáculo?—repliqué—. ¿Qué cosa es mejor que hablar de tus modales y de la cara que —, querida prima?

—Gregory, basta.

Mi madre me hizo una advertencia, llamándome. 

Demasiado tarde, mamá.

—¿Por qué? Ahora que tocaba comenzó a tornarse divertido...—caminé en dirección a mi mesa bajo la vista de los presentes—. Es divertido ofender a los más débiles, ¿no? Pues ahora quiero probar.

—Se trata de tu prima, Gregory.

—Pues a mi prima, al parecer, nadie le ha enseñado modales.

—Los modales se llevan a cabo con los de nuestros estatus...—respondió mi prima acercándose a mí rápidamente. Me encaró, teniendo la intención de asustarme, pero, ¿con quién pensaba que estaba hablando?—. No con la servidumbre.

Vi como ella ampliaba una nueva sonrisa en su faz, estaba buscando guerra, era obvio. Me posicioné para tenerla frente a mí, miré la mesa enfurecido, haciendo que ella creyera que esta batalla era suya.

Dios, que equivocada estaba esta mujer...

Yo no me consideraba un hombre carente de educación, ni de valores. No obstante, en algunas ocasiones de nuestra vida, todos merecemos una experiencia en nuestra vida para aprender; a eso se le llamaba karma.

Escuché como otras de mis primas contenían el aire en sus pulmones después de lo que presenciaron sus ojos. Por otro lado mis padres dijeron mi nombre como si hubiese cometido un delito.

 —¡Gregory! ¿Por qué has hecho eso?—he ahí a los padres de la malcriada. Tenían que haber hecho algo después de ver lo que hizo Sarah con Natalie, no ahora.

Enfoqué la vista en ellos, serio.

 —Ya que ustedes no le han enseñado modales a su hija, haré yo que aprenda de sus errores—mi tono de voz, era neutro—. Echarle sopa encima, es el mínimo castigo que se merece.

Ella ni siquiera reaccionó a mi acción, pues estaba en estado de shock.

Después de lo que le hizo a Natalie, se merecía sufrir las consecuencias. Nadie que se metiera con ella, estando yo presente podía llegar a pensar que saldría ileso, porque aquello sería algo que jamás permitiría.

Porque se trataba de Natalie, mi amiga.

Alguien muy especial para mí.











¡Holis!

Sí, otro capítulo especial para un día especial. Hoy CI ha llegado a las 1K y merecía un homenaje..¿qué mejor que la perspectiva de nuestro amado Gregory echándole sopa a la prima encima? ¿qué opinan?

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Corazón Indomable ©Where stories live. Discover now