Capítulo 33

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Cualquier músculo es capaz de estirarse más allá de la longitud que tenga en su posición de reposo, con el beneficio de aumentar la flexibilidad de éste -entre otros- y volver después a su posición inicial con simple facilidad. Como las mentiras; se estiran, se encogen y siempre por un beneficio propio. 

En eso mismo pensaba Lauren aquel mediodía del sábado mientras estiraba los suyos antes de comenzar el partido clasificatorio. Las Águilas se encontraban en un cuarto puesto donde si alcanzaban la victoria en ese y el siguiente, llegarían a la final del Campeonato Estatal.

No obstante, no era eso lo que más le preocupaba a la morena, ni tampoco haber pasado un mal trayecto en las casi cuatro horas de autobús hasta la ciudad visitante, sino el hecho de que Camila estaría observándola desde las gradas además de sus padres. Sin embargo, no estaba del todo segura de que su visita hubiera sido una buena idea.

-   "Chicas" la despertó la entrenadora Cox irrumpiendo en los vestuarios. "Es la hora"

Con un apretón de hombros grupal y un grito donde el nombre de Las Águilas hizo eco dentro de las instalaciones de paredes alicatadas, el equipo se dirigió hacia el campo pudiendo notar al momento cómo el calor iba a jugar también en su contra aquella mañana.

Escuchando al público nada más ver aparecer a los dos equipos femeninos, Emily Craig y Sophia Baker, ambas capitanas, se acercaron hasta el centro del diamante donde, tras jugar al azar con una moneda Las Águilas empezarían defendiendo. Normalmente, aquello era un punto a favor así conocerían las tácticas de, en este caso, Las Antorchas.

Concéntrate solo en el juego.

Dando un suspiro, Lauren se colocó en su posición de jardinero y apretó el agarre del guante después que el de su gorra con aquel logo tan característico. No quería mirar a las gradas y, en el instante en el que sus ojos estuvieron a punto de moverse, sonó el silbato que daba comienzo al partido, dejando aquel gesto en el olvido.

Pasadas las tres primeras entradas, Las Águilas hicieron una pausa limitada con la intención de recomponer fuerzas antes de volver a batear. Durante el tiempo que habían jugado, la morena había evitado cruzar miradas con la latina por muy rápidas que fueran e incluso se había sorprendido por su habilidad para ello, no obstante, cayó en aquel profundo pozo marrón.

-  "Esa es Karla" comentó Emily, llegando con los carrillos sonrojados y una botella de agua en su mano.

-  "Sí" afirmó nuevamente ésta, apartando la mirada de la aludida.

- "Me alegro que traigas a nuestro amuleto" respondió para, segundos después, irse sin más.

¿Nuestro?

- "¿De qué iba eso?" preguntó Shannon, apareciendo junto a ella con el ceño fruncido.

- "No lo sé" dudó, teniendo que centrarse de nuevo en el juego al escuchar al arbitro reanudar el partido.

Llegando hasta la sexta entrada donde Las Águilas iban ganando con cinco anotaciones más como diferencia, ambos equipos se miraron entre ellos en el momento en el que tocó cambiar de posición. Lo más probable observando el marcador, era que el árbitro finalizase allí el encuentro. No obstante, las visitantes debían batear y Lauren, en aquella ocasión, era la segunda por detrás de Emily Craig.

Viendo cómo su compañera avanzaba hasta la segunda base sin dificultad, dio un par de toques sobre la suya y estiró sus manos. Una vez preparada, notando el tacto sudado de la madera bajo sus manos, apretó el agarre antes de mirar hacia las gradas donde no solo encontró a sus padres mandándole apoyo, sino a Camila con un rostro sorprendido y totalmente despistado del partido.

Incondicional | Camren FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora