CAPÍTULO 4: SECUESTRO

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CAPÍTULO 4: SECUESTRO

Los días transcurrían entre clases, actividades extraescolares, salidas con Santana, Rachel, Mercedes, Tina, Kurt, Blaine y Quinn. Estaban en los últimos días del mes de Noviembre y Brittany había conseguido un pequeño avance con su poder. Si la rubia no estaba cerca y se concentraba mucho era capaz de bloquear su poder por un tiempo muy reducido (entre uno y tres segundos). Habían conseguido ganar los Sectionals y se preparaban para los Regionales que sería después de las vacaciones de Navidad. Sin embargo, la felicidad no podía durar mucho. Estaban en clase de español cuando Miss Pillsbury entró en el aula llamando a Tina. La chica no volvió al aula, lo que hizo que sus amigos se asustaran. Cuando salieron, Santana la llamaba desesperada por el teléfono. Quinn acariciaba la espalda de Brittany por encima del jersey para que se tranquilizase, porque las luces del lugar no aguantarían mucho más tiempo sus descargas.

En ese momento, Rachel recibió un mensaje que leyó en voz alta:

Ahora no puedo hablar. Mi hermano ha desaparecido.”

Cuando acabó de leer, una bombilla cercana a ellos explotó, asustándoles aun más.

– No me lo puedo creer... ¿Qué habrá pasado? – Dijo Mercedes.

Ya por la tarde, seguían sin noticias del joven. Quinn, Kurt, Blaine y Brittany se reunieron en casa de el ojimiel.

– ¿Lo han secuestrado? – Preguntó la capitana de las Cheerios.

– Es obvio... Tiene un poder y ellos lo quieren. – Dijo el castaño.

– ¿Por qué me ocultáis información? – Preguntó la ojiazul.

– Tu poder es uno muy apetecible. Brittany, en cuanto te descubran irán a por ti. No queremos arriesgarnos a que consigan información de ti. Sabemos que no traicionarías a nadie, pero imagínate que podría pasar si tuvieran a alguien con un poder parecido al de Kurt. – Explicó la ojiverde.

– Entonces vosotras no tendríais que saberlo tampoco. – Protestó la otra rubia.

– Ellos ya saben que poderes tenemos nosotros y no le interesamos. – Dijo el moreno. – Al único que quieren en su ejército es a Kurt, nosotros sólo lo protegemos... Al igual que hemos estado haciendo contigo.

– ¿Por qué sólo les interesan algunos niños? – Preguntó Pierce.

– No estamos seguros... Creo que quieren algo y sólo se preocupan por buscar niños que les ayuden a conseguir su objetivo. – Dijo el ojimiel.

– ¿Por qué creéis entonces que mi poder es atractivo para ellos?

– Electricidad... Puedes ser un arma para matar seres humanos, además de suministrar energía gratuita para ellos. Si sus planes van más allá, puedes ser incluso una forma de chantaje o tortura o, si llegas a dominarlo, podrías salvar vidas dando descargas directas al corazón. – Explicó Quinn.

– Y eso es lo que se nos ocurre a nosotros, puede que haya más... – Añadió Kurt.

– ¿Qué poder tenía Wes? – Preguntó “Chispitas”.

– Es capaz de convertir en oro lo que toca. Muy conveniente para la “organización”. – Dijo la ojiverde.

– Quieren dinero... Supongo que es una fuente financiación muy importante. – Respondió el ojimiel.

– Chicos, me alegro de que no quieran vuestros poderes... No me imaginaría tener que estar preocupándome por vosotros... Sois unos grandes amigos.

– Nosotros sabemos cuidarnos solos. Tú encárgate de cuidarte a ti misma... Y a tu hermana. – Pidió la capitana de las Cheerios.

– Yo no sé como cuidar de Stephanie... Por las justas se cuidarme a mí. – Comentó la otra rubia.

– Sigue tu instinto... Y aprovecha el tiempo que estés con ella... Nunca se sabe cuando podrá ser el último momento. – Sugirió Blaine.

– Lo haré. Gracias chicos.

Una semana había transcurrido y nadie sabía nada sobre Wes. Tina faltaba mucho al colegio porque se sentía muy desanimada. La noticia de que él tenía poderes y lo habían secuestrado recorrió todo el instituto. Stephanie estaba afectada, pensaba que en cualquier momento ella podía ser la siguiente. Empezó a aislarse un poco y se alejó de Brittany, por si descubrían su poder, que no afectase a su hermana. Por primera vez en su vida, temía por la vida de alguien más que por la suya. Puede que discutieran y que pareciera que no se llevaban bien, pero Brittany era la persona a la que Stephanie más amaba.

Ese día, como el resto desde el secuestro, la menor de las hermanas Pierce iba acompañada de Santana y Mercedes. Habían salido del instituto y caminaban hacia sus respectivas casas ya que coincidían en una parte del trayecto. Cuando llegaron a un cruce, la rubia se separó de sus amigas. Sólo había recorrido unos metros cuando una furgoneta se paró a su lado. Ella, por instinto, gritó y echó a correr. Pero alguien se bajó del vehículo y la retuvo antes de que diera tres pasos. Brittany se quitó el guante para tocar la piel de su atacante, pero éste la sostuvo muy bien.

– Rápido chicos, no tengo mucho tiempo. – Dijo el hombre con la cara cubierta.

Brittany por su parte empezó a mover su cabeza. Debía tocarlo para que la soltara. En ese momento, bajaron otras dos personas de la furgoneta y la sujetaron. La chica sintió un pinchazo en el cuello. Comenzó a sentirse débil. Sin embargo, aprovechó que aflojaban su agarre para tocar la piel de uno de sus atacantes. No pasó nada.

– Lo que te hemos inyectado es un inhibidor de poderes. No puedes electrocutarnos. – Informó otro de los hombres.

Los ojos de la rubia se fueron cerrando y notó como sus piernas eran incapaces de sostener su peso. Lo último que vio era a Santana y Mercedes asustadas mirando la escena. Rezó por primera vez en su vida, no quería que sus amigas corrieran la misma suerte que ella.

El Poder del Amor (Brittana girlxgirl)Where stories live. Discover now