EPÍLOGO

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EPÍLOGO

Brittany y Santana estaban en la cocina preparando la cena. La más baja sacaba el asado del horno y lo cubría para conservar el calor mientras la otra preparaba la ensalada cuando notaron que la luz comenzaba a parpadear.

– Brittany, hacía mucho que no perdías el control. ¿Por qué ahora? Sólo es una cena con Lily, Dani, Rachel, Finn, Stephanie y Rose. – Se extrañó la morena.

– Juraría que yo no soy... – Murmuró la rubia. En ese momento se escuchó un grito agudo. La pareja se miró a los ojos un segundo antes de subir corriendo las escaleras. Entraron en una habitación donde había dos niños. El mayor, Devon, de nueve años era una copia exacta de Brittany, salvo por el color de ojos, que era color miel. La niña, Susan, de cinco años, era morena de ojos oscuros. Se parecía mucho a Santana, pero había sacado algún rasgo de su padre.

– ¿Qué ha pasado? – Preguntó la latina cogiendo en brazos a su hija menor.

– Estábamos jugando con Simba y al tocarlo se murió. – Dijo el chico mientras sostenía a su cobaya muerta. Lopez miró a su esposa. Estaban preocupadas... Las madres tuvieron “la charla” con los pequeños que tanto habían temido. Cuando decidieron ser madres sabían que los hijos heredaban los poderes. Como todos los bebés nacidos hasta ese momento eran hijos de una persona con poderes y otra que no, los niños heredaban el mismo poder que su progenitor. Cuando se enteraron, Brittany no quería ser la madre biológica de ninguno de sus hijos. Prefería que fuera Santana. Tener pequeños que podían desaparecer no era algo tan malo como tener niños que pudieran electrocutar. Sin embargo, Lopez no aceptó eso. Una noche, diez meses antes del nacimiento de su primer hijo, Blaine y Quinn pasaron un fin de semana en Nueva York con ellas...

Flashback

Chicas... ¿Habéis pensado en tener pequeños unicornios? – Preguntó Anderson.

Sí, pero es complicado... – la rubia comenzó a decir, pero fue interrumpida.

Brittany no quiere. – Dijo molesta la morena.

Yo sí quiero pero te opones a la adopción y a ser tú la que ponga el óvulo... – Protestó la ojiazul.

¿Qué tiene de malo que tengamos una mini Brittany? – Quiso saber la latina.

Santana... Tú mejor que nadie sabe lo mal que lo pasé en mi adolescencia... – Dijo la más alta.

¿Qué pasa si los dos padres tienen poderes? – Cuestionó el joven.

No se ha dado el caso todavía. Lea todavía es muy pequeña. – Santana comentó.

¿Os atrevéis a intentarlo? – Propuso Anderson mientras las otras tres lo miraban sorprendidas.

¿Nos estás proponiendo...?

Fin del Flashback

Un mes después su amigo fue a la clínica para donar semen para sus amigas. Siempre esperaron que tuviera el poder del moreno. Sin embargo, acababan de comprobar que no era así. La cara de la ojiazul era el reflejo de sus sentimientos. Creía que había arruinado la vida de su pequeño y su esposa lo notó. Santana sacó unos guantes de un cajón y se los ofreció a su hijo.

– Sé que todo es muy confuso, pero piensa que tu madre pasó por lo mismo. Lo controlarás, todos te vamos a ayudar. Mientras tendrás que tomar unas precauciones. – Dijo la morena. La ojiazul salió de la habitación. Su esposa la siguió. La encontró en el dormitorio principal.

– Sé lo que piensas, no es tu culpa. – Susurró la latina.

– Sabes que sí... Si no hubiéramos aceptado la propuesta de Blaine...

– No tendríamos un hijo tan maravilloso... Brittany. – La morena se acercó a su mujer y sujetaba su cara para que la mirara directamente a los ojos. Sus miradas se cruzaron produciendo que todos los sentimientos salieran. La más alta rompió a llorar. – Escuchame. – Siguió la más baja. – Va a controlarlo pronto. Tú puedes ayudarlo. Hasta entonces, Lily y su hija pueden tocarlo y ayudarlo... Todo saldrá bien. – Seguía acariciando a su pareja. Por mucho que hubiera pasado el tiempo, la necesidad de sentirse y tocarse seguía presente. El contacto de sus pieles era algo que siempre buscaban, aunque sólo fuese cogerse de las manos. Ellas sabían lo que era no poder amarse y decidieron no volver a hacerlo nunca. Por muchos problemas que tuvieron, nunca dejaron de tocarse.

En ese momento sonó el timbre. Santana salió después de pedirle a su esposa que se tranquilizara y se reuniera con ella en el comedor. La morena abrió la puerta y se encontró a los Hudson-Berry con su hija Lea, de once años, bueno, mejor dicho había dos niñas exactamente iguales ya que todavía no controlaba muy bien el poder que había heredado de su madre. Justo cuando iba a cerrar la paró Stephanie que entró con su esposa que estaba embarazada seguidas por Dani, Lily y la pequeña Sophie, de seis años.

– ¿Dónde están mi hermana y mis sobrinos? – Preguntó la mayor.

– Enseguida bajan. Brittany está un poco afectada. Devon a electrocutado a su cobaya. – Informó la anfitriona.

– Parece que el pequeño finalmente heredó el poder de la madre. – Comentó Lily.

– Y el de la madre. – Exclamó Rachel.

– ¿Qué? – Todos preguntaron.

– Lea tiene super fuerza también... Lo hemos descubierto esta mañana cuando se le ha metido un juguete bajo el sofá y lo ha levantado sin esfuerzo para cogerlo. – Dijo Finn orgulloso.

– Creo que a Brittany le va a dar algo cuando se entere... – Susurró Lopez y todos rieron.

– Un momento... – Exclamó Gilbert. – ¿Vuestros hijos van a ser un niño eléctrico y una niña invisible y ambos capaces de modificar la visión de los demás?

– Eso parece... – Dijo Santana con una sonrisa. Por muchos poderes que tuvieran, eran sus pequeños y no los cambiaría por nada.

El Poder del Amor (Brittana girlxgirl)Where stories live. Discover now