Nuestro Secreto - Chriserick (Primera Parte)

Capítulo 7

Desperté encontrándome con los chicos en la habitación jugando videojuegos ¿Que hacían aquí?

- ¿Quién los dejó pasar? - dije algo ronco, la garganta me ardía.

- Ellos insistieron en venir - escuché la voz de mi mamá.

- ¿Mejor? - preguntó el responsable de que esté así.

- Algo.

Joel se levantó del suelo para acercarse - Ten, te servirán más - me entregó unos dulces de menta.

- Justo lo que necesitaba - comí uno y le di una sonrisa en agradecimiento.

- Loco tienes que recuperarte, tenemos que trabajar el lunes - habló Richard esta vez - ayer estabas bien.

Fulminé con la mirada a Christopher quién estaba conteniendo la risa - Lo estaré.

Luego de un rato todos dejaron la habitación menos Joel que me acompañó un buen rato hasta que tuvo que irse a dormir.

Comenzó a sonar mi celular con el típico sonido del iPhone, era Christopher.

- Qué pasa.

- ¿Se fue Joel?

- Hace rato.

- Yo me quería quedar contigo.

- Ya, seguro.

- ¿Necesitas algo? pregunto para decirle a Joel que te lo lleve.

- ¿Llamaste para eso?

- Sí.

- Adiós.

Osea que estaba enfermo por su culpa y me llama para hacer reproches, se pasa. Volvió a llamarme, de plano iba a molestar toda la noche.

- Tengo chocolate ¿quieres?

- ¿Es enserio Christopher?

- Estoy con Richard jugando, ven para que no te aburras. Te acuestas acá.

- Bueno.

Le avisé a mi madre, en un principio no quería que salga pero le dije que me quedaría en la cama de Christopher para no hacer esfuerzos en lo que ellos jugaban.

Richard estaba grabando una historia cuando entré al cuarto - ¡miren quien llego! El resfriado - solo hice un gesto con la mano para saludar.

Me dirigí directo a la cama y me acosté. Richard me miró confundido, pero no le tomé importancia.

Ambos se metieron a la cama conmigo y volvieron a jugar. Debo admitir que me entretuve viendo como alegaban cada vez que el otro ganaba.

- Foto, foto, foto - habló Christopher y sacó una selfie para las historias de Instagram.

Le pedí un poco de agua ya que tenía sed, tenía la garganta inflamada seguramente porque me costaba tragar.

- Te duele verdad.

- Sí, pero tengo sed.

- Qué preocupado Chris, cualquiera pensaría que son novios - al decir eso ambos lo fulminamos con la mirada - ¿Qué? Es la verdad.

- Me preocupo porque es mi amigo, lo mismo haría si tú, Zabdiel o Joel se enfermaran - respondió.

- Relájate es una broma. Si no les molesta al par - nos miró de una manera que no supe descifrar - me retiro.

- No te molesta si me quedo.

- Claro que no, pero si comienzas a brincar como un niño te vas - advirtió.

Ordenó todo el desorden que tenía, yo solo lo miraba. Fue a lavarse los dientes y volvió a la cama conmigo.

- Lo siento mucho, es mi culpa - pasó uno de sus brazos por mi espalda.

- Sí, es tu culpa.

- Esperaba que me digas que no.

- Yo no miento.

Nos acomodamos para dormir, estaba muy inquieto. No podía dormir boca abajo porque me ahogaba, no podía boca arriba porque al tragar saliva me dolía más, así que tuve que dormir de lado.

- Te daré la espalda - avisé.

- ¿Eso no es de mala educación?

- Necesito dormir y tengo hacerlo de lado.

- Pero gira tu cuerpo para acá.

Hice lo que me pidió, sabía que si no lo hacia iba a molestar toda la noche y era lo que menos quería en este momento. Cerré mis ojos dando un suspiro, la luz aún estaba prendida.

Sentía su mano en mi cabello que de vez en cuando bajaban a mi mejilla para acariciarla, era relajo puro sentir su tacto. Me gustaba que lo haga.

- Me relaja mucho eso.

- Lo sé, por eso lo hago.

- Gracias.

- ¿Puedo abrazarte? - asentí y nos acomodamos - quédate conmigo.

- ¿Por qué?

- No hay un porqué - al escuchar eso abrí los ojos confundido.

- ¿Estás bien? - pregunté.

- Sí - tenía su mirada en mis labios. Poco a poco se fue acercando y yo no reaccionaba, no sabía que pasaba o que iba a hacer.

- ¿Chris? - fue lo último que dije cuando presionó sus labios con los míos.

Me estaba besando y yo estaba tieso sin moverme, sin hacer nada ¿que hacía?.