Capitulo 8

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Anastasia tomo todas sus cosas y salió muy rápido del salón... Christian de igual manera la sigue, en todo el pasillo se escuchaba cada paso que ambos daban. Ella llega al parqueadero y de inmediato se sube a su carro, a la hora de reversar su carro en el retrovisor se visualizaba a Christian, con sus brazos abiertos tratando de impedir que ella se marchara, Anastasia enfurecida baja y comienza a reprocharle:


-Será que el Joven tiene la sutileza de quitarse de mi camino pues no me deja continuar.


-Y será que la Profesora tiene la educación de escucharme pues no ha dejado defenderme


- ¿De qué carajos te vas a defender?, ya todo está muy claro, te vendiste solo con el ánimo de ganar el pago de tu próximo semestre, ¡ya sé! Te vas a defender de qué mataste las ganas de hacerle el amor a tu profesora.


-Pues sabes que no, de eso no me voy a defender, esos son cuentos de Leila para acabar con los nuestro, ¿puedo seguir hablando? ¿O tengo que estar prevenido por si viene un zurdazo tuyo?


-Ja ja ja, Niño insolente eso no me causo el más mínimo chiste, continua más bien con tu sarta de mentiras.


-Gracias por escuchar. -
en tono un poco irónico. -Mire querida Profesora usted y yo hemos vivido la noche más hermosa que dos enamorados hayan podido soñar, usted es la mujer que he sentido en mis brazos que vibra con la más cálida sensación.


- ¡Christian! Cállate, ¿no ves dónde estamos? -
pero el sigue con su discurso sin dejar que ella lo interrumpiera.


- Cree que yo me voy a poner con las idioteces que Leila le metió en la cabeza, además no soy un muerto de hambre que necesita que una mujer le pague su carrera, para eso mis padres tiene con que, recapacita, aaam perdón Recapacite profesora, y piense que lo que le dijo Leila no tiene ni pies ni cabeza.


-Ya Christian, Esta bien Cállate, no quiero hablar de ese tema aquí en la Universidad, toma las llaves maneja tú, aclaremos esto en otro lugar, por favor
.

Ya trascurrido un buen camino, la universidad queda un poco alejada de la ciudad, Trascurso en el que reino el silencio entre ellos, de un momento a otro Christian se desvía, eso le extraña a Anastasia:


- ¿Qué te pasa?, mira si no sabes el camino es por allá, no por aquí.


-Si, pero querías un lugar donde podamos hablar sin miedos, aquí es más que perfecto.


-Bueno, ahora qué vas a seguir con eso de que todo es mentira, ¿y que todo es un invento?


-Sabes que no, no voy a seguir con eso, porque sé que tú ya no estas convencida con ese cuentecito que solo Leila se lo creyó.

Anastasia ya se había dado cuenta que todo lo que estaba diciendo Christian era cierto, pues no era un joven que necesitara de la ayuda económica de Leila.


-Entonces, ¿para qué te detuviste en este lugar? ¿Qué quieres decirme?


-
Que no quiero olvidar tus rincones, esos que tan cuidadosamente exploré y que tan bien conocí. No quiero olvidar tus olores y tus sabores. Necesito otra vez recorrerte, tocarte, sentirte, para poder acordarme de todo. Necesito tocarte porque ya no puedo más con estas ansias de verte sin besarte.- en ese momento él se acerca a ella y la besa, ella trata de abofetearle pero no puede, la pasión se apodera de ella, esas palabras habían generado unas ansias locas de estar de nuevo en sus brazos, Christian desabrocha el cinturón de Anastasia, ella le colabora y se quita aquella blusa que llevaba puesta, comienza a quitarle la camisa mientras el de un tirón se la termina de quitar, en un pestañeo ambos estaban desnudos, él acomodándose en la silla principal del auto hace que ella sentándose encima de él se encaje sobre su cuerpo, Christian la apretinaba hacía él, mirándola a los ojos retira el cabello que trataba de tapar su rostro, esos abrazos apasionados, Anastasia muerde con ansias el labio inferior de Christian lo que hace que Él busque más de ella, sutiles movimientos generados por Anastasia creaban en Christian descontrol y con más fuerza él toma sus glúteos atrayéndola hacia él, con pasión desenfrenada besaba los senos de Anastasia, Mientras entraba en ella, aquellos movimientos de Anastasia continúan hacia adelante y hacia atrás, Anastasia grita sin control en aquel auto, Christian aún más excitado clava sus dedos en la espalda de Anastasia, esto hace que ella eche su cuerpo hacia atrás apoyándose en el timón, acariciaba suavemente el rostro de su amado, Pero Christian no quiere parar, comienza a acariciar de nuevo los senos de Anastasia, ella llena de placer se toma de los hombros de él y hace que sea una penetración profunda, la respiración y el pulso se aceleren aún más de lo que ya estaba, ambos con su cuerpo sudado gimen de placer. Ya cansados terminan tiernamente abrazados.

Amor ProhibidoWhere stories live. Discover now