Capítulo 7.
(PDV de Justin.)
-Bueno amor, debo de irme. -dijo Alice tomando sus cosas del sillón.
«Aleluya, el señor me a escuchado.»
-Adiós Alice -dije mirando aún la computadora y tecleando algunas palabras.
Escuche un bufido y luego escuche como la puerta se cerraba.
Solté un suspiro agotado y pase mis manos por mi cara para despabilarme un poco, había pasado casi todo el día en la computadora, y el asunto de lo que paso hace un rato con los niños me tenía inquieto.
Guarde el archivo y apague la computadora, me levanté de la silla algo mareado y camine a la salida mientras tallaba mis ojos, la verdad es que eran las 10 de la noche y ya tenía sueño, pero era por que no había dormido bien desde hace varias noches.
Y es que encontrar niñera para los niños era peor que el propio trabajo de la empresa.
Salí del estudio y camine a la cocina, mire a Rose y le sonreí un poco. Ella me devolvió la sonrisa y siguió cocinando, supuse que la comida de mañana.
Tome una manzana del frutero extravagante y salí de la cocina directo a las escaleras, le iría a pedir una disculpa a Max y Marie... A todos mis hermanos. La verdad es que ellos tenían razón, paso mucho tiempo en la oficina pero ¿que quieren que haga? Mantener a 7 -ahora contando a Spencer- era difícil y costoso.
Camine al cuarto de Marie y Max, toque la puerta.
No hubo respuesta.
La volví a tocar.
Tampoco.
«Pubertos» pensé.
Abrí la puerta y al no verlos en sus camas hice una mueca.
«De seguro están con Grace y Morgan, la última vez Morgan estaba llorando.»
Cerré la puerta y camine al cuarto de las gemelas, abrí lento la puerta y quede helado.
«¿Donde mierdas están mis hermanos?»
Entré en pánico y corrí al cuarto de Jade, toque desesperado la puerta y ella salió después de unos minutos con el ceño fruncido y unos audífonos beats reposando en su cuello.
-¿Qué quieres Justin? -soltó un suspiro jugando con la manilla de la puerta.
-Los niños, no están en sus cuartos. -dije nervioso moviendo mis manos al hablar.
-¿Qué? -ella abrió bien los ojos y salió rápido de su cuarto inspeccionando cada cuarto- ¿Cómo que no están? ¡dile rápido a Spencer se supone que esta tipa es la niñera y no es capaz de cuidarlos bien!
Solté un suspiro y corrí al cuarto de Spencer, oh, esa chica loca me Escucharía tres días aquí y pierde a mis hermanos, esto era el colmo eso me pasaba a mi por dejar que ellos la escogieran. Estaba realmente enojado.
Abrí rápido la puerta dispuesto a decir las peores palabras de mi educado vocabulario cuando miro una escena que me Estruja el corazón, esa escena iba a quedar siempre en mi.
Desde la muerte de mis padres que no dormíamos juntos así.
Ella... Ella estaba causando muchas cosas nuevas en la casa, Grace Habla, Momentos que jamás pensé volver a repetir se repetían, la casa era más armoniosa, quitando a Jade y a mi, obvio.
Y es que con esa sonrisa, ese cabello y esos ojos quién no va amar a esta chica tan hermo... diablos no no no.
«Ella es hermosa, Justin.»
No lo es.
«Si lo es.»
Bueno si es muy bonita.
«Hermosa.»
Pero que diablos.
-¿Es hermosa no? -escuche a mi hermana mirando la escena a mi lado.
Yo me puse nervioso y si hubiera tenido agua en la boca la hubiera escupido toda... Toda.
-¿Eh? -rasque mi nuca y mira a otro lado. Sentí la mirada de mi hermana en mi.
- La escena... Es muy hermosa ¿no crees? -soltó un suspiro y se recargó en el marco.
«Genio, deja de alucinar.»
- Si lo es, es hermosa... -susurre para los dos.
Si. Ella era realmente hermosa y lo debía admitir.
¿que estaba penando con esa mujer?
esa chica es sólo una empleada más en esta casa.
«¿lo es Bieber?¿lo es?»
Por dios conciencia, cállate en estos momentos no estoy para tus jueguitos.
«¿Recuerdas esa chica de 6to de primaria? Aquella chica apodada "OhnoSpen" »
La niña de la mala suerte, la recuerdo, ella que.
«¿No crees que ella se parece?»
Por dios, estas loco Drew, ella tenía frenillos, su cabello era corto y feo, estaba más que plana y tenía toda la cara llena de granos.
«La pubertad te ayuda y lo sabes, Justin.»
De todos modos no creo que sea ella.
Esa chica tenía la peor suerte de todas, un día estábamos coloreando algo y la maestra le pidió a ohnospen que bajará de la repisa un bote de diamantina, ella puso un pie en el la primer repisa del librero y pudo coger el bote pero para su mala suerte que librero ya era viejo y este se destrozó justo donde estaba su pie haciendo que cayera al piso, pero no le bastaba con eso. Le cayo la diamantina en todo su feo cabello y comenzó a llorar, todos se burlaron de ella, pero yo no lo hice, sólo hice una mueca.
La verdad es que esa chica nunca era llamada por su nombre, nunca lo supe, siempre andaba sola y no tenía ni un amigo en la escuela. Bueno, uno. Su nombre era Dereck, si bien lo recuerdo.
Mire como Spencer se movía y volte a ver a jade quién ya no estaba a mi lado, solté un suspiro y camine adentro.
Spencer abrió lento sus ojos dejándome ver lo hermosos que eran... Mierda no.
-Señorita Spencer, por favor. Creo que mis hermanos tienen una cama por algo no es así? -ella sólo me miro inocente- no venga a poner desorden en esta casa, se lo agradecería. -dije lo más rudo y frío que pude y cargue a Morgan y Grace.
Max y Marie se levantaron adormilados y se fueron a su cuarto.
Deje a Morgan y Grace en su cama y yo volví a mi cuarto pero al pasar por el cuarto de Spencer ella estaba dormida, destapada y con una mueca en su cara.
Pase lentamente sin hacer ruido y la acomode bien con mucha delicadeza, la tape lento y mire su rostros.
Relajado, su boca entreabierta dejando ver sus hermoso dientes bien alineados y blancos, sus ojos estaban más relajados y aún que no estaban abiertos se veían hermosos.
Solté un suspiro y me levanté de ahí, apague la lámpara y camine a la puerta, por última vez vi por mi hombro a Spencer como se movía y solté una sonrisa leve.
Llegue a mi cuarto y me acosté en la cama, mire unos minutos el techo para hacerme la pregunta del día.
¿quién eres, Spencer?
