Capitulo 18

157 40 50
                                    

Un Beso De Verdad

Brina

Siento sus labios sobre los míos, es una presión tierna al principio, pero luego su boca se abre y profundiza el beso, yo pronto me encuentro respondiendo a su beso con entusiasmo, siento mi corazón acelerado, me retumban los oídos y siento su mano acariciar mi nuca, no sé cuánto tiempo dura el beso, para mí es como toda una eternidad y no me importaría si así fuera.

Cuando nos separamos tenemos la respiración acelerada, sus pupilas están dilatadas y yo me siento jadear un poco. Me mira detenidamente y luego me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa, pero me siento tan nerviosa que quiero estar lejos para poder procesar lo que acaba de pasar, está tan distraído mirándome que logro zafarme de su agarre.

—Iré a traer la cena— le doy un pequeño beso de pico en los labios y salgo corriendo de la habitación.

Cuando llego a la cocina me detengo y llevo mi mano a mis labios, están húmedos e hinchados por el beso con Matt, un beso lleno de entrega, un beso largo, un beso de verdad, mi primer beso de verdad.

No puedo creer que mi primer beso fuera con Matt, si alguien me hubiera dicho que sería así al inicio de las clases probablemente me le habría reído en la cara y le hubiera recomendado ir a un psiquiatra, pero en este momento no me siento confundida, más bien me siento feliz de que fuera con él, un chico guapo, tierno, al que le gusta leer, divertido, un chico que definitivamente me gusta.

Sirvo los Sándwiches de jamón y queso, ensalada y un par de malteadas para los dos ya que Ángelo no está, lo coloco todo en una bandeja y me dirijo a la habitación de Matt. Cuando llego está sentado, recostado en el espaldar de la cama viendo una película en la televisión.

—Aquí está la cena— me acerco a la cama y le entrego su plato con la malteada.

—Se ve delicioso, gracias.

—No hay de qué.

Dudo sobre donde sentarme, pero él rápidamente me hace señas de que me siente a su lado, así que me subo a la cama y me acomodo, luego ambos empezamos a comer en silencio mientras vemos la película, es de acción, pero ni idea de cómo se llama.

Cuando terminamos de comer recojo los platos y los coloco en la bandeja, voy a levantarme para irme cuando su mano atrapa mi brazo.

—No te vayas— me mira y me sonríe, pienso en si debo quedarme o no, en sí actuar como que el beso no sucedió o no y finalmente decido colocar la bandeja en el piso y acomodarme en la cama nuevamente.

— ¿Por qué me besaste? — pregunto directamente decidiendo que no voy a hacer como que no pasó nada, él me mira, luego suspira y empieza a hablar.

—Porque quería besarte, tú me gustas, ya sé que a ti te gusta alguien más pero no pude resistirme y realmente no me arrepiento de hacerlo...— corto su perorata cuando en un movimiento rápido me acerco a él, tomo su rostro y lo beso.

Le toma solo un instante devolverme el beso y cuando lo hace su mano va a mi nuca y me acerca más a él, quedo sentada sobre mis talones, pero él coge una de mis piernas y la pasa sobre las suya dejándome a horcajadas en su regazo. El beso se profundiza con la cercanía, su lengua lame mi labio inferior y yo abro un poco más mi boca para dejarle entrar, nuestras lenguas bailan y se rozan con timidez, coloco todo mi empeño en seguirle el ritmo y voy aprendiendo a besarlo.

Cuando por fin nos separamos, estamos sin aire y respiramos entre jadeos, mis manos están agarradas a su cabello y su mano buena descansa en mi cintura, recargo mi cabeza en su pecho y me quedo allí tratando de recuperar el aliento.

— ¿Por qué me besaste? — me pregunta Matt después de un rato, yo levanto la cabeza y lo miro fijamente. Tiene una sonrisa torcida y sus ojos brillan.

—Porque quería besarte ya que el chico que me gusta eres tú— sonrío y él con el rostro iluminado, me acerca más a su cuerpo. Pronto volvemos a besarnos, con suavidad, acariciando aquí y allá de forma tierna y pausada, como si tuviéramos toda la vida para ello.

Después de pasar un rato entre besos, suspiros, caricias y sonrisas, nos acomodamos para ver otra película, elegimos una película de comedia "Luna de miel en familia". Estamos acostados, con él rodeándome con su brazo útil mientras mi cabeza descansa en su pecho; es increíble la familiaridad de la situación, como si lleváramos años haciendo lo mismo. Cuando ríe su pecho vibra bajo mi mejilla, de vez en cuando me acaricia la espalda. Al momento en el que termina la película estoy tan a gusto que no quiero irme y él no me pide que me vaya.

—Tu hermano me explicó un poco de lo que pasa contigo y el instituto, de ti siendo una becada y todo eso— me dice él después de un rato de silencio y yo asiento para que continúe —, pero aun no entiendo cuál es el motivo para tomarte tantas molestias.

—Emm... realmente pensé que si alguien podía entenderme eras tú— digo suavemente —soy de una familia italiana acaudalada por lo tanto desde niña me he rodeado de muchas personas superficiales, ya sabes, esas que solo buscan escalar en un estatus social, me rodearon las amistades hipócritas que solo se interesaban en el dinero y lo que esto representa. Cuando nos dieron la noticia de la mudanza; lo vi como una gran oportunidad para alejarme de todo eso, haciéndome pasar por alguien diferente, una sin nombre, realmente esperaba conseguir amistades verdaderas, esas a las que les agrado por quién soy y no por lo que tengo.

Él guarda silencio y luego asiente entendiendo lo que quiero decir a la perfección.

— ¿Lo lograste? — su pregunta me hace pensar durante unos segundos.

—Sí, quiero decir, no tengo un montón de amigos verdaderos a mi alrededor porque realmente no hay muchos de esos en el mundo, pero tengo a Thara, hice amistad con algunos del club de lectura y te tengo a ti— digo sonriendo.

— ¿A mí? ¿Soy tu amigo? ¿Me estás enviando a la friend zone? — su ceño fruncido me hace reír.

—Si no eres mi amigo ¿Entonces qué eres? — suelto la pregunta con firmeza, pero temiendo la respuesta, me observa atentamente mientras piensa qué decirme y eso me pone nerviosa.

—Uh no sé... ¿Mi novia? — mi corazón late desbocado y yo me derrito cual gelatina.

— ¿Novia?, ¿no tendrías que hacer alguna pregunta para poder decir algo así? — le digo alzando una ceja como si no estuviera a punto de levantarme y dar saltitos por la habitación cuál niña recibiendo el regalo más deseado.

— ¿Quieres ser mi novia? — me pregunta con timidez.

—Pues claro, o acaso crees que yo voy besando por ahí a todos mis amigos— ¡ja, como si tuviera muchos! me acerco a él un poco más.

—Más te vale que no— dice riendo antes de acercar su cabeza a la mía y besarme.

Y así, sin necesidad de muchas proezas comenzamos un noviazgo sin saber a dónde nos va a llevar.

Pasamos el resto de la tarde charlando sobre las cosas básicas, me cuenta que su mayor sueño es muy parecido al mío: quiere estudiar criminalística, pero a diferencia de mi persona, él quiere ser quien registre la escena del crimen, vaya tras las pistas, interrogue a los sospechosos y atrape al asesino. También me cuenta que es su padre quien lo obliga a jugar fútbol y que, aunque le gusta, no es algo que realmente ama. Ha sido sometido a grandes presiones por una de las personas que más debería ayudarlo a seguir sus sueños. También me cuenta algunas anécdotas de su infancia y finalmente nos quedamos dormidos, mi cabeza en su pecho, su brazo rodeándome, y muchas esperanzas merodeando por toda la habitación.

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Where stories live. Discover now