Capítulo 28

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Confusión

Matthew

Me siento más perdido que la mamá del Chavo. Esa es mi situación mental en este momento mientras veo a Brina alejarse por el pasillo.

No entiendo nada de lo que pasa, ella no responde mis mensajes desde anoche, ésta mañana he pasado a recogerla y Ángelo me ha mirado con cara de pocos amigos y me ha dicho que ella ya se ha marchado, para luego arrancar y dejarme con la palabra en la boca. Luego he venido a esperar a Brina y me ha ignorado abiertamente para después soltarme que me vaya a la mierda y algo sobre un mensaje del cuál no tengo conocimiento.

Durante el resto del día intento entablar conversación con Brina, la sigo por los pasillos, pero ella no me habla, me da miradas fulminantes y aterradoras de las cuales yo nunca había sido receptor y eso me duele más que los golpes que me daba mi padre.

Sé que hoy tiene entrenamiento de natación y aunque no quiero presionarla, me conformaré con verla nadar, siempre es genial ver como se libera cuando nada, parece otra persona, como si nada le preocupara en la vida. Cuando llego a la piscina del instituto hay pocas personas, las 10 chicas que hacen parte del equipo de natación aún no están, me ubico en un lugar en el que no llame mucho la atención y en el que Brina no me vea con facilidad, no deseo joder un momento que ella aprecia bastante y siento que con solo verme le amargo el momento, aunque no entiendo la razón.

La veo entrar con su traje de baño profesional de color negro, marca cada una de sus bonitas curvas, pero eso no es en lo que me concentro. En cuanto empieza a hacer sus estiramientos su rostro se relaja y deja de fruncir el ceño, pronto la entrenadora da la orden de que se ubiquen y suena el silbato para que salten al agua, mi chica salta y empieza a nadar tomando la ventaja con facilidad, nada como si hubiera nacido para ello, parece una sirena.

Cuando termina el entrenamiento las chicas empiezan a salir una a una de la piscina, pero Brina no lo hace, la veo hacerle una seña a la entrenadora para que se acerque.

— ¿Puedo quedarme un rato más? — pregunta Brina.

—Claro que sí, pero no te desgastes demasiado, tenemos competencia en un par de semanas y te quiero entera.

—Entrenadora, sobre eso, no sé si podré asistir a la competencia.

— ¿Cómo es eso? — pregunta la entrenadora con el mismo deje de incredulidad que tengo yo en este momento.

—Es que hay algo importante que debo hacer y no sé si estaré aquí para esas fechas.

—No sé qué tan importante sea tu compromiso, pero te diré algo: eres una de nuestras mejores nadadoras y me gustaría que te presentaras en la competencia, pero si ese compromiso tiene que ver con tu bienestar emocional, tómate tu tiempo para ello.

— ¿Cómo lo...? — Ella se corta a mitad de pregunta.

—Soy una mujer observadora, puedo ver a través de esos lindos ojos tuyos que hay algo pasando— le guiña un ojo a Brina y se marcha.

Brina se sumerge y empieza a nadar y yo la observo desde mi rincón, da varias vueltas y finalmente se detiene. En el momento que pienso que va a salir de la piscina su cuerpo empieza a sacudirse y Brina comienza a llorar, verla así me parte en dos y me levanto de mi rincón para acercarme a ella.

— ¿Preciosa estás bien? — digo con ternura, pero su tristeza al verme se convierte en furia.

— ¿Qué rayos haces aquí? ¿No te has burlado lo suficiente? ¿También tienes que ver cómo me destrozaste para sentirte más hombre? — sale de la piscina de un salto y se dispone a irse, pero yo agarro su brazo.

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Where stories live. Discover now