5.-Obsequios a un Demonio

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Cerca del mercado, unas cuantas calles más allá, localizado a un lado de una tienda de libros, se encontraba el restaurante al cual había llevado por primera vez a Hoseok un milenio atrás. Era un lugar espacioso con paredes de piedra y techo abovedado, siempre iluminado con la luz de un sin fin de velas y curiosas lámparas con forma de rosas de distintos colores que colgaban del techo.

Dentro, el lugar estaba casi vacío. Una de las mesas que se encontraba cerca de la entrada estaba ocupada por una pareja donde la chica parecía encontrar los cuadros de las paredes más interesantes que el chico que tenia frente a ella, un poco más al fondo, se hallaba una familia comiendo entre risas. En la barra, se hallaban varios hombres sentados sobre los bancos de terciopelo, bebiendo codo a codo en silencio.

Sin tener la necesidad de buscar con la mirada por todo el recinto a Hoseok, Taehyung avanzó tras los pasos silenciosos de Yoongi, sabiendo de antemano a donde se dirigían. Una pequeña sonrisa se instaló en la comisura de sus labios mientras se acercaban a la mesa que se encontraba en un rincón del restaurante, esa de la que siempre se adueñaban cada vez que iban y que, además, se encontraba bajo un gran vitral circular de tonos púrpuras y azules que provocaba una lluvia de colores cuando el sol pasaba a través de el.

—¡Pero fue una descortesía! —la inconfundible voz de Jimin llegó hasta sus oídos teñida con un tono de ofensa—. Debí haberlo hipnotizado para hacer que fuera al territorio de esas apestosas hadas de agua —siseo entre dientes con claro resentimiento, transformando sus pequeñas manos en puños y dándole un, no muy leve, golpe a la mesa.

—Eso suena divertido pero creí haberte aclarado que no vas volver a hacer nada contra esas hadas, Jimin —habló Yoongi, atrayendo la atención hacia ellos.

—No es contra ellas esta vez... —puchereó el tritón mientras se recorría de lugar para que su demonio amigo pudiese sentarse.

—¿Ah no? —preguntó el de cabellos negros con incredulidad, casi burla, alzando una ceja y tomando asiento a un lado del chico.

—Lo que pasa es que Jiminie esta enojado por qué un amable vendedor de flores le regaló dos ramos enteros de tulipanes medianoche a Seokjin hyung —explicó Hoseok, recorriéndose de igual forma, dedicándoles a ambos una cálida sonrisa de bienvenida—. Y cuando Minie le dijo que a él también le gustaban esas flores, el hombre le dijo que podía venderle tres por el precio de dos.

Ignorando las quejas de Jimin y la burlona risa de Yoongi, Taehyung tomó asiento junto a Hoseok, quien se apresuró a mover algunas cosas que se parecían encontrarse bajo la mesa hacia un lado para que no le estorbasen. Después de algunos segundos, cuando pareció estar satisfecho acerca de su nuevo acomodo, volvió la vista hacia él, sonriendo de manera que sus pequeños hoyuelos se mostraron en las comisuras de sus labios.

—Hola —le susurró con voz ronca.

—Hola —contestó Hoseok con una risita.

Inclinándose hacia él, Taehyung juntó sus labios en un breve beso, robándole un pequeño suspiro a su, ahora, sonrojado ángel.—¿Conseguiste todo lo que querías? —preguntó sobre sus labios, arrebatándole otro beso antes de separarse por completo.

—Por fortuna lo hice. ¡Además encontré semillas de luna llena! —exclamó con emoción—. También encontramos un puesto donde vendían hermosas campanillas de viento.

—Eso suena bien —apartando un suave mechón negro que cubría uno de los bonitos ojos de Hobi, Taehyung lo acomodo tras su oreja, aprovechando que su cabello era lo suficientemente largo como para quedarse quieto de aquella manera—. ¿Entonces debo suponer que compraste ambas cosas, no es así?

Fallen Demon †VHOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora