12.-La prioridad de un Ángel

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Decir que las cosas habían vuelto a la normalidad tras la... charla que ambos habían tenido en la penumbra de su habitación, sería una total y enorme mentira.

Taehyung había gruñido varías cosas, muchas de ellas en latín y algunas otras en aquel idioma demoniaco que nunca podría entender, en cuanto a lo que si pudo entender, se encontraron acusaciones sobre que tan tonto y descuidado era. Sobre la manera en que no le importaba su propio bienestar y en la forma en que no consideras las consecuencias de tus malditos actos, Hoseok. Todo esto mientras caminaba de aquí para allá por el lugar, pasando sus manos por su plateada cabellera de manera casi histérica. Sin siquiera dedicarle una mirada o esperar a que cerrase la puerta.

—Taehyung... —había dicho. Confundido y preocupado.

—¡No, Hoseok! ¿Sabes cuantas cosas pasaron por mi mente cuando no te encontré? ¿Oh, pero que digo? ¡Por supuesto que no lo sabes por qué te fuiste a el infierno sabe dónde sin siquiera decirme! ¡Completamente ignorante de lo que te pudo haber pasado!

—Taehyung-

—¡No, Hoseok! —repitió, esta vez con más fuerza, aún sin voltear a verle. Por un segundo, la lampara de la mesita de noche tembló con fuerza—. ¿Es que acaso realmente no pensaste en ningún momento? Además, ¿Qué mierda se proponen tú y Jimin trayendo a un desconocido?

—Te lo dijimos, lo encontramos afuera y-

Incluso ahora, una semana después, Hoseok aún recordaba la momentánea sordera que un agudo sonido tan sólo audible para él —posiblemente por que se encontraba dentro de su cabeza— le había causado las palabras que Taehyung había escupido al interrumpirlo: —¡Justo por ese tipo de mierda! ¡Justo por ese tipo de mierda, donde no consideras las consecuencias que pueden traerte tus actos fuiste declarado como un maldito caído!

Y cielos, eran en momentos como este cuando la realidad le daba un duro golpe en el rostro a manera de recordatorio: Taehyung era un demonio. Las cosas lindas y las palabras suaves no eran lo suyo. Y si bien, Hoseok intentaba aferrarse a aquello —cosas lindas y palabras suaves—, a veces, veces como esta, no podía evitar hacer más que sucumbir a su nueva naturaleza y hablar como, a palabras de Taehyung, un maldito caído.

—¡Cierra la boca! —espetó, escuchando el furioso latido de su propio corazón palpitar con fuerza en sus oídos—. No se que carajos te pico, de hecho, ¿sabes que? No me interesa que mierda fue lo que ocurrió, pero una cosa si te voy a decir Vante: no voy a permitir que me insultes de esta manera. Así puedes irte a ese asqueroso pozo de azufre al que y los de tú clase llaman hogar, y ahogarte con tus propios insultos por que si crees que voy a quedarme aquí a aguantarlos, entonces déjame decirte que estas muy equivocado.

Por un momento, un pesado silencio calló sobre ellos. Los ojos de Taehyung, por fin se encontraban sobre él, bien abiertos y llenos de sorpresa, sin embargo, la realización de lo que había pasado no llego hasta un segundo después.

—¡No, no! Espera, Hobi, espera... —Hoseok recordaba la manera tan dura en que la que había apretado los dientes cuando, tras haber dado la vuelta para volver abrir la puerta e irse, Taehyung le detuvo, colocando su mano sobre esta para evitar que lograse su cometido.

—Quítate.

—Escucha, no debí haber dicho nada de eso-

Fallen Demon †VHOPEWhere stories live. Discover now