9.-La furia de un Demonio

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Taehyung hizo una mueca.

Desde hace ya varios minutos una mala sensación se había instalado en su estomago, revolviendo sus entrañas y convirtiéndose en una constante molestia que intentó ignorar tanto como le fuese posible, cosa que poco a poco se estaba volviendo cada vez más y más difícil de realizar.

Y es que, a pesar de todos los años que había tomado forma física, Taehyung aún no terminaba de acostumbrarse completamente a estas... sensaciones que su cuerpo experimentaba de vez en cuando. Es decir, admitía que el experimentar hambre y tener el placer de satisfacerla con algo de comida era algo realmente magnificó, al igual que disfrutar de los muchos placeres carnales que compartía con Hoseok.

Sin embargo, aquello no eliminaba el hecho de que pequeñas cosas cómo la que actualmente experimentaba lo hiciera desear volver a su verdadera forma. Dónde no se tenía ningún tipo de sentimiento inútil.

—Hey, ¿pasa algo? —cuestionó Yoongi con su monótona voz—. No tienes una buena cara. Parece que estas a punto de golpear al primer imbécil que se cruce por tu camino —dijo, sin sonar realmente preocupado por la idea—. Eso, o vas a vomitar.

—Creo que va a ser lo primero si no acabamos pronto con esto —sentenció casi en un inconsciente gruñido.

Yoongi no contestó, solo emitió un pensativo sonido antes de asentir y seguir caminando. Unos cuantos segundos después, tras doblar en el recodo, Taehyung pudo reconocer el brillo rojo que emitía su destino, mientras que sus oídos eran atacados por las bulliciosas voces de la gente que, a pesar de encontrarse hasta el lejano final de la calle, podía identificar claramente.

Inferno se encontraba, como siempre, siendo custodiado en la entrada por cuatro grandes hombres —posiblemente licántropos— y una larga fila, mayormente masculina, se extendía mucho más allá de donde la luz dejaba apreciar. Larga era la espera para poder ingresar a aquel... establecimiento, donde, mientras no tuvieses la influencia o las conexiones, estabas destinado a estancarte en la larga cola.

Mientras se acercaban, Taehyung imaginó que todas las personas que no podía ver habían sido consumidas por la oscuridad, mientras que las restantes aguardaban impacientes a la entrada del infierno —el verdadero, aquel de dónde él y Yoongi venían— que era disfrazado de paraíso sin saber lo que les aguardaba allá dentro.

—¿Y Seokjin? —cuestionó su bajo amigo, sin apartar la vista del frente ni perder su monótono tono.

Taehyung emitió un largo suspiro antes de contestar.

—Dijo que no podía venir. Según él, iba a ver a alguien que no había visitado en algunos meses —explicó, recordando las palabras que su amigo le había dicho después de que le hubiese pedido que los acompañase—. Dijo que no sabia cuanto podría tardar y que lo más probable era que pasase la noche allá.

—¿Entonces como se supone que vamos a pasar? —refunfuñó Yoongi, frunciendo el ceño y haciendo uno de esos pucheros inconscientes con sus labios.

—¿Crees que necesitamos a Seokjin para poder entrar? —se burló, sonriendo ladino—. ¿Tan poca confianza se tiene, hyung?

—Idiota —musitó el contrario, mientras una leve risa nasal salía de Taehyung.

—Solamente iremos directo a la entrada, esos pulgosos se apartarán de nuestro camino y nos dejaran pasar —explicó con sencillez, ganándose una mirada incrédula y una ceja alzada por parte del de cabello negro.

—¿Tan simple como eso? —esta vez no respondió, solo le dedicó una rápida mirada al mismo tiempo en que la comisura de sus labios se alzaba a manera de sonrisa.

Fallen Demon †VHOPEWhere stories live. Discover now