7. VISITANTE

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El maestro observó a su pupilo, que se mostraba completamente desorientado con el sable en su mano.

—De verdad no entiendo por qué es necesario saber esto. Ahora tengo colmillos asesinos.

Jongdae sonrió, Minseok copió el gesto. Últimamente su humor estaba calibrado. Si uno sonreía, automáticamente el otro lo hacía, si uno estaba molesto, también el otro y cuando uno se excitaba a fuerza de imaginación, bueno, eso era fácil de resolver.

—No querrás introducir tus colmillos en cualquiera —Jongdae advirtió—; podría ser desagradable.

Minseok asintió, mostrándose de acuerdo, y asió con mayor firmeza el sable.

—Pero, ¿por qué debería siquiera pelear con otros?

—Es parte de tu nueva naturaleza. Hasta hoy has estado aislado de otros de los nuestros, pero no debes olvidar que somos territoriales.

Minseok asintió, sin embargo, él tenía una definición distinta de territorio. Para él, territorio no era un área o un pedazo de tierra, territorio era más bien toda la anatomía de Jongdae, a la que, por cierto, no podía quitarle el ojo de encima. Siendo así, Minseok también se había vuelto bastante territorial. Pero era un poco decepcionante; Jongdae nunca había dicho que sintiera algo más que cariño por él, así que pensar que le pertenecía se convertía poco a poco en un pensamiento estúpido y un tanto amargo.

—Cuando hablas así, pienso que sería mejor mantenerme fuera del camino de otros vampiros —Minseok comentó, intentando desechar sus últimos pensamientos, y blandió su arma hacia la de Jongdae con un acertado movimiento de muñeca.  

No importaba si Jongdae no lo expresaba en palabras, cuando pasaban el día juntos en la habitación, haciendo el amor o durmiendo con sus cuerpos abrazados, o incluso en ese momento mientras practicaban, podía sentir todo su cariño, uno muy fuerte y poderoso, no sabía cómo, pero sentía lo que Jongdae sentía. Era fascinante, y luego de tres semanas aún se sentía confundido cuando no lograba discernir a quién de los dos pertenecía un repentino sentimiento de temor. Tenía el presentimiento de que Jongdae sabía lo que estaba sucediendo con ellos, pero también sabía que su maestro no quería que preguntara, razón por la cual, ambos habían aceptado la extraña situación sin comentarlo una sola vez con el otro.

Jongdae esquivó el ataque con un movimiento rápido y luego le mostró a su aprendiz cómo debía hacerlo. Mientras le enseñaba diversas formas de combate, frecuentemente le aconsejaba mantener los colmillos fuera de sus oponentes. Minseok era un buen alumno, aprendía rápido, sabía escuchar y pocas veces discutía algo con Jongdae, era como si su confianza plena estuviera sobre su mentor.

—Separa más tus pies, endereza un poco más tu espalda —Jongdae dijo, acercándose mucho a Minseok, soltando su sable y tomando sus caderas, haciendo una presión vigorosa.

Minseok sabía que el amanecer se acercaba y podía sentir las ansias poco disimuladas de Jongdae por abandonar el jardín y encerrarlos a ambos en la habitación de Minseok, que técnicamente ahora era de los dos; porque todos los días, sin falta, Jongdae le hacía el amor, experimentando nuevas formas y posiciones, luego besaba sus labios y su rostro, susurraba un "descansa", y lo acunaba entre sus brazos hasta el anochecer.

Minseok estuvo a punto de girar su cuerpo para echar sus brazos sobre los hombros de su maestro y darle un prolongado beso, cuando escuchó el suave motor de un auto, pasando lentamente frente a su hogar.

Jongdae se tensó y espero inmóvil a que el lujoso auto se detuviera, pero este se fue de paso, con sus pequeñas banderas de color magenta ondeando en la parte trasera. Se apresuró a tomar la mano de Minseok cuando el auto estuvo fuera de su visión y lo arrastró dentro de la casa.

2. KING [Chenmin]Where stories live. Discover now