Cap. 22 [corrección🆗]

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- ¿disculpa?, no tengo la más remota idea de lo que
hablas -

- Las gemas marinas nacimos ahí, cuando comenzó la guerra nosotros ya habíamos salido pero faltaste tu, te íbamos a llevar con nosotros para escapar pero las soldados de diamante amarillo llegaron antes de hacer cualquier acto - dijo Danbur con enojo.

- Hasta que logramos escapar gracias a Malaya Cuarzo, ella junto con su pelotón logramos evitar que nos llevaran y encarcelaran - dijo Serafin tranquilo.

-Entonces, ¿ustedes son como parte de mi? -

- Si, nosotros somos de la misma colonia, en términos de la tierra, somos una familia - dijo Ágata abrazando a Esfena quien estaba sonrojada.

Todas las gemas marinas se unieron al abrazo, las gemas terrestres miraban la escena con satisfacción y alegría.

- Amy - la nombró Howlite.

- ¿Si? -

- Gracias por aparecerte ese día en la cueva, nos has traído luz y agrandaste a la familia -

- Es verdad Amy, gracias por existir - dijo Ónix abrazándola junto con Lolita y Howlite.

Amy estaba feliz con esas palabras, lloró de complacencia por primera vez en años, por fin hacía feliz a alguién.

- Amy - la llamó Ágata.

- ¿sí? -

- porfavor, acepta este regalo de nuestra parte, es poco, pero con esto demostramos nuestra eterna gratitud -

Amy vió con curiosidad el broche, era muy bello, delicadamente lo tomó y se lo colocó en el pelo.

- lo atesoraré con mi vida -

- ese broche es especial, significa que eres miembro honorario de las gemas marinas, es un gran regalo Amy - le dijo Ónix.

- sí que lo és -

Después de una semana, las gemas marinas decidieron quedarse en el lago a vivir, tenían suficiente espacio para nadar y tenían cuevas submarinas y pasadizos secretos, Esfena se mudó con ellos, las gemas terrestres fueron a casa a descansar, Amy nunca había estado tan feliz.

Un sábado ella fué a su antiguo hogar, que viviera en otro lado no querría decir que dejara su casa abandonada, en el camino la divisó, pero esta tenía la puerta abierta.

Amy invocó su martillo, algún ladrón debío entrar, ella corrió y entró enojada.

- ¿¡Quien tuvo el descaro de entrar a mi casa!? -

Amy vio que un zorro amarillo salía de la cocina asustado, era Tails.

- ¡Amy, lo siento, yo no quería...! -

Mientras el zorro adulto daba justificaciones del porque estaba ahí, Amy no escuchaba, no quería escuchar, frente a ella estaba el mejor amigo y hermano "adoptivo" de su amor no correspondido y ahora en santo matrimonio con la reina, ella no quería hacerles de frente aún, ni siquiera a Tails, quien se casó con Mina Mongoose, quién por alguna razón no le agradaba a ella, y con ella tuvo dos hijos, Melody y Skye Prower.

Amy no quería llorar frente a Tails, no debía, y no lo haría, no demostraría que lograron burlarse y herirla, el zorro detuvo sus excusas y escuchó un gemido lloroso. Vio a Amy, ella tenía la vista baja para no mirarlo.

- ¿Amy?, perdón por haber entrado así a tu casa pero es que... -

Volvió a escuchar el gemido lloroso. Vio una lágrima salir de los ojos de ella.

- Amy, ¿que pasa? -

Ella se dio la vuelva y se fue corriendo saliendo por la puerta, dejando al zorro confundido en la sala.

- ¡Amy regresa! - el zorro voló detrás de ella.

Ella no dejaría que Tails la alcanzara, no quería iniciar una escena del pasado, conoció bien a ese zorro desde pequeña y sabía que a él no le importaba sus problemas o sus sentimientos por Sonic, siempre se lo tomo como un juego, prefirió de corazón a Sally y ¿quien podía culparlo? Ellos se conocieron desde hace años, tenían un lazo inquebrantable, Amy solo ocupó un lugar, más nunca fue de esa familia.

- ¡Amy, espera! -

- ¡DEJAME EN PAZ! -

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No Es Justo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora