Enfrentando los problemas.

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"La Dolce Vita" es como se llamaba su negocio, habían pasado casi dos meses desde aquella noche y Jean se las había ingeniado para no ver a Lily, a pesar de que eran su catering de confianza.

Logró coordinar que las entregas las realicen sus empleadas, había alegado estar ocupada generando nuevos contactos de servicio, pero justo ahora Lily había pedido que la contacte para hacerle una recomendación de un nuevo cliente potencialmente producente que le daría muchos beneficios a su pequeña empresa.

Entro en "Swan's decorating and dreams" la empresa de Lily, y se acercó a recepción, -hola me está esperando la Señora. Swan.

Sip, la hermosa Lily era la heredera de la compañía de decoración de sus padres, ella era ahora la CEO, había crecido entre maquetas y muestras así que se desenvolvía en ese ambiente como pez en el agua, ¿cómo llego Jean a conocer a una mujer así?.

Fácil, por su mejor amiga Samantha; Lily se metió en un pequeño lió tras manejar en estado de embriaguez y Sam "le ayudo", pero consiguió un favor a cambio.

Para ser francos Lily solo recibió una amonestación por esa infracción grave, a cambio le dio la oportunidad a Jean de una cita para ofrecer sus servicios de catering, lo cual hizo de tal forma que llamo mucho la atención a Lily, "¡estómagos llenos, trabajadores contentos!", ese fue el lema con el que explico todo Jean, la importante CEO, quién estaba acostumbrada a ver el potencial de los negocios vio en el planteamiento que esta latina le ofrecía, un buen método de mantener la moral de sus empleados en alta consideración. Y es que, que puede ser mejor que comer comida casera y caliente a sus horas y servidos por gente de su nivel, porque esa era la forma en la que Lily vio a Jean desde el comienzo.

Le dio la oportunidad de trabajar como contratista externo y se encontró con ella en varias locaciones de trabajo, en las que Jean tímidamente le ofreció sus platillos, más que nada sus postres, los cuáles enamoraron a Lily, ahora estaba encantada con su repostería.

Entre esas raras ocasiones Lily había pedido uno que otro postre para su esposito amado Jimmy, alegando que él los amaría tanto como ella.

Jean gustosa le había enviado hasta dos o tres porciones a la pareja para que los disfrutaran.

Lily los tomaba quitada dela pena, no importaba que esos fueran los ingresos de la morena, ella selos pidió y los aceptaba sin quejarse pues amaba su sabor, su pecado culposo les decía.

Ahora frente a la puerta de la rubia, temblaba ligeramente, había llevado un pastel de chocolate, sabía que era su favorito y aún que temía que ella supiera lo que pasó aquella noche, pero ya no podía esconderse para siempre, ¿fue un error?, sí

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Ahora frente a la puerta de la rubia, temblaba ligeramente, había llevado un pastel de chocolate, sabía que era su favorito y aún que temía que ella supiera lo que pasó aquella noche, pero ya no podía esconderse para siempre, ¿fue un error?, sí. ¿Se arrepentía?, sí. ¿Podía hacer algo más?, no.

No lo volvería a ver ni haría nada más por dañarla, es más nunca quiso hacerlo en primera instancia, todo había sido una mala decisión y nada más.

Un secreto imperfectoWhere stories live. Discover now