Ayúdame!

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Al otro lado de Manhattan otra pareja se reencontraban en su nido de amor.
-baby, necesitaba tanto estar así contigo- susurraba la rubia sobre el pecho del moreno mientras su respiración se recuperaba de una maratónica bienvenida después de algunos meces de separación.

-lo se princesa, me hacía falta tenerte en mis brazos- hablaba el moreno con voz gruesa y sensual, mientras acariciaba su blanco y desabrido trasero (no lo digo yo, lo dice él que lo conoce) y es que si bien tenía lo suyo, para él no era lo que acostumbraba o le gustase realmente, eran como un balón desinflado, no es que su trasero no fuera terso y suave, nooo, si no que en sus manos era pequeño y algo insípido, se escurría prácticamente.

A él le gustaba llenar sus manos con frondosos traseros que resistan sus embestidas y aguanten fuertes nalgadas, y con ella tenía que ser delicado.

Solo de acordarse del trasero de la bendita cocinera se volvía a poner duro.

Si, a pesar de todo, debía de admitir que esa mujer que se le había escapado lo tenía loquito, fantaseando con ella.

Le molesto saberla embarazada, maldecía ese bastardo en su vientre, pues él la deseaba mucho, aun que él podría llegar a ser un desgraciado y todo lo que quisieran achacarle, pero jamás lastimaría a una mujer embarazada.

-Ya tendría su oportunidad con ella después del embarazo. La venganza es un plato que se come mejor frío y vaya que ese plato lo iba a disfrutar-, pensó con malicia Thomas, mientras escuchaba parlotear a la rubia, quien se quejaba de lo controlador que estaba siendo su marido.

Ironías de la vida elucubraba, mientras la oía. Si su marido fuese realmente listo hace años los habría descubierto, pero era un idiota que ni con pistas había logrado parar sus encuentros.

-... pero enserio necesito que me ayudes...- la escucho decir, trayendo lo de golpe a su realidad y detuvo el paso de sus manos por la nívea espalda de la rubia.

-¿a qué?- cuestiono levemente sorprendido.

Ella rodó los ojos y le dedicó una sonrisa divertida.

-A descubrir quién demonios está desviando fondos de la constructora, mi amor- le respondía mientras acariciaba su cabello cortado casi a ras de su cabeza como una muestra del amor infinito de la rubia a su chocolatito.

-¿de qué hablas princesa?- le dijo tomando su mano frenado esas caricias pues detestaba que le hagan eso, y besando sus nudillos, posó la pequeña mano de la rubia en su pecho

-¡amor!- dijo frunciendo suavemente su seño, no quería arrugarse y peor molestarse con su hombre -Llevo rato contándote lo que James descubrió en la empresa ¡baby!, ¿así que

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-¡amor!- dijo frunciendo suavemente su seño, no quería arrugarse y peor molestarse con su hombre -Llevo rato contándote lo que James descubrió en la empresa ¡baby!, ¿así que...?- dijo mientras se bajaba de el molesta por ser ignorada.

-¡Ayúdame!- necesito de tu inteligencia y don de mando para lograr descubrir al quien está tratando de destruir mi empresa amor...- se sirvió un vaso de agua de la jarra que reposaba sobre el velador del cuarto. Volteando al tiempo que lo miraba a los ojos y le decía después de beber un buen trago de agua -nuestra empresa bebé-

Un secreto imperfectoWhere stories live. Discover now