Más rápido cae un mentiroso que un ladrón

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James recostó a Jean con cuidado en el suelo y pidió ayuda para ella a los empleados que ya empezaban a regresar de su hora le lunch y se topaban con esta escena.

Él volteo a mirar a su esposa y la cara de sorpresa no desaparecía aún de su rostro, le dijo -quédate con ella- y se encamino a la sala de donde la morena había salido.

Lily lo miro como si le acabase de salir un cuerno en media cara -¿Yo?... ¿Y porque yo?- se giro y vio acercándose a una de las nuevas arquitectas, -¡oye tu!- le dijo despectivamente, -Quédate con esta fur...- se contuvo de expresar su opinión sobre la morena -que un para-medico la atienda... sepa Dios en que lió se metió esta tipa- dijo mientras miro a Jean con asco, -ya me decía mi instinto que este tipo de mujercillas es de tenerlas de lejos para vivir tranquilo... siempre traen sus dramas al trabajo- decía con tanto desprecio que muchos de los empleados que apreciaban la labor de Jean la miraron con desagrado, lo que sinceramente ella ni noto ni le importaba.

-Gorda asquerosa- dijo bajito y destilando veneno cuando alcanzo a James para entrar a la sala e inspeccionar que pasó, pero su esposo si alcanzó a escucharla y se tenso con rabia ante la ironía de como la mujer que le era infiel quien sabe cuánto...

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-Gorda asquerosa- dijo bajito y destilando veneno cuando alcanzo a James para entrar a la sala e inspeccionar que pasó, pero su esposo si alcanzó a escucharla y se tenso con rabia ante la ironía de como la mujer que le era infiel quien sabe cuánto tiempo se atrevía a juzgar a su bella morena.

Abrieron las puertas de un sólo empuje lo que dejó ante ellos una imagen que jamás pensaron ver.

Lily se puso lívida, su chocolatito estaba tirado en el suelo sosteniéndose la cabeza que sangraba, mientras se trataba de poner de pie, su ágilmente enseguida ató cabos... ¿la obesa de la comida?... ¿Qué demonios se había atrevido a hacer esa odiosa gorda a su hombre?

La rabia se apoderó de ella y quiso lanzarse sobre Jean para arrancarle esos horrendos pelos de su asquerosa, grasosa y estúpida cabeza. Su delicado rostro se desencajo y muto en una fea mueca, que nada favorecedora quedaba en el rostro.

James negó con la cabeza al ver la reaccionar así, quién sabe que estaría pensando, pero sus suposiciones se aclararon cuando la escuchó sisear con rabia – ¡Voy a despedir a esa perra!- volteándose la rubia se alistó para ir a mandar al demonio a Jean, pero se detuvo al escuchar a James.

-¿Y por qué pretendes despedirla? ¿Por defenderse de un abuso? ¿Por poner en su lugar a un mano larga? Que dicho sea de paso no solo la atacó a ella, sino que ha estado poniendo en riesgo nuestras empresas y buen nombre usando materiales de mala calidad, reportando gastos excesivos para elevar los costos de producción y no solo eso, te ha quitado más del 40% de tus acciones de sabrá Dios de qué forma- concluyo y la miró intensamente dándole a entender que estaba hablando muy seriamente, ella tragó grueso y se lanzó a defender a su hombre.

-¿De qué demonios hablas?- miro al moreno que se quejaba suavemente y regreso la mirada a su esposo,-él es uno de mis más fieles colaboradores ¿cómo te atreves a difamar su trabajo en mi empresa?- le reclamo entrando a la histeria.

Un secreto imperfectoWhere stories live. Discover now