{💘} R is for...

rollin' in the space {rensung}

Nuevas promociones para el grupo comenzaban y con ello siempre llegaban nuevos cambios.

Jisung, el menor de todos, sentía gran incertidumbre por saber quién sería su nuevo compañero de habitación. Todos los mayores eran buenas opciones, Chenle era un gran amigo, Jeno era ordenado, Jaemin era muy cariñoso y servicial con él, pero el ahora chico de cabellos anaranjados esperaba con ansias que su nuevo compañero de habitación fuera el chino mayor de la sub-unidad, Renjun.

Y es que últimamente se habían vuelto muy cercanos, desde la vez que despertó a mitad de la noche y escuchó ruidos fuera, en el balcón del departamento, cuando se acercó con cautela y abrió la ventana bruscamente solo para encontrarse con el mayor envuelto en una manta.

Éste último se encontraba observando al cielo, ni siquiera se inmutó por el intento de susto que hizo el más joven. Jisung se acercó más al ahora rubio, y pudo ver como sus ojos brillaban de manera deslumbrante junto con todas las estrellas en el cielo y la luz de la luna.

Era una imagen hipnotizante, donde Jisung recorrió con la vista desde aquella brillante mirada, junto con las cortas pestañas del chino, hasta la boca un poco entreabierta del mayor, con sus labios carnosos y rosados, y a pesar de que estaba cubierto como E.T, podía ver su delineada manzana de Adán subiendo y bajando conforme cada respiración.

La ensoñación del de cabellos anaranjados fue interrumpida por un pequeño golpe en la frente.

— ¡Me asustaste, Jisung! - susurró sorprendido el joven rubio.

— Oh...lo lamento - respondió el menor, comenzando a sentir calor en todo su rostro. — ¿Qué es lo que haces despierto a mitad de la noche? - preguntó.

— Espero a los aliens - confesó Renjun con una tímida sonrisa.

El de cabellos anaranjados se quedó sin palabras, ¿en verdad su mayor creía en los alienígenas?

— Ya sé que es tonto que crea en ellos - Renjun habló como si hubiera leído los pensamientos del menor — ¡pero yo sé que existen! - exclamó emocionado al mismo tiempo que volvía su mirada hacia el oscuro y tranquilo cielo de las 3 AM.

Jisung se sentó justo al lado del chino, flexionando sus rodillas hasta el pecho y rodeándolas con sus propios brazos.

Dejó salir un gran suspiro.

— Yo también creo en ellos - el rubio volteó a verlo sorprendido, causando un sonrojo en las mejillas del menor — e-es que si no existieran como explicas los 'desastres naturales', es obvio que ellos son los causantes -

Renjun le sonrió enormemente, enseñándole su colmillo, haciendo que Jisung también sonriera.

— ¿Verdad que sí? Yo no entiendo porqué las personas se empeñan en culpar a la naturaleza o hasta a los dioses, si es más probable que otro ser vivo lo provoque todo -

Y así comenzaron una gran plática aquella madrugada, que volvieron a repetir casi diario los siguientes días. Renjun se levantaba a mitad de la noche, tocaba en algún tipo de clave la puerta de la habitación del menor y éste salía casi de inmediato. Ambos salían al balcón del departamento y enredados en una manta cada uno, comenzaban a platicar de experiencias o creencias.

En verdad que Jisung deseaba compartir habitación con el rubio, de esa manera tendría todos los días para estar junto a él y hablar sin sentirse juzgado ni con temor a ser llamado infantil.

Pero para su mala suerte él no sufrió cambios de posición, lo volvieron a colocar en la misma habitación que Chenle.

Y lo único que el menor esperaba era que a Renjun no le tocara con alguien más, aunque eso fuera casi imposible.