CAP 10

352 36 4
                                    

Quedé impresionada y una gran sonrisa apareció en mi cara.

¡Lo había logrado!

Miré a Iroh, quien me miró con una gran sonrisa, luego Zuko lo intentó, pero no obtuvo más que una explosión de fuego que lo lanzó hacia atrás. Iroh negó levemente, como diciendo "hay mucho trabajo por hacer."

–Ven conmigo, él debe practicar. –Dijo Iroh, y me pidió que lo acompañara a tomar asiento bajo la sombra mientras Zuko practicaba una y otra vez.

Me senté y él me ofreció un vaso de té. Lo probé y... wow, había sido el mejor té de toda mi vida.

–Delicioso. –Comenté, maravillada.- ¿Dónde aprendiste a hacer un té así? –Pregunté, mirando al viejo maravillada.

–Sólo se necesita un poco de amor y el té es el resultado. –Sonrió.

–¿Podrías enseñarme? –Sonreí, ilusionada.

–Por supuesto. –Asintió, feliz de ver que a alguien le interesaba saber sobre su té. Luego me miró, como analizándome y de repente me sentí incómoda.- ¿Cómo conociste a Zuko?

–Pues, de hecho él me encontró. –Expliqué.- Lo ayudé a derrotar a los guardias abusivos que eran maestros tierra y luego me fui sin rumbo a pasar la noche en el bosque. Él apareció en mi pequeño campamento y lo quemé sin querer, creyendo que era otro maestro tierra. –Comenté, sonrojada por la vergüenza de haberlo lastimado.- Entonces él trató de alejarse, pero lo sané con agua control contra su voluntad. A la mañana siguiente lo dejé ahí y me fui, pero él me siguió con el caballo avestruz y se ofreció a llevarme, así que acepté. Y luego aparecimos aquí.

–¿Así que él fue quien te buscó? –Preguntó, girando para mirar a Zuko, mientras pensaba en algo que no sabía qué era.- Interesante. Realmente interesante.

–¿Por qué? –Pregunté, confundida.

–Él no es del tipo de persona que anda buscando compañía. De hecho, es como un lobo solitario.

–Lo sé, lo noté. –Comenté.- Yo también soy así. Creo que es por eso que vio que quizás nos llevaríamos bien, porque en el fondo podríamos entendernos.

–Una conexión hecha por el destino. –Dijo.

Estuve a punto de responder, pero Zuko comenzó a gritar luego de haber intentado muchas veces más.

–¿¡Por qué no puedo hacerlo!? –Gruñó, molesto y frustrado.- ¡En lugar de relámpago solo logro que explote en mi cara! Como todo lo que hago en la vida... –Gruñó.

–Temía que esto pasara. –Dijo Iroh, levantándose para acercarse a él. Yo imité su acción.- No serás capaz de dominar el relámpago hasta que lidies con la confusión dentro de ti.

–¡¿Qué confusión?! –Gritó de vuelta.

–Zuko, es necesario que elimines todo rastro de vergüenza si quieres dejar de sentir ira.

–¡Pero yo ya no siento vergüenza! ¡Nunca me sentí tan orgulloso!

–Príncipe Zuko, el orgullo no es opuesto de la vergüenza, si no su fuente. La humildad pura es el único antídoto para la vergüenza.

–Bueno, mi vida ha sido muy humilde últimamente. –Dijo Zuko, volteando para darnos la espalda.

Aunque él no quisiera mostrarlo, yo sabía que él estaba herido y decepcionado de sí mismo. No sabría cómo explicarlo, pero todo su ser emanaba esa sensación.

–Tengo otra idea. –Dijo Iroh.- Una técnica de maestro fuego que ni siquiera Azula conoce, porque yo mismo la inventé.

Zuko giró para verlo y yo también miré a Iroh con una sonrisa. ¿Era posible inventar técnicas nuevas?

Al parecer sí.


El príncipe y la akiva (Príncipe Zuko)Where stories live. Discover now